Desde distintos sectores de la oposición celebraron el acuerdo con los bonistas , aunque muchos plantearon también que hace falta un plan económico. Y le apuntaron al déficit fiscal. Mientras vacaciona en París, el ex presidente Mauricio Macri obvió su papel en el incremento de la deuda que se está renegociando y simplemente afirmó: “¡Finalmente se cerró! Defaultear jamás puede estar bien". Y retomó sus paseos en familia en el veranito europeo. Desde el radicalismo, también reconocieron el acuerdo, aunque el titular de la UCR, Alfredo Cornejo, aclaró que "pudo ser mejor". La izquierda repudió el entendimiento con los fondos financieros.
Según un estudio de la Universidad de Avellaneda, Macri dejó pagos de deuda por más de 200 mil millones de pesos a vencer durante el mandato de Alberto Fernández. También hizo trepar la deuda bajo tribunales extranjeros en un 158 por ciento (unos 40 mil millones extra) y la deuda con organismos multilaterales como el FMI, en un 241 por ciento (48 mil millones). Ajeno a todo esto, Macri se mostró conforme con el acuerdo desde sus polémicas vacaciones en París , pero aprovechó para levantar el dedito: "Defaultear jamás puede estar bien", aseguró el ex presidente, que continuó con sus paseos, con sus producciones de fotos para revistas favorables y --según esas mismas publicaciones-- con la dificultad de encontrar una panadería abierta para comprarle algo dulce a su hija.
"Celebro que se haya llegado a un acuerdo con los acreedores y que la Argentina haya encontrado un esquema de pagos sostenible para el futuro de nuestro país que, a la vez, nos permita cumplir con nuestras obligaciones", planteó el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. "En este contexto adverso, el acuerdo es un buen primer paso para retomar la senda del crecimiento y el desarrollo."
Mauricio no fue el único Macri que opinó. El intendente de Vicente López, Jorge Macri, también reconoció el logro del Gobierno. "Felicitaciones al Presidente y equipo por haber logrado el acuerdo por la deuda. Ahora es tiempo de recorrer el camino del desarrollo y empleo, generando ámbitos de acuerdo y consenso para poner a la Argentina de pie", escribió.
El senador Esteban Bullrich también compartió esa idea. “Era importante poder avanzar en el acuerdo y dejar el tema cerrado para poder dedicarle el tiempo a las otras áreas de la economía", indicó el dirigente del PRO. “Desde una oposición constructiva que apoyó la negociación con responsabilidad y más allá de las diferencias, corresponde aplaudirlo. Después analizaremos los detalles”, sostuvo Federico Pinedo, ex presidente provisional del Senado.
Desde el radicalismo, su titular Alfredo Cornejo usó un tono más duro: "Ya no hay excusa, se cerró el acuerdo de la deuda (que pudo ser mejor). El Gobierno ahora debe mostrar el plan económico para el día después de la pandemia. Queremos aportar a la salida de esta crisis que atraviesa el país", sostuvo el dirigente de un partido con experiencia previa al endeudamiento de Macri: fue parte de la Alianza, en cuyo gobierno se trabó el megacanje y el blindaje con el FMI, que culminaron en la crisis de 2001.
Otro radical, el titular del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, se pronunció: “Celebro que el presidente, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, hayan logrado el acuerdo con los acreedores externos. Este es un paso importante para el país, ya que permite sentar una de las bases para mejorar el acceso al financiamiento para el gobierno nacional, las provincias y, también, para el sector privado”. Negri también reclamó que “el Gobierno explicite el rumbo económico y presente los lineamientos de su política para el corto, mediano y largo plazo. Posiblemente, la discusión del proyecto de Presupuesto Nacional 2021 que el Poder Ejecutivo debe enviar el Congreso el próximo 15 de septiembre, sea el ámbito apropiado para lograrlo”. "Si seguimos sosteniendo un déficit de 8, 9, 10 puntos del PBI, no nos va a servir", apuntó el diputado Ricardo Buryaile la dirección a seguir.
Desde la Coalición Cívica, su titular, Maximiliano Ferraro, afirmó que "desde el inicio de las gestiones apoyamos el proceso de reestructuración de la deuda porque lo importante era evitar un nuevo período de incumplimiento de nuestras obligaciones. Es auspicioso el acuerdo alcanzado, es el primer paso, una condición necesaria pero no suficiente, hacia una economía ordenada y con perspectivas de futuro". "Ojalá que sea el punto de partida para un consenso sobre la necesidad imprescindible de contar con cuentas públicas equilibradas, la única manera real de hacer sostenible la deuda. Despejado el horizonte financiero, esperamos la presentación de un programa económico que genere las condiciones para la recuperación de la dura recesión actual y el inicio de un período de crecimiento económico que el país no consigue sostener desde el año 2011", indicó.
En tanto, ya por fuera de la coalición Juntos por el Cambio, el dirigente José Luis Espert sostuvo: “Es una buena noticia para el país que los que nos metieron en default con la deuda externa, nos hayan sacado de ahí. En el medio quedaron las típicas bravucanadas pedorras de nuestra política", ilustró. "Se cerró donde los acreedores querían. A años luz de lo que el gobierno deseaba”, interpretó.
Desde la izquierda, repudiaron el acuerdo, de manera consistente con su planteo de no pagar la deuda. El dirigente Christian "Chipi" Castillo consideró que "La clase dominante festeja en pleno el arreglo con los "buitres", que legitima la estafa de la deuda macrista. La riqueza nacional seguirá llenando los bolsillos de los especuladores mientras se ajusta a los jubilados y laburantes. Solo el FIT-Unidad repudia la continuidad del saqueo". El diputado Nicolás Del Caño consideró: "No es casual que los dirigentes de Juntos por el Cambio también estén festejando junto a los especuladores de Wall Street. El pueblo trabajador no tiene nada que festejar".