Adriana Funaro continuará en prisión domiciliaria. Así lo resolvió el juez de Garantías Horacio Hryb, quien ya había dictaminado de la misma manera a fines de febrero, luego de que la policía de Ezeiza allanara el domicilio de Funaro tras una denuncia de un vecino con quien mantenía un conflicto por una medianera. La militante del uso terapéutico del cannabis afronta una causa por infracción a la Ley de Drogas.
Familiares y distintas asociaciones de cultivadores de cannabis se movilizarán mañana a las 11 hasta los tribunales de Lomas de Zamora, donde tramita el caso, bajo el lema #NoSomosNarcos. Allí se realizará una audiencia para debatir el pedido de libertad realizado por la defensora Victoria Baca Paunero. “Adriana no es un riesgo para la sociedad, no posee antecedentes y no hay peligro de fuga”, indicaron desde la Asociación Cultural Jardín del Unicornio, una de las agrupaciones que convoca a apoyar a Funaro.
Funaro tiene 46 años y una artrosis hereditaria. Comenzó a utilizar aceite de cannabis hace tres años para paliar el dolor que le provoca la enfermedad. "Me siento decepcionada por la Justicia, que en vez de cuidarme, me está arruinando la salud y la vida", dijo Página/12 desde la casa de su hija Micaela, donde se encuentra privada de su libertad. "Sin embargo, no esperaba otra resolución del juez Hryb, quien desde el primer momento mostró un ensañamiento hacia mi persona", añadió.
"El Estado criminaliza sin investigar todas las pruebas que presentamos sobre el uso medicinal que hago del cannabis. Presentamos decenas de testigos que quieren declarar la verdad, pero la fiscalía mira para otro lado, mientras tenemos una ley injusta y obsoleta que criminaliza al usuario terapéutico", amplió Funaro.
El fallo de Hryb se conoce un día antes de que el proyecto para legalizar el uso medicinal de la marihuana se discuta en la Comisión de Salud del Senado. Los legisladores mantendrán una reunión a las 14.30 en el salón de las Provincias, en la que debatirán cuatro iniciativas, entre ellas la aprobada el año pasado por la Cámara de Diputados. Una importante fuente del Senado indicó a Página/12 que hay un acuerdo entre los legisladores de los distintos bloques para que el proyecto "salga como vino de diputados".
Dicho proyecto establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor de la planta cannabis. Además, compromete al Ministerio de Salud a garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios, ya sea a través de la importación o la producción por parte del Estado, para lo que se autoriza el cultivo de plantas de marihuana al Conicet y al INTA.
Justamente este último punto generó un fuerte reclamo de las agrupaciones, como Mamá Cultiva, que piden extender la legalización hasta el autocultivo, pero que fueron excluidas de la normativa a pedido del bloque Cambiemos.
Según Marcelo Morante, docente en la Universidad Nacional de La Plata, donde dirige un departamento de investigación sobre el tema, y uno de los impulsores del uso terapéutico de esta sustancia, el autocultivo se revela como esencial frente a la demanda que existe del producto ya que no llegaría a satisfacerse con la normativa propuesta por el Congreso. “El 90 por ciento de las prescripciones tienen que ver con el dolor y el cáncer, no con la epilepsia refractaria. El Estado no va a poder responder ante la demanda. Espero que esta ley sea una transición para que se discuta la regulación del autocultivo”, indicó a Página/12.