El sábado 29 de julio del año 2000, en horas de la tarde, René Favaloro decidió quitarse la vida con un disparo al corazón. En las horas previas al suicidio, el creador del bypass coronario redactó siete cartas que dejó en su departamento del barrio de Palermo. En los mensajes, dirigidos a amigos, familiares, colegas y, uno de ellos, a "las autoridades", Favaloro dejaba en claro que una de las principales razones que lo llevaban a tomar la decisión era la crítica situación financiera de su Fundación y la imposibilidad de cobrar las deudas que tenían con ella distintos organismos, entre los que se encontraba el PAMI, dirigido por el actual jefe de Gobierno Porteño Horacio Rodríguez Larreta. Un día antes, Favaloro también había enviado una carta al entonces presidente Fernando de la Rúa, donde le confesaba estar "desesperado" y solicitaba que intercediera ante empresarios para obtener fondos.
"El PAMI tiene una vieja deuda con nosotros -creo desde el año '94 o '95- de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían", decía una de las cartas, fechada al 29 de julio a las 14 30 horas, en la que Favaloro sostenía haberse "negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno".
Según se conoció en los días siguientes al suicidio, la "vieja deuda" con el PAMI a la que refería Favaloro estaba basada en 195 facturas emitidas entre 1993 y 1995, cuando el organismo era dirigido por Víctor Alderete: “El PAMI, durante la gestión de Alderete, se negaba a recibirlas”, informaba por entonces a Página/12 Jorge Barrientos, gerente de la Fundación. En 1999, con la llegada de Fernando de la Rúa a la presidencia, se designó en el PAMI un triunvirato de intervención conformado por Ángel Tonietto, Cecilia Felgueras y Horacio Rodríguez Larreta, y Favaloro confiaba en que el pago de la deuda pudiera ser finalmente destrabado.
Sin embargo, PAMI siguió negando la existencia de las facturas y la Fundación debió recurrir, a principios del año 2000, a la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), dirigida entonces por Rafael Bielsa, que en febrero de ese año envió una nota al triunvirato para exigir que se diera curso a los reclamos de Favaloro y se aceptara "la insinuación de las prestaciones efectuadas para proceder a su respectiva verificación”. En caso de no poder verificar las facturas presentadas por la Fundación, la SIGEN recomendaba que se iniciara un proceso de "conciliación obligatoria".
Luego de la muerte de Favaloro, Larreta, que contaba a su lado con María Eugenia Vidal como asesora de Recursos Humanos del PAMI, declaró a Radio Mitre que no había ninguna "deuda verificada" con la Fundación y que solo se trataba de un "viejo reclamo de facturas" que no aparecían "en los libros contables del PAMI": "Las 195 facturas no figuran. Nosotros nunca dijimos que el servicio no se prestó, lo que dijimos es que en ninguno de los libros contables del PAMI figura esa prestación ni esa deuda", aseguraba entonces el actual jefe de Gobierno.
Según detallaba Larreta, entre marzo y mayo del año 2000, tras la intervención de la SIGEN, hubo tres reuniones realizadas entre la obra social de los jubilados y la Fundación. En una de ellas, la final, la propia Felgueras se reunió con Favaloro, a quien se le comunicó que "la única alternativa que quedaba, prevista en la conciliación obligatoria, es verificar caso por caso para ver si los servicios efectivamente se prestaron", según palabras de Larreta que entonces detalló que se decidió "ir a ver las historias clínicas para comprobar si esos servicios se dieron".
De las cartas que dejó Favaloro se desprende que el monto total de las deudas que debía cobrar la Fundación al momento de su muerte se acercaba a los 18 millones de pesos / dólares - aún se mantenía el uno a uno -, suma acumulada por servicios prestados principalmente a PAMI pero también a IOMA, obras sociales sindicales y empresas de medicina prepaga.
En una de las cartas, el cardiocirujano escribía: "En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir". En otro de los escritos, Favaloro detallaba que "en estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta".
El 28 de julio del año 2000, un día antes de quitarse la vida, Favaloro enviaba una carta a Fernando de la Rúa en la que explicaba la grave situación financiera de su Fundación y confesaba estar "desesperado", según indicaba el ex mandatario ante las cámaras de América TV unos días después de la muerte: “Él me pedía si podía interceder ante empresarios para obtener una donación de seis millones de pesos", contaba entonces De la Rúa, que aseguraba que la misiva había llegado a su despacho el mismo día en que fue enviada pero que él la había recibido el lunes, es decir, dos días después del fallecimiento.
En la carta dirigida a sus familiares, Favaloro se despedía así: "En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara".
Informe: Santiago Brunetto