Los organizadores del Giro de Italia, una de las competencias más tradicionales del ciclismo internacional, pidieron permiso al Gobierno para la presencia de espectadores en la partida y en la llegada de la carrera, que debió realizarse en mayo y se aplazó para octubre por la pandemia de coronavirus.
"Sin público, al Giro le faltaría el espíritu mismo del ciclismo. Sobre una etapa de 200 kilómetros no se puede, pero estamos listos para hacerlo en las áreas de partida y llegada", explicó Mauro Vegni, director de Ciclismo de RCS Sport, organizadora de la carrera.
En ese sentido, según informó la agencia italiana ANSA, la empresa presentó un protocolo para gestionar el permiso: se realizarán controles de temperatura y se asegurarán del cumplimiento de la distancia social y del uso de barbijo y de gel.
"También controlaremos las aglomeraciones en base a los espacios. Esperamos la última palabra del gobierno pero no espero puertas cerradas como ocurre en los estadios de fútbol", indicó Vegni, en la presentación de la 103ra edición de la prueba.
El Giro de Italia, que se realiza habitualmente en mayo pero debió aplazarse por la pandemia de Covid-19, se iniciará el 3 de octubre en Monreale, al norte de Sicilia (originalmente la largada estaba prevista en Hungría), y concluirá el domingo 25 en Milán.
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