Desde Roma
El exministro del Interior italiano y actual senador de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que cuando fue ministro luchó por impedir a toda costa la llegada de inmigrantes a Italia, podrá ser procesado por el delito de “secuestro de persona”, según decidió el jueves el Senado. La acusación se refiere a que en agosto de 2019 impidió durante 19 días que unos 150 inmigrantes,hombres, mujeres, menores de varios países africanos escapados de Libia y salvados en el mar por la nave de la organización humanitaria española Open Arms , desembarcaran en el puerto de la isla de Lampedusa para ser ayudados. Se trataba de personas que habían sufrido todo tipo de abusos de parte de los traficantes de seres humanos en Libia, de donde habían partidos las barcazas que los transportaron por el Mediterráneo y donde estuvieron a punto de ahogarse.
El Senado sometió a voto y refutó la decisión de no procesarlo tomada en mayo por la Junta para las Autorizaciones a Proceder del Senado, presidida por otro conservador como Maurizio Gasparri de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi. La decisión de autorizar el proceso - cosa bastante extraordinaria por lo demás - obtuvo 149 votos a favor y 141 en contra. Se necesitaba un mínimo de 160 votantes para obtener el quorum, por lo cual la cifra de votantes superó ampliamente las expectativas. Los senadores de hecho dijeron NO al informe original que la Junta para las Autorizaciones emitió a fines de mayo, cosa que la derecha no se esperaba para nada.
La Junta se tuvo que poner en movimiento luego de que el Tribunal de Ministros de Palermo, en Sicilia, pidió que Salvini fuera acusado de “secuestro de persona” y de “negligencia en el cumplimento del deber”.
En aquellos días tremendos del bloqueo de la nave a pocos km de Lampedusa, los inmigrantes no pudieron desembarcar ni recibir los cuidados médicos que hubieran merecidos, alterados física y psíquicamente como estaban, y muchos se tiraban al agua desesperados. El gobierno español trató de ayudar a Open Arms pero ellos rechazaron la oferta porque los puertos para desembarcar estaban a más de 1.000 km. Cuando después de casi 20 días se autorizó el desembarco en Italia, la justicia de la ciudad de Agrigento, en Sicilia, ordenó que la nave Open Arms fuera secuestrada como una fuente de pruebas, porque se temía que la organización humanitaria hubiera puesto en peligro a los inmigrantes. Pero después de pocos días, la devolvieron.
La justicia de Agrigento fue la que inició las primeras investigaciones judiciales contra Salvini.
A decir verdad, en estos tiempos de pandemia, de uso de mascarillas, de distancias físicas y de prohibidas manifestaciones masivas, la derecha y sus comentarios racistas, discriminatorios, antimigrantes, habían pasado casi a segundo plano. Pero desde hace unos pocos días, Salvini volvió al ataque para hacerse notar, acusando al gobierno de ineficacia y de poner en peligro la vida de los italianos al conocerse la noticia de que muchos inmigrantes había escapado de los centros de recepción donde estaban amontonados haciendo la cuarentena y pese a que algunos contagiados fueron allí descubiertos.
Según el presidente de la Junta del Senado Gasparri, Salvini no fue el único responsable de no permitir el desembarco en Lampedusa, sino que fue un “acto colegial del gobierno”, cosa que desmienten quienes recordaron durante el debate que el actual primer ministro Giuseppe Conte, que lo era también en ese momento, le escribió una carta a Salvini invitándolo a dejar de lado el delito que estaba cometiendo al impedir el desembarco al menos de los migrantes menores de edad.
El fundador de la española Open Arms, Oscar Camps, en declaraciones al diario La Repubblcia de Roma, dijo que “Salvini es culpable de secuestro de personas” y que “la decisión del parlamento italiano es importantísima”. Mandar al entonces ministro del Interior a juicio “significa restablecer la verdad histórica y al inviolabilidad de las convenciones internacionales que regulan el socorro en el mar”. “Hemos sido acusados de todo. Nos han llamado ‘taxis del mar’ y ‘traficantes de seres humanos’ , pero los únicos que violan las convenciones internacionales y los derechos humanos son los gobiernos europeos”, agregó Camps.
Todo el centroizquierda votó contra Salvini, incluido el Partido Democrático y el Movimiento Cinco Estrellas que están en el gobierno, pero también Libres e Iguales y Italia Viva, el partido del ex primer ministro Matteo Renzi, quien en su presentación ante el Senado desmintió que el acto llevado a cabo por Salvini fuera de “interés público” como él lo definió, porque “no es de interés público el tener un barco alejado de las costas”.
En cambio la derecha lo defiende. “Procesar a Matteo Salvini por haber defendido las fronteras italianas de la inmigración ilegal es simplemente escandaloso”, dijo la líder del derechista Fratelli d’Italia, Georgia Meloni.
Y Salvini, que siempre tiene buenas frases para sintetizar sus objetivos comentó “Yo cumplí con mi deber. Tengo la conciencia tranquila”. Pocas horas antes de la decisión del Senado había comentado: “Si soy procesado, iré orgulloso. ¿Se creen que van a atemorizar a la Liga con un proceso de este tipo? Cuando yo vuelva al gobierno, haré exactamente las mismas cosas”.
Aunque todavía habrá que ver cómo se hará este proceso, cuáles serán las acusaciones que mantendrá el fiscal, los testigos, las fecha y demás detalles, si Salvini es condenado seguramente su imagen se debilitará, abriendo las puertas a una eventual sustitución. Pero además, si es condenado podría no estar habilitado a ocupar un cargo público por muchos años.