La ciudad de los pájaros                   6 puntos

Cidade Pássaro, Brasil/Francia, 2020.

Dirección: Matias Mariani.

Guion: M. Mariani, Maíra Bühler, Chika Anadu, Francine Barbosa, Júlia Murat, Chioma Thompson y Roberto Winter.

Duración: 102 minutos.

Intérpretes: O. C. Ukeje, Chukwudi Iwuji, Indira Nascimento.

Estreno en Netflix.

Brasil es uno de los países que mayor cantidad de inmigrantes africanos recibe. La mayoría proviene de las ex colonias portuguesas. Angola, Mozambique, Cabo Verde. Pero también nativos provenientes de Nigeria, el país más grande del continente. Presentado en la sección Panorama de la última Berlinale, el film brasileño La ciudad de los pájaros focaliza en un inmigrante de ese origen que desembarca en Sâo Paulo, la ciudad del país fronterizo que cuenta con mayor cantidad de recién llegados de Nigeria. Primer film de ficción de Matias Mariani, que cuenta con dos documentales previos, La ciudad de los pájaros -cuyo título de distribución internacional es ShineYourEyes- es también el relato de una búsqueda, del peso de los lazos familiares y de una iniciación postergada.

Amadi (O. C. Ukeje), que es músico, llega a Sâo Paulo en busca de Ikenna, su hermano mayor (ChukwudiIwuji), que emigró tiempo atrás. El favorito de su madre, Ikenna envía cartas a su hogar en la ciudad de Nsuka, dando cuenta de sus éxitos: es nada menos que Profesor Titular de Estadística Cualitativa, una especialidad tan sofisticada que el espectador hasta puede no saber qué es. Iniciada su búsqueda, Amadi comenzará a sospechar que las cosas no son exactamente como las cuenta Ikenna. Máscara mutante, cada unx de quienes tuvieron contacto con él dan una versión distinta de su identidad. Puede haberse llamado Charlie, puede haber sido “burrero”, puede haber tenido más de una novia, puede haber experimentado con videogames. Todos los retratos tienen, sin embargo, algo en común: Ikenna sería un genio matemático, o un loco de las matemáticas, que busca la forma de dar con el caballo ganador sobre la base de algoritmos, o de vencer al azar con el cálculo.

La ciudad de los pájaros tiene estructura de thriller, con Amadi como detective privado e Ikenna como el objeto esquivo. Éste parece una suerte de fantasma inatrapable, lo cual pone en juego la cuestión de la identidad. Investigador e investigado se reflejan uno en otro: la identidad de Amadi, como la de todo inmigrante en un país cuya lengua ignora, también está atomizada. Haciendo pie sobre esa estructura, Mariani y los restantes seis guionistas de La ciudad de los pájaros (una de las cuales es Maíra Buhler , realizadora del excelente documental Diz a ela que me viu chorar ) presentan a Amadi como hermano menor dependiente del mayor, cargando además con el peso del favoritismo de su madre por Ikenna. Peso del cualdeberá desprenderse, para forjar su propia identidad.

La película tiene una estética sumamente calculada, tan matemática si se quiere como la obsesión de Ikenna. Pulcritud fotográfica, simetrías visuales, perspectivas que muestran a Amadi aplastado por las enormes construcciones paulistas, techos que ponen límites, grandes panoramas de autopistas y edificios, no-lugares en los que destaca el vacío. En algunos casos esta puesta en escena es significativa, en otros parece puro manierismo. Sobre todo teniendo en cuenta que el drama al que sirve no tiene la misma intensidad que el plano visual. Que un caballo se llame Schopenhauer, o que una persona se despida de otra con una palabra que significa “el universo”, en lugar de un simple chau, revela que las pretensiones no están ausentes de La ciudad de los pájaros