La segunda edición de la Feria del Libro en Casa (Felca), que empieza este sábado y se extenderá hasta el jueves 6, estará dedicada a niñas y niños. La extensa cuarentena cambió profundamente sus vidas, durante meses no pudieron jugar en las plazas ni ver a sus pares y tuvieron que adaptarse a las clases virtuales: la Felca les propone un espacio para jugar y leer libros, pero también habrá otras actividades como talleres de escritura y música. Las editoriales, librerías y distribuidoras que participan en esta feria son Oasis-cuentos para niñxs, Madreselva, Piloto de Tormenta, Milena Caserola, Grito Manso, Muchas Nueces, La Mariposa y la Iguana, La Periférica Distribuidora (Tinta Limón, Biblioteca Nacional, Editorial Municipal de Rosario, La Cebra, DocumentA/Escénica), Librería Ritualitos, Alcohol y Fotocopias, Hekht y Eloísa Cartonera, entre otras.

Esta alianza entre editoriales, librerías y distribuidoras lanzará promociones que se podrán adquirir a través de las redes sociales. Los que viven en CABA recibirán los libros gratis una vez terminada la Feria. Los que viven en provincia tendrán que pagar un costo de envío “que intentaremos que sea lo menos posible”, aclara Matías Reck, de Milena Caserola. Entre las publicaciones que se podrán encontrar se destacan la Colección Quelonios de la Biblioteca Nacional, Antiprincesas y Antihéroes, la revista Intrépidas, Hermanas de Intercambio, del escritor cubano Eudris Planche Savón; Objeto Dibujable No Identificado, de Angie Juanto; Mi madre favorita tiene bíceps, de Liliana Laura Ivachow; Fotofobia, de Jaqui Casais; y Descubriendo el cuerpo, sembrando palabras, de Monserrat Catalán Morera, entre otros libros. La programación de la Felca incluye una lectura de El Planeta de Spinetta con los autores del libro, Patu Leonardi y Damián Caputo; y lecturas de poesía coordinadas por Fede Llera, con poetas de Chile, Mendoza, San Juan y Buenos Aires.

“Todas las editoriales que nos consideramos in(ter)dependientes no queremos ser un monopolio a costa de las demás, esa es nuestra gran diferencia. Nos llamamos así las editoriales que buscamos fomentar el amor por el libro, la escritura, la literatura diversa y desobediente. No buscamos ganancia a cualquier costo, queremos vivir de hacer libros”, explica Lucía Aita, de Muchas Nueces, a Página/12. “Las librerías de barrio son lugares de presentaciones de libros, encuentros, amistades; no nos da lo mismo. Y el cuidado de toda la red para nosotres es vital. Nadie se salva solo; es nuestra única forma de sobrevivencia, pero también la mejor forma para hacer las cosas en el mundo actual, si lo que buscamos es un mundo mejor, con más diversidad y menos desigualdad”, agrega Aita.

Aunque las plataformas de streaming compiten hoy por el interés de todos, “todavía la lectura convencional genera interés en les niñes”, subraya la escritora y música Jaqui Casais. “En la primera infancia el compartir una lectura con la familia o con les docentes o amigues les hace sentir que hay alguien que está dedicándoles atención y pasando un tiempo valioso con elles. Los libros no solo ayudan a desarrollar el lenguaje, la imaginación y la creatividad sino que también les dan la posibilidad de preguntar, de expresar emociones y sentimientos al identificarse o no, con los personajes de la historia. Por eso también queremos acercar historias diversas donde les protagonistas no representen los roles y estereotipos de géneros patriarcales y las familias no sean las convencionales para que les niñes se vean representades allí o logren empatizar con les otres”, plantea Casais. Amalia Boselli, escritora y docente que dará un taller de escritura y lectura para ñiñes y adolescentes, cuenta que en los talleres “lo que más les gusta es leer en voz alta y escucharse, porque no hay nada que dé más placer que una historia que sepamos todes”.

¿Hacia dónde va la edición de libros independientes en el país? “Se intentó repensar los lugares que cada uno ocupa en la cadena del libro, aunque no se ha avanzado lo suficiente como para plantear una cooperación, sino que por el contrario aparece el sálvese quien pueda. Claramente ha habido acciones colectivas, pero no alcanzan, y cuesta generar cambios más estructurales en el campo del libro”, reconoce Reck. “En este encierro, el libro fue el que quedó mejor parado comparado con el resto de los consumos culturales, como el cine, el teatro y espectáculos de todo tipo”, precisa el editor. “También tomó relevancia una forma no tan nueva en la circulación del libro: las librerías virtuales, sumado a que todas las librerías devinieron virtuales. Allí se potenciaron y se multiplicaron los canales de venta de libros. Estructuras muy pequeñas pueden generar un gran movimiento de libros, pero a las estructuras más grandes les cuesta sostener una circulación de libros en baja o mucho más repartida. Me animo a decir que el libro, como todo, está en un proceso de uberización”.

*El link para entrar a la Felca es https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeB07Oka_Fy5i9ttE_qzgD8Il2q8XPlcEijEtje-Tx9jnqS5Q/viewform?usp=sf_link