Una jueza de Familia de Bariloche enfrenta una inédita situación: sufre hostigamientos sistemáticos de parte un hombre disconforme con un fallo que firmó tres años atrás. La llegó a amenazar de muerte en dos oportunidades y la fue a buscar a tribunales en medio de la cuarentena para increparla. La ataca verbalmente en redes sociales y también en la vía pública: a diario estaciona en el centro cívico de la ciudad un auto ploteado con acusaciones hacia la magistrada. Se ocupó de filmar y difundir su domicilio particular y de organizar convocatorias a manifestaciones en su contra. La justicia lo imputó por amenazas y dictó una orden de no acercamiento. El amedrentamiento comenzó tres años atrás, pero en el último tiempo se acrecentó al punto que la jueza tiene custodia policial permanente. El hombre llegó a denunciarla ante el Consejo de la Magistratura pero el órgano archivó la presentación por unanimidad.
El blanco del acoso es la magistrada Marcela Pájaro, titular del juzgado N°7 de Familia de Bariloche. El hombre que la asedia se llama Sebastián Escalada. “La sensación que todo esto produce es la de permanente y continuo castigo y un hostigamiento tendiente a minar mis fuerzas, con miras a producir un quiebre que lleva a la renuncia o a un descrédito que obstaculice mi carrera profesional, ante el rechazo de obtener mi destitución por la vía legal”, consideró la jueza en declaraciones radiales. Uno de los episodios en los que Escalada amenazó de muerte a la magistrada Pájaro ocurrió ante la ex legisladora porteña María Elena Naddeo, integrante de la APDH, en el marco de una charla en Bariloche.
El origen del hostigamiento a la jueza se remonta a 2018 cuando Pájaro le otorgó el permiso de viaje a la ex esposa de Escalada –ya estaban divorciados—y a las dos hijas de ambos. La mujer, oriunda de Estados Unidos, pidió viajar a ese país con las niñas para visitar a su padre, que cursaba una enfermedad terminal. El permiso fue otorgado por 60 días. Presentó los pasajes de ida y vuelta. Debía regresar en los plazos previstos. El padre de la mujer falleció pero ella y sus dos hijas se quedaron en el estado de Texas. Desde allí, solicitó a la magistrada una prórroga de su estadía. La prórroga fue denegada y la jueza Pájaro la intimó a retornar al país en un plazo de 15 días. Pero no lo hizo. Nunca más regresó. Aquí terminó la intervención de la magistrada en el caso.
En 18 años de actuación “nunca viví una situación así, son días de pesadillas” dijo la magistrada. “Son días difíciles, estoy acostumbrada y soy una persona bastante fuerte, uno está acostumbrado a algunas cosas que por más que no le gusten están dentro del marco de la libre expresión. Que la gente critique, que ponga en duda lo que se le ocurra, es así, pero esto es demasiado y yo quiero contar un poco cómo comenzó. Soy consciente que los poderes judiciales del país tenemos muy mala imagen y que en algunas cosas la gente tiene razón y hará falta que se modifiquen las formas en que funcionamos, pero lo cierto que también hay una idea de que yo he tenido un trato preferencial y la verdad es que no ha sido así”, señaló la jueza en declaraciones al programa “El Expreso Periodístico” que se emite por El Cordillerano Radio (93.7), de Bariloche. En esa entrevista, mencionó que hizo la primera denuncia por amenazas en marzo, con la feria judicial de la covid, y la tuvo que retomar en junio, porque se repitió otra segunda instancia de amenazas. Escalada “fue imputado por este hecho el martes 21 de julio. Además de todos estos actos de hostigamiento que hicieron y por lo cual tuve que modificar mi vida normal, como por ejemplo mis horarios y mis salidas del trabajo”, precisó la magistrada.
En su momento, Escalada recurrió a un trámite de restitución internacional pero le fue denegado. Tampoco pudo viajar a Estados Unidos porque había sido deportado desde ese país con anterioridad. En el proceso de intentos de Escalada de gestionar el viaje de la mujer y las hijas a Bariloche hubo varios rechazos. Entre otros argumentos Cancillería llegó a informar que eso sería peligroso para la integridad de la ex esposa y las niñas, según advirtió el equipo de abogadas de Pájaro, entre ella Karina Paola Chueri. La letrada contó la historia de Escalada que pudieron reconstruir: “fue deportado de Estados Unidos porque tuvo causas judiciales, una por matrimonio fraudulento y la otra por haber participado en un delito de defraudación en la transferencia de una compañía”.
“En vez de comprender sus propias limitaciones de acceso al país donde ahora están sus hijas, o de aceptar que el hecho de que no hayan retornado tuvo que ver con una decisión que tomó su madre, Escalada convirtió esta situación en una batalla personal contra la jueza Pájaro”, señaló Chueri.
En 1997, siendo un joven fotógrafo, Escalante “fue acusado en Paraguay de estupro agravado, corrupción y asociación ilícita. Fue a partir de un video que comercializó abusando de una adolescente de 16 años”, agregó Chueri.
El auto que el hombre estaciona en el centro cívico de Bariloche esta ploteado con inscripciones que dicen: “Quiero ver a mis hijas. Gobierno de Río Negro. Hágase responsable y den la cara”. En Facebook armó un grupo que se llama “Víctimas de la jueza Pájaro”.
En su trayectoria, la jueza Pájaro falló a favor de la aplicación de protocolos de interrupción legal del embarazo, de solicitudes de cambio de apellido paterno en el caso de situaciones de abusos intrafamiliares, preservó la seguridad de madres e hijos en situaciones en las que padres violentos solicitaban régimen de comunicación y de visitas, enumeró su abogada en la causa iniciada por las amenazadas.