La Corte Suprema de Justicia de Colombia dictó la prisión domiciliaria preventiva del senador y expresidente Álvaro Uribe por los delitos de fraude procesal y soborno. El referente de la derecha latinoamericana se convirtió en el primer exmandatario en recibir una orden de detención preventiva, sospechado de intentar manipular la declaración de un acusado que lo vinculó con la creación de grupos paramilitares. "La privación de mi libertad me causa profunda tristeza por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la Patria", se lamentó Uribe, padrino político del actual presidente Iván Duque, quien salió a defenderlo públicamente al calificarlo como un hombre "honorable".
El máximo tribunal colombiano consideró necesario que Uribe permanezca detenido en su domicilio hasta que llegue el momento de sentarse en el banquillo de los acusados por una investigación iniciada en 2018. Como parlamentario, no tiene fueros pero sí el privilegio de sólo poder ser investigado por el máximo tribunal.
Uribe, de 68 años, siempre alegó su inocencia aunque ahora deberá responder ante la justicia por soborno y fraude procesal, delitos que son castigados con un promedio de ocho años de cárcel.
En 2012, el expresidente colombiano presentó una denuncia contra el senador de izquierda Iván Cepeda por un supuesto complot en su contra apoyado en testimonios falsos. El expresidente sostenía que Cepeda había contactado a exparamilitares presos para que lo involucraran en actividades criminales de los grupos de ultraderecha que combatieron a sangre y fuego a las guerrillas izquierdistas.
Pero el tiro le salió por la culata. La Corte se abstuvo de enjuiciar a Cepeda y en cambio decidió abrir en 2018 una investigación contra el exmandatario bajo la misma sospecha.
Desde ese momento, Uribe es acusado por un supuesto intento de manipulación del procesado Juan Guillermo Monsalve, un exparamilitar que lo vinculó con la creación del bloque paramilitar Metro de las Autodefensas, que operó en el departamento de Antioquia, del que Uribe fue gobernador entre 1995 y 1997.
La relación entre Uribe y los grupos paramilitares ha sido denunciada públicamente a lo largo de los últimos años, pero el presidente colombiano Iván Duque volvió a defenderlo en diálogo con Radio Caracol, tras conocerse la noticia.
"Yo creo que es una persona que en todo su comportamiento está la palabra honorabilidad, y uno sabe que en la política hay personajes que generan amores, desamores, críticas... Pero yo creo que siendo objetivos, todos reconocemos lo que era Colombia en el año 2002 y la Colombia que nosotros vimos en el año 2010", consideró Duque sobre los años en los que Uribe fue presidente.
Desde la otra vereda, el excandidato a presidente y actual senador por el espacio de izquierda Colombia Humana, Gustavo Petro, fue cauto al recibir la noticia. "¿Que si me siento contento? No Nunca me ha producido satisfacción que una persona pierda su libertad. No sería un demócrata si me sucediera lo contrario. A Uribe hay que derrotarlo en las urnas o nunca la sociedad colombiana saldará su deuda: La del fascismo que la carcome", escribió en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), integrado por miembros de la antigua guerrilla que firmó la paz con el gobierno de Juan Manuel Santos en 2016 y fue boicoteado desde entonces por la derecha liderada por Uribe, celebró el fallo. "Los tiranos quieren convencernos que son intocables, que pueden hacer lo que quieran contra la gente y que nada les pasará nunca. Pero la verdad es que por más intocables que se crean al final los pueblos triunfan sobre ellos", tuiteó el partido de los exguerrilleros.