"Estoy en un momento en que quiero tratar de diferenciarme un poco de todo lo que hay, porque ya hay un montón", dice Nico Cotton en un parate de su rutina diaria de trabajo en su estudio de Caballito. Desde hace algún tiempo, y desde ese mismo lugar, cuando la música urbana empezó a interactuar con el pop de un modo simbiótico, Cotton se transformó en un nombre recurrente: un talento joven trabajando en la forma y el sonido de las canciones de algunos de los artistas más escuchados del momento, de Wos a Conociendo Rusia, de Nicki Nicole a Juan Ingaramo y Zoe Gotusso.

En medio de ese CV de puro presente algorítmico, Cotton ahora sigue buscando ser algo más que el productor pop de moda, el que empaqueta canciones como bombones rellenos y apila 20 nominaciones a los premios Gardel solo por su última temporada de trabajo. "Está muy saturado de reggaetón que suena igual, de trap que suena igual. Quiero ver qué puedo aportar yo a esto, a ver si puedo cambiar algo. Sé que es muy difícil, pero es lo que me motiva", dice.

Nico Cotton está en esto desde hace rato: a los 12 ya experimentaba grabando las canciones que componía en el Cakewalk y a los 16 tocaba la batería en MAM, la banda de Omar Mollo. Fue una escuela temprana de puro ensayo y error, entre bandas y DAWS. "Fui aprendiendo todo de forma autodidacta. En vez de jugar a la Play me ponía a tratar de hacer sonar cosas", dice quien con el tiempo fue relegando su perfil de músico por el de productor, aunque nunca dejó de componer su obra.

Hoy, a sus 31 años, mientras recibe ofertas de trabajo de todo el continente e incursiona también en el mundo de las series con la música para la nueva producción de Netflix dirigida por Marcelo Piñeiro, que saldrá en 2021, algo está claro en el perfil de Cotton: su principal característica resulta la versatilidad de estilos en los que trabaja y la solvencia para que, tanto la producción artística de las canciones como el audio, siempre tengan impacto y logren captar la atención de un oyente cada vez más disperso.

"El productor es el puente entre el artista y el producto final. Expresa la visión del artista. Aunque el artista es el que sale en la tapa y vos salís, con suerte, en el librito muy chiquito", dice. "Lo importante es poder plasmar su visión y potenciarla, aportando tus ideas y tus herramientas, tu tecnología, tu conocimiento, pero sin perder la esencia del artista. Eso es lo más importante para mí como productor. En cuanto la esencia del artista no está, se desarma el proyecto."

Nico Cotton y Conociendo Rusia trabajando en el disco Cabildo y Juramento | Foto: Gonzalo San.


¿Cuál sentís que es tu clave como productor?

--Creo que lo que me diferencia es que no soy un beatmaker. No hago solamente música urbana, sino que trato de hacer distintos tipos de música y no encasillarme en un estilo. Puedo estar produciendo el disco de Conociendo Rusia y al otro día estar trabajando con Nicki Nicole. Eso para mí es súper divertido, porque te va cambiando el chip de la cabeza. Aprendo de todos los mundos, y después la onda es combinarlos. En el disco de Conociendo Rusia no hay nada digital, pero en las bajas frecuencias traté de generar la misma profundidad del trap, aunque no sea muy notorio, quizás. También está bueno mezclar un bolero con trap, como en Fobia, de Ingaramo. Mezclar estilos es divertido.

Con la forma en la que se escucha música hoy, ¿cuáles son las claves para que una canción tenga impacto?

--Por un lado, el artista tiene que transmitir, tiene que conectar con el oyente de alguna forma. Obviamente la canción tiene que estar buena, tiene que ser original y tiene que tener un enganche. Y después hay toda una parte técnica que, si bien no influye directamente, creo que sí indirectamente. Si suena mal, está muy mal producida o está muy mal mezclada, quizás no tenga el mismo impacto. Pero bueno, no existe la fórmula del hit. En definitiva es la gente es la que tiene la palabra final, y no hay que subestimarla. Yo trabajo para el oído de la gente, más allá de que trabajo para el artista. El que termina consumiendo el producto es la gente.


¿Cuál es tu grado de obsesión con la tecnología? ¿Y cómo lidiás con tanta oferta de plugins y hardware?

--La tecnología hoy es muy accesible para todos y todas. Con poca guita podés armarte un home-studio súper decente y hacer cosas increíbles. Pero por más que la tecnología es una gran herramienta, creo que la creatividad es más importante todavía. Si tenés una compu, podés bajar un programa para hacer música y más o menos tenemos todos las mismas herramientas. Algunos más caras, otros más baratas, otros craqueadas, pero en definitiva son las mismas. Entonces es más difícil, porque tenés que tener muy buenas ideas y tratar de tener un sonido distinto y a la vez moderno y que llame la atención. Estoy muy conectado con la tecnología y todo lo nuevo, pero me sigue pareciendo muy lindo combinar el mundo digital con el mundo más real y análogo, que a veces te aporta cosas que lo digital no puede.

¿Cómo lidiás con el audio cuando la mayoría de las canciones que grabás terminan siendo escuchadas en dispositivos precarios, como celulares?

--Soy partidario de que las mezclas tienen que sonar lo mejor posible en todos los dispositivos. No es que mezclo en los parlantes de mi estudio, que son carísimos, y después no presto atención a más nada. Antes había, y se siguen usando, unos parlantitos cuadrados que se llaman Auratone, que imitan al sonido de una radio común. Yo creo que ese Auratone pasó a ser el celular. En mi estudio tengo un seteo donde puedo escuchar lo que estoy haciendo en tiempo real desde el celular. Obviamente esto te muestra otro tipo de desafío, porque por ejemplo en el celular los bajos no se escuchan. ¿Cómo podés hacer para que se escuchen? O para que se interpreten, al menos. Hay ciertos trucos que te permiten lograr esa sensación en un parlantito del tamaño de una uña.

#QuedateEnCasa... o en el estudio, como Nico Cotton, que no para ni con la pandemia | Foto: Cecilia Salas


¿Cuál es el artista joven que más te sorprende hoy?

--Sin dudas, Wos me parece un genio. También me gusta mucho Conociendo Rusia. El desafío que tuvimos cuando empezamos a hacer Cabildo y Juramento era traer un poco de vuelta el rock nacional, en una versión 2020, sin perder lo clásico, pero que sea moderno. Y Mateo Sujatovich siempre me sorprende con canciones. Me manda temas que son de puta madre. Te pone en el lugar de tener que producir a la altura de la canción. También Juan Ingaramo es un pibe que siempre viene con ideas nuevas que me sorprenden, y que también me dejan bien parado. Ahora estamos haciendo un disco nuevo, donde hay una mezcla muy interesante de lo tropical, de lo latino, con lo nuevo; y eso es un desafío grande y hay que estar a la altura. Pero después hay un montón de artistas que me encantan: está buenísimo lo que hacen Ca7riel y Paco Amoroso, Nicki Nicole... Siento que estamos en un muy buen momento de la escena musical argentina.

Mucha gente, sobre todo del rock, suele atacar a la música urbana por el bajo contenido de sus letras o la falta de creatividad musical. ¿Cuál es tu valoración del género?

--Yo lo veo como algo nuevo. Me parece que es un re estilo, que obviamente ya tiene su público y está re viralizado. Tiene un público muy joven, y eso a mí me encanta. No tengo nada contra el trap, todo lo contrario. Creo que más que criticar hay que entender todos los estilos musicales: cada cual tiene su lenguaje y está bueno entender qué instrumentos se usan, qué es lo que se dice. Después, obviamente, me parece que lo lindo es poder agarrar un tema de trap o cumbia o lo que sea y hacer tu versión, mezclarlo con algo más arraigado a lo tuyo, o con algo que te represente un poco más. Podés tomar elementos del trap, como el 808 o el hi-hat, y hacer algo distinto. Me parece que ahí es donde se enriquece la música.


¿Creés que la música urbana está empezando a reubicar al productor? Acá ya hay figuras muy jóvenes, como Bizarrap...

--Creo que los productores siempre fueron reconocidos, sobre todo el mundo más musical. Pero bueno, la gente en general no sabe quién es el productor de Foo Fighters. Ahora, me parece natural que alguien que está haciendo la música y que es el 50 por ciento del proyecto quiera ser la cara visibile. Como Tainy, que ya es una estrella, un artista. Me gustaría que a los productores argentinos se nos valore y se nos reconozca por lo que hacemos. Está buenísimo que los Premios Gardel incorporaran la categoría de productor, está muy piola.

¿Sentís que alcanzaste tu sonido, tu identidad?

--La verdad es que no sé, siento que me falta un montón todavía. Todos los días me despierto con ganas de venir al estudio a trabajar y mejorar, a sonar mejor y hacer buenas canciones. Es un desafío muy lindo, porque te levantás inspirado, siempre con algo para hacer distinto, tratando de aprender en el proceso, de mejorar. Para ser bueno, tenés que hacerlo muchas veces. Quizás yo no tenga un sonido tan definido porque produzco cosas muy distintas, pero creo que también es lindo cuando el trabajo de un productor es imperceptible. Cuando decís: "Che, qué bueno esto, ¿quién produjo?". Te fijás ahí y está mi nombre.

(*) ¿Te quedaste con ganas de escuchar más música producida por Nico Cotton? Escuchá acá arriba la playlist de temas que el productor subió a su cuenta de Spotify.