Con mucho de trámite burocrático y poco de competitividad, las ligas europeas de mayor relevancia pusieron punto final en las últimas semanas a las ediciones 2019/2020 de sus torneos locales. La fiesta, como en la mayoría de los ámbitos de la vida social, fue para los de siempre: Juventus nonacampeón en Italia, Bayern Munich octacampeón alemán, Real Madrid en España (junto a Barcelona se repartieron 15 de las últimas 16 Ligas), mientras que Liverpool dio la nota en Inglaterra al ganar su primera Premier League, aunque con poco de suspenso (28 puntos de ventaja). Así las cosas, una de las pocas aristas interesantes que se puso en juego en el denominado "viejo continente" fue el regreso sin hinchas de la actividad.

El factor de la localía, tanta veces determinante ya sea a la hora de plantear una formación antes del partido o para encontrarle lógica a un resultado inverosímil tras el pitido final, quedaba a prueba. ¿Habría un nuevo predominio de los equipos visitantes? ¿O el conocimiento del campo de juego y el hecho de no viajar alcanzarían para los locales?

Claro que tal curiosidad ya había tenido su testeo, podría decirse, en Argentina, donde el público visitante hace tiempo que no viaja -salvo contadas excepciones- para acompañar a su equipo. En ese ínterin, se han construido imponentes fortalezas de local, como la de Racing, por citar un caso, que suma 64 triunfos, 26 empates y 10 derrotas en sus últimos 100 partidos como local. Pero aún así, la incógnita persiste en cuanto a la ausencia total de hinchas, ¿menos presión para el local o para la visita?

Así las cosas, tras 414 partidos disputados sin público en las tribunas (algunos antes del parate) en las ligas de España, Italia, Inglaterra y Alemania, la estadística siguió favoreciendo a los equipos locales: 41,5 por ciento de triunfos contra 35,3 por ciento de festejos visitantes (23,2 por ciento de empates). Sin embargo, comparada con los encuentros que ya se habían disputado previo a la suspensión en estas ligas, la ventaja de los conjuntos dueños de casa se vio desmejorada sin sus hinchas detrás del arco: de 1.032 encuentros que se jugaron con público antes del parate, hubo 44,1 por ciento de triunfos locales y 31,4 de victorias visitantes (24,5 de empates).

Es decir, los locales ganaron un 2,6 por ciento menos sin sus hinchas, mientras que los visitantes se llevaron un 3,9 más de victorias. Además, marcaron un 3 por ciento menos de goles, mientras que los visitantes, un 5 por ciento más. Diferencias angostas, pero diferencias al fin.

La

Pero si el margen de victorias y derrotas no se vio "tan" afectado por la falta de público, otra es la historia en cuanto a los arbitrajes. Según un análisis del Financial Times británico de mediados de julio, los jueces se sintieron "menos influenciados" dada la falta de hinchas, por lo que repartieron tarjetas de manera más pareja en los partidos. La publicación cita que, en promedio, los árbitros sancionan con un 15 por ciento más de tarjetas a los equipos visitantes, mientras que, tras la pandemia, esa cifra bajó a 7.

Una mejoría indeseable

Una de las curiosidades del balance post pandémico fue que en países como Italia e Inglaterra, el rendimiento de los equipos mejoró sin público en las tribunas, una estadística que ningún club se preciaría de tener. En la Serie A, los locales pasaron de ganar el 40 por ciento de sus partidos con público a llevarse el 45 de los triunfos sin hinchas. En la Premier, mientras tanto el crecimiento fue de 45 a 47.

De cartón, literal

Por el contrario de italianos e ingleses, en España y Alemania la diferencia fue para mal de los conjuntos dueños de casa. Como argumentó el Espanyol de Barcelona recientemente al solicitar la eliminación de los descensos, "la falta de público fue perjudicial para los equipos". Así, en La Liga, los locales pasaron de ganar el 48 por ciento de las veces al 41. En la Bundesliga, donde se hizo popular la imagen de las tribunas repletas de réplicas de cartón de los hinchas, el margen fue mucho mayor. Con público, los locales alemanes ganaban el 43 por ciento de los encuentros; mientras que con las tribunas vacías, sólo un 32 por ciento.

El caso ruso

Uno de las vueltas futboleras más extrañas fue, sin dudas, la de la Premier rusa. Con un límite de espectadores por partido (el promedio de hinchas por estadio pasó de 18 mil a menos de 3 mil), equipos que se presentaron a jugar con juveniles por tener medio plantel contagiado y partidos que nunca se llevaron a cabo, la tendencia favorable de los locales también se vio afectada. Así, en 61 partidos con tribunas semivacías los visitantes mejoraron sus ganancias en un 5 por ciento (pasaron del 33 por ciento de triunfos al 38) y mejoraron su capacidad anotadora en un 17 por ciento (de 1,09 goles a 1,28). Al parecer, la cantidad también importa.