Un soldado de 25 años fue baleado en el rostro por efectivos policiales el miércoles alrededor de las 23 mientras compraba en un kiosco en el barrio Norte Grande. Los uniformados lo dejaron herido y fue llevado por un vecino al Hospital Papa Francisco y trasladado al San Bernardo, donde lo sometieron a una cirugía y tuvieron que extirparle el ojo izquierdo.
Antes de lo sucedido el militar se encontraba conversando con el joven Luciano Cruz, vecino de su padre, a quien la Policía dejó también sin un ojo en febrero tras dispararle a la cara sin mediar palabra. Se repitió el mismo procedimiento.
El militar se llama Néstor Ávalos. Su pareja, Magaly Vera, realizó la denuncia contra la Policía el jueves en la Comisaría 1 y tiene previsto ampliarla este viernes presentando pruebas en la Fiscalía de Derechos Humanos junto al abogado Martín Plaza. La mujer dijo que quiere que se pidan los libros de guardia de la Comisaría 10 y del barrio Democracia ya que son las que actúan en la zona.
Ávalos había ido a ver a su padre que vive en Norte Grande. Antes de que le dispararan estaba conversando con Cruz, que es su amigo y vive en la misma cuadra. "Estábamos en la vereda de mi casa comiendo chicitos y semillitas. Primero pasaron dos móviles. Él se metió adentro, después salió. Fue a comprar más chicitos al kiosco que está a 20 metros y se escucharon tiros de escopeta. Él gritó 'mi ojo'. Le dispararon cuando estaba afuera del negocio", relató Cruz.
A Cruz un grupo de policías le dispararon y lo dejaron sin un ojo el pasado 24 de febrero, en la causa judicial ya hay cuatro efectivos imputados por vejaciones y lesiones graves. Respecto a lo sucedido con Ávalos, "los policías no dijeron nada y le dispararon a la cara. Está de testigo la gente del negocio, el móvil pasó, hizo marcha atrás y desde adentro (del vehículo) le dispararon en el rostro. Ya es costumbre de la décima actuar así. Les gusta disparar a la cara. No les importa nada y hacen tiros", relató Cruz a Salta/12.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 23.30. Un vecino auxilió a Ávalos y lo llevó en moto al Hospital Papa Francisco, luego lo derivaron al San Bernardo. A las 8 de la mañana fue sometido a una cirugía que duró hasta casi el mediodía. "Perdió el ojo izquierdo. Se lo tuvieron que extirpar para que no le pase la infección al otro ojo", sostuvo la pareja de la víctima.
Vera explicó que Ávalos vive con ella en otro barrio de la ciudad, tienen dos hijos en común, un niño de 5 años y una niña de 8. El miércoles el joven fue a ver a su padre que vive en Norte Grande. "Néstor es soldado hace 6 años, fue a comprar al kiosco a dos casas de donde vive el padre. Yo no estuve ahí pero lo que me dijeron testigos es que los policías ni se bajaron del móvil y le hicieron el disparo. En el barrio es común que haya enfrentamientos con la Policía, pero esta vez no hubo nada de eso. Néstor no puede tener antecedentes por lo que evitaba cualquier problema. Ahora es un caso más, le dispararon de la nada y le arruinaron su carrera militar", manifestó Vera.
La joven dijo que fue a verla un representante del Ejército y le solicitó la copia de la denuncia y la historia clínica, para hacerle llegar la situación al ministro de Seguridad, el militar retirado Juan Manuel Pulleiro.
"Los policías de la Comisaría 10 y Democracia no hablan y van a los tiros sin importar quien esté", afirmó Vera.