"Parece una película pero fue realidad", aseguró ayer la fiscal Alejandra Raigal, en el inicio del primer juicio oral por grooming -acoso a menores por internet- en la ciudad. Juan Manuel González, de 41 años, está sentado en el banquillo por ocho hechos que tienen como víctimas a chicas que tenían entre 12 y 16 años, en 2017, cuando fue detenido. La funcionaria del Ministerio Público de la Acusación describió que se trata de "un caso serial de engaños, persecución, amenazas y abusos". Es que también está acusado de cometer abuso sexual contra dos de las víctimas. Una perito que declaró ayer describió el modus operandi del acusado que usó varios perfiles de Facebook y números de WhatsApp para engañar y extorsionar a las adolescentes con fotos íntimas. El imputado reconoció haber tenido encuentros con dos de ellas, pero se escudó en que no ejerció violencia. El pedido de pena es de 40 años de prisión.

González está detenido e imputado por hechos que comenzaron en 2014. Desde ayer, es juzgado por el tribunal integrado por Mariano Aliau, María Isabel Mas Varela y Alejandro Negroni. La fiscal Raigal describió en los alegatos de apertura que los casos se dieron "mediante una misma forma de actuar", para lo cual creaba un primer perfil de Facebook con la imagen de "un adolescente atractivo" e iba logrando confianza de parte de las víctimas, hasta -en algunos de los casos- hacerles creer una "relación sentimental (virtual) que le permitía pedirles fotos de ellas desnudas". Luego mediante otros perfiles solicitaba más imágenes y ante la negativa de las víctima comenzaban las "amenazas", tendientes a "arruinarles momentos o su vida misma". En algunos de los casos llegó a difundir imágenes de pornografía infantil de las víctimas y contactarse con familiares de éstas. Luego, desde un perfil de "hacker salvador, les decía que tenían que hacer un video en el que debían practicar sexo oral y así el hacker ingresaría un virus para eliminar las fotos de la computadora del extorsionador". Según la acusación, siempre era él quien las contactaba con perfiles truchos para hacerse pasar por diferentes personas. "En dos de los casos se concretó ese video", lamentó la fiscal sobre los hechos que se le achacaron como abuso sexual con acceso carnal.

"Tengan en cuenta el lenguaje y los descalificativos al género", pidió la fiscal al tribunal. "También el estado de desesperación que les generaba a las víctimas", puntualizó.

El imputado quiso hablar: "Tomé contacto con dos de las chicas. Con una pactamos un encuentro en un descampado, sin violencia ni amenazas. Con la otra, también hubo un encuentro (en casa del acusado). Sé que para la ley es un error, pido perdón a las víctimas y sus familiares". Además, justificó que su pareja hacían venta de productos dietarios por internet. "Contactábamos gente por redes", dijo.

La perito de la Agencia de investigación y Trata relató que cuando iniciaron la investigación advirtieron "patrones repetidos", como "presentarse como un adolescente de entre 13 y 16 años, por Facebook". Cuando fue allanada la casa donde vivía con su pareja e hijo, se encontraron anotaciones con nombres de mujeres y números de teléfono.