Sergio “Cucho” Costantino no es un recién llegado al terreno del documental musical, y en largometrajes previos como Imágenes paganas, Familia cantora y El club de los 50 ha recorrido vidas públicas y privadas de artistas ligados al rock, el folklore y otros territorios de la canción nacional y popular. Un sueño en París extiende sus brazos más allá de la Argentina y se propone recopilar la historia de la célebre tanguería parisina Trottoirs de Buenos Aires, fundada por un grupo de exiliados a comienzos de los años '80. Para ello, el realizador utiliza una suerte de narrador (nada omnisciente) en la persona del franco-argentino Jean Pierre Noher, guía del relato, entrevistador, buscador de pistas y eventual actor y cantante. Una cita en el bar Rayuela del barrio de Agronomía con el escritor Tomás Barna, socio fundador del Trottoirs, presenta una conversación con Noher tan fresca e interesante como forzada es la puesta en escena “ficcional” del encuentro.
Cortázar es el apellido que más veces se pronuncia durante los primeros minutos de Un sueño en París (no es casual: el escritor fue padrino espiritual del local de la rué Lomabarde 9), con una visita obligada a la Casa Argentina en París, donde el autor de Todos los fuegos el fuego vivió durante varias temporadas. Al mismo tiempo, Noher intenta hallar sin demasiado éxito al mítico Edgardo Cantón, máximo responsable de la programación musical del Trottoirs, que debutó nada más y nada menos con el Sexteto Mayor, transformando el lugar en un éxito inmediato. La película de Costantino sigue desarrollando el relato, repleto de datos y anécdotas (el francés Pierre Richard aparece en una docena de fotos y se recuerda la historia de cómo Carolina de Mónaco fue “rebotada” en la puerta del boliche) a partir de un formato de documental convencional con pizcas de ficción al paso.
Noher es un entrevistador simpático y entrador que, sin duda, conoce del tema, pero en más de una ocasión sus interrupciones no resultan demasiado conducentes (algo similar puede decirse de sus acompañamientos vocales ante cantores como Guillermo Galvé). En tanto el tema del exilio en Francia durante los años de la dictadura está presente, el film opta por recuperar la ligazón “mágica” entre las veredas de Buenos Aires y aquellas de París, que Cortázar supo explorar en varias creaciones. Hay algo de turístico en Un sueño en París, como también lo había en el Trattoirs, aunque esa no haya sido la intención original. Si algo logra el proyecto de Costantino es relevar el resurgimiento del tango como fenómeno global a partir de las funciones en ese pequeño local del barrio latino, que Susana Rinaldi y Jairo –dos de los entrevistados más destacados– no dejan de señalar en varias oportunidades.
UN SUEÑO EN PARÍS 5 puntos
Argentina, 2020
Dirección: Sergio Costantino.
Guion: Sergio Costantino y Gustavo Alonso.
Duración: 76 minutos.
Disponible en Cine.ar Estrenos.