29 represores contrajeron coronavirus en la Unidad Penal número 34 de Campo de Mayo en tanto que otros dos que cumplían encierro allí, Juan Domingo Salerno y Edeberto González de la Vega, murieron producto de la enfermedad que mantiene al mundo en alerta desde diciembre pasado. Los detenidos que dieron positivo fueron trasladados al hospital del penal de Ezeiza y a la unidad penitenciaria que funciona en el hospital Muñiz.
La información sobre los contagios circuló el viernes pasado desde el propio Ejército Argentino. A través de un comunicado emitido desde la Secretaría General de la fuerza, se informó que en la cárcel vip de Campo de Mayo, habitada casi por completo por personas con condenas o prisiones preventivas por delitos de lesa humanidad, se habían detectado casos positivos de coronavirus.
“El día 22 de Julio se realizó en el penal un hisopado a todo el personal perteneciente al Pabellón A y B, dando como resultado internos positivos”, informó el Ejército. A esa altura, había varios antecedentes, entre las que se cuentan dos muertes: la de Juan Domingo Salerno y la de Edeberto González de la Vega. El primero, un ex policía bonaerense detenido procesado por crímenes de lesa humanidad en la órbita del Circuito Camps; el segundo, sentenciado por las explosiones de Río Tercero, estaba internado en el Hospital Militar.
El miércoles pasado, antes de llevarse a cabo el hisopado general a los pabellones A y B del penal, se confirmó el diagnóstico positivo de coronavirus a Gonzalo “Chispa” Sánchez, uno de los secuestradores de Rodolfo Walsh quien fue hace pocos meses extraditado desde Brasil, donde se encontraba prófugo.
En cuanto presentó síntomas, Sánchez fue aislado en el Hospital Militar de Campo de Mayo en donde fue hisopado. Según había informado la Sala II de la Casación, se encontraba “sin complicaciones respiratorias ni cardíacas”, aunque los jueces Guillermo Yacobucci y Carlos Mahíques encomendaron revisar las condiciones de su detención, con lo cual quedó más cerca de obtener la prisión domiciliaria. https://www.pagina12.com.ar/280488-el-represor-de-la-esma-chispa-sanchez-tiene-coronavirus">https://www.pagina12.com.ar/280488-el-represor-de-la-esma-chispa-sanchez-tiene-coronavirus
El viernes pasado el análisis colectivo indicó que eran 29 los represores con la enfermedad en el penal. Todos, presentaran síntomas o no, fueron trasladados al pabellón de penitenciarios del Hospital Muñiz y al Hospital Penitenciario Central 1 de Ezeiza. Aquellos que “presentan resultados positivos con síntomas que requieran internación a sus correspondientes Hospitales Militares para su seguimiento”, puntualizó el Ejército. Entre los represores contagiados, figuran Julio Almada, Hugo Castagno, Rubén Chávez, Raúl Córdoba Sacheto, Héctor Francescángeli, Julio Simón, Carlos Franke, Carlos Leguizamón, Orlando Pérez, Ricardo Perrin, Juan Risso, Miguel Slaterry y Eduardo Ullúa, trascendió en medios de comunicación a fines de la semana pasada.
Muchos de ellos solicitaron sin éxito la prisión domiciliaria no bien se declaró la presencia de la pandemia en el país, a fines de marzo. Con este nuevo elemento, volverán a la carga. Algunos de ellos ya lo lograron. Es el caso de Jorge Lazarte, uno de los 28 represores que contrajo la enfermedad intramuros. Lazarte, que permanecía en el penal de Campo de Mayo desde hacía poco tiempo luego de violar la prisión domiciliaria más de 30 veces, logró que le devolvieran el beneficio.
Además, hay siete efectivos del Servicio Penitenciario de esa cárcel infectados. El primer caso de coronavirus fue en la Unidad Penal 34 fue el del represor del Hospital Posadas Luis Muiña y sucedió a fines del mes pasado. Aparentemente, Muiña, el primero en abrir la puerta al 2x1 a represores condenados y procesados por delitos de lesa humanidad, contrajo el virus durante su internación en el hospital de San Miguel pero dio positivo una vez regresado al penal. Desde entonces, permanece internado en el Muñiz.
Pero la Unidad Penal 34 no es la única con casos de covid entre ex miembros de las fuerzas de seguridad y civiles investigados por su participación en el terrorismo de Estado. En el penal de Ezeiza se registró un caso, el de Ramón Ojeda Fuentes.