A un año del atentado del Estado Islámico en París, homenajearon a las 130 víctimas en cada uno de los escenarios de los asesinatos, empezando por el Estadio de Francia y terminando en el teatro Bataclán. Las ceremonias oficiales estuvieron rodeadas de un fuerte operativo de seguridad.
El presidente François Hollande descubrió placas conmemorativas en cada uno de los sitios donde atacó el grupo jihadista, mientras un hombre y una mujer leían los nombres de las personas asesinadas. Al final, el mandatario puso una corona de flores y se hizo un minuto de silencio.
La última etapa fue en el Bataclan, la sala de fiestas que registró la mayor masacre (90 muertos) y que anoche reabrió sus puertas después de un año de reconstrucción con un concierto del cantante británico Sting. Además, ante el Ayuntamiento del distrito XI de París, se soltaron globos de colores.
En el Estadio de Francia se produjo el único discurso, a cargo de uno de los hijos de Manuel Dias, la primera persona que murió en los atentados. Dias señaló que su padre no habría querido que su recuerdo estuviera asociado al odio. Por eso terminó su discurso con un "¡Viva la tolerancia, viva la inteligencia, viva Francia!".
Los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 son una cicatriz abierta en Francia que, lejos de cerrarse, se ha agravado sobre todo con el ataque del 14 de julio pasado en Niza, cuando un tunecino radicalizado mató con un camión a 85 personas. Francia lleva un año en estado de emergencia y el primer ministro, Manuel Valls, contó que se prolongará en 2017 al menos "unos meses", hasta después de las elecciones de primavera.