Fanáticas y fanáticos del béisbol no llegaron a contar ni siquiera diez días consecutivos de acción tras la reanudación de las Grandes Ligas cuando ya se empieza a hablar de una posible suspensión del deporte que mueve multitudes en Estados Unidos: a diferencia del éxito de la vuelta del fútbol y del básquet -bajo los estrictos protocolos que supone la "burbuja" en la que se encuentran los equipos-, la Major League Baseball (MLB) ya acumula 29 casos positivos de coronavirus y pone en riesgo la continuidad de las series, de las que este domingo incluso se bajó un jugador de los Mets de Nueva York.
El comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, aseguró en las últimas horas que "si los equipos no hacen un mejor trabajo para el manejo del coronavirus, la temporada podría suspenderse", según un informe que emitió el periodista de ESPN, Jeff Passan.
Cualquiera que haya sintonizado alguno de los juegos de la NBA o de la Major League Soccer (MLS) habrá podido descubrir qué era aquello de la famosa "burbuja" que ambas ligas montaron en el complejo ESPN Wide World of Sports, en Orlando, para garantizar controles estrictos y reducir al mínimo la posibilidad de contagios. En la MLB, sin embargo, no se apostó por nada parecido.
También estarían fallando las mínimas medidas de seguridad personal. Uno de los principales reclamos en la primera semana de competencia es "la falta de recaudos que se tomaron" en los juegos para evitar los casos. Las autoridades estatales advirtieron sobre "la falta de cubre-bocas, el choque de manos entre los jugadores y los escupitajos" durante los partidos de la primera semana de competencia de la MLB.
En ese contexto no podía esperarse que los testeos fueran alentadores. Según informó la propia liga, se realizaron 11.895 testeos en las 30 franquicias durante esta semana que finalizó. Hubo 29 casos positivos de Covid-19, de los cuales 21 involucraron solamente a un equipo: jugadores y personal del Miami Marlins. De los restantes, dos pertenecen a Saint Louis Cardinals, uno a un jugador alternativo y cinco a integrantes del staff de la competencia.
¿El resultado? Se postergaron 15 partidos en apenas una semana. Solamente el equipo del Sur de la Florida debió postergar todos sus partidos desde el jueves hasta definir los pasos a seguir en la recuperación de sus jugadores afectados por el virus. El monitoreo de la MLB lleva registrados un total de 44.535 pruebas realizadas, con 128 casos positivos (104 de estos casos son jugadores y 24 corresponden al personal de la liga).
La situación en la que se encuentran las Grandes Ligas en relación a las garantías para prevenir contagiarse en medio de la pandemia se asume más grave si se considera lo que sucedió este domingo con el jugador Yoenis Céspedes.
El cubano de los Mets de Nueva York estaba siendo buscado por su equipo para el partido de esta jornada ante los Bravos de Atlanta tras no presentarse al estadio ni atender las llamadas, según informaron desde la franquicia. ¿Qué pasó? Brodie Van Wagenen, manager de los Mets, finalmente informó hace menos de una hora que el pelotero se encontraba "sano", pero que su agente les había comunicado en pleno partido que Céspedes "ha decidido bajarse de lo que quedaba de temporada por razones vinculadas a la Covid".
Más allá de que las medidas sanitarias parecieran haberse quedado a medio camino, ni siquiera el formato de juego con el que se decidió volver a la competencia -tras una intensa negociación entre la MLB y la Asociación de Jugadores de la liga (MLBPA por sus siglas en inglés)- convenció a todos. El béisbol regresó con una edición acotada de 60 encuentros (tradicionalmente se disputan 162 juegos en la etapa regular) con la finalidad de que cada equipo juegue en su estadio, sin público. Una decisión que, a la luz de los hechos, está teniendo sus costos.