Temperley, situado en zona de descenso, rescató anoche un empate agónico por 2-2 con Atlético Tucumán. En el estadio Alfredo Beranger y cuando la concurrencia local se lamentaba por las oportunidades desperdiciadas apareció el delantero Marcos Figueroa para decretar, cabezazo mediante, la igualdad del Gasolero en el segundo minuto de descuento.
Previamente, el conjunto celeste había sacado ventaja con un tanto de Christian Chimino (30 minutos) pero Atlético había dado vuelta la historia con un doblete de Fernando Zampedri (a los 64 y a los 77). El mismo Zampedri, al finalizar la etapa inicial, había dispuesto de una inmejorable ocasión para establecer la paridad provisoria, pero el ex Atlético de Rafaela ejecutó un tiro penal que atajó el arquero local, Matías Ibáñez.
El período inicial mostró a dos equipos con intenciones de tratar el balón por abajo, sin abusar de los pelotazos. En ese contexto se dio un encuentro entretenido, a pesar de que los dos fallaron en la puntada final. La apertura del marcador llegó cuando el uruguayo Guevgueozian mandó un buscapié, que encontró en el área al defensor Chimino, que facturó con el arco libre.
Casi sobre el final del primer tiempo, una infracción ingenua de Gastón Aguirre sobre Zampedri generó el penal que sancionó el árbitro Juan Pablo Pompei. La ejecución, a cargo, del atacante fue neutralizada por el arquero Ibáñez, quien se arrojó sobre su izquierda y controló el disparo.
En la segunda mitad, Temperley se ilusionó con sostener una ventaja que no merecía en el cuarto de hora inicial, cuando Figueroa ejecutó un centro aéreo que casi se le mete a Lucchetti y fue despejado sobre la raya por Bruno Bianchi.
Pero ya, a esa altura del partido, Atlético desplegaba los méritos como para concretar el empate, a partir de una intensa presión en la zona central. El volante Barbona se desenganchó por derecha y metió un centro que fue cabeceado por Zampedri, para decretar el 1-1. Y el ex delantero de Atlético de Rafaela y Juventud Unida de Gualeguaychú apareció nuevamente para torcer el destino de la historia con una definición implacable que supuso el 2-1 para el visitante.
Temperley, herido, fue a la carga insistente en procura de rescatar algo. Temperley tuvo su consuelo, con un pelotazo largo de Aguirre, el cabezazo de Vázquez que le bajó el balón a su compañero Figueroa, quien aprovechó el estatismo de la defensa visitante para gritar un empate angustioso.