El bloque de Diputados del Frente para la Victoria pidió la interpelación de la canciller Susana Malcorra y del ministro de Defensa, Julio Martínez, a partir de la difusión de una carta del embajador en Washington, Martín Lousteau, en la que solicita una extensa lista de armamento bélico a Estados Unidos por una suma que superaría los dos mil millones de dólares. Desde el Ministerio de Defensa aseguraron a este diario que la compra nunca se efectuó, con la excepción de 12 helicópteros para entrenamiento de la Fuerza Aérea. También advirtieron que no existen los recursos para comprar esa cantidad de armamento. El embajador en Washington hace lobby en esa misma carta para que se incluya a la Argentina en el presupuesto estadounidense de asistencia a operaciones extranjeras. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió que el “combate del terrorismo” que se anuncia puede involucrar a la Argentina en conflictos que afecten su seguridad nacional.
El programa de la señal C5N conducido por el periodista Roberto Navarro dio a conocer una carta de Lousteau del 16 de junio de 2016. La misiva iba dirigida al senador demócrata Peter Visclosky, quien integra la estratégica subcomisión de Defensa en el Congreso estadounidense, que autoriza o rechaza la venta de armamento militar a otros países. Lousteau se comunica en relación con “los requerimientos de las Fuerzas Armadas argentinas de equipamiento para propósitos de defensa, además de misiones de paz”. Le recuerda a Visclosky que el tema lo conversaron en una reunión con los diputados Eduardo Amadeo y Luciano Laspina, en un viaje que hicieron ambos a unas jornadas del FMI. “La Argentina busca la ayuda de Estados Unidos para mejorar su capacidad para enfrentar amenazas globales urgentes como combatir contra flagelos como el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado”, afirma Lousteau.
El embajador en Washington hace lobby en esa misma carta para que se incluya a la Argentina en el presupuesto estadounidense de asistencia a operaciones extranjeras. Menciona una partida presupuestaria que se aprobó en julio de 2016 (un mes después de que mandó esa carta) y que cuenta con 52 billones de dólares para equipamiento militar. El texto de esa partida presupuestaria deja en claro que EE.UU. destinó dinero a Irak, Afganistán, México, Colombia, pero no a la Argentina.
Por último, Lousteau entregó al congresista cuatro anexos con equipo requerido por las Fuerzas Armadas argentinas. Le sigue un extenso listado de más de 100 items, que incluye tanques, aviones, helicópteros, misiles y demás elementos bélicos. Consultados por este diario, en la Cancillería no confirmaron ni desmintieron el contenido de la carta del embajador.
Desde el Ministerio de Defensa, advirtieron que nunca se concretó una compra de semejante cantidad de armamento, ni tampoco se va a concretar.
“De Defensa nunca salió esto. No hay ninguna posibilidad. No existe esa plata. Para la situación económica que tenemos es un delirio”, se sinceró con este diario un funcionario del ministerio. Sí admitieron que, de la lista publicada, se está avanzando en la compra de 12 aviones Texan T6 para entrenamiento de la Fuerza Aérea. En la lista aparecen mencionados 24 de esos aviones. “Nos ofrecieron 24, pero estamos cerrando la compra de 12. Se bajó a la mitad porque no alcanzaba la plata”, indicaron en Defensa.
En el ministerio aseguraron que el costo total de esos aviones será de 180 millones de dólares, que se pagarán en cuotas durante cinco años.
En tanto, este diario intentó consultar al diputado Amadeo sobre su visita al congresista estadounidense, pero se negó a dar información al respecto:
–Perdoname, pero no voy a hablar con vos –afirmó Amadeo.
–Ni le dije el tema por el que lo llamo...
–No sé por qué te interesa hablar con un tipo del que escribiste las cosas que escribiste.
–¿A qué se refiere, concretamente?
–No recuerdo en este momento, pero el aroma no es bueno. Además seguro me llamás por lo de Navarro que es una enorme boludez.
–¿Esta es la forma en la que dialoga habitualmente con la prensa?
–Yo hablo con todos, pero también soy libre –afirmó antes de cortar la comunicación. En tanto, Laspina no respondió a los llamados de este diario.
Juegos de guerra
El bloque kirchnerista, que conduce Héctor Recalde, reclamó que se cite a los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores para que “ratifiquen o rectifiquen el proyecto del gobierno de adquirir armamento de uso militar por más de 2000 millones de dólares a los Estados Unidos para combatir el terrorismo”. “Queremos saber a qué terrorismo piensa el gobierno combatir. Nos preocupa porque el gobierno continúa con su política de criminalizar la protesta social y nuestro temor sea que la etapa que se viene sea la represión”, indica el comunicado. Además, indicaron que “si existe hipótesis de conflicto con algún país vecino como oposición y la sociedad en su conjunto tenemos el derecho de saberlo”.
En tanto, la ex presidenta advirtió que no se planeó una compra así ni durante la dictadura con la guerra de Malvinas. “¿Para qué destinar semejante cifra a la compra de armamento, cuando se suspende la entrega de medicamentos en el PAMI; se eliminan programas sociales, educativos y de salud; se les mezquina a docentes y científicos; se ahoga selectivamente a muchas Provincias y podría seguir con una larga lista?”, sostuvo CFK, quien también cuestionó el cierre de “programas de desarrollo de industria nacional”.
La ex mandataria cuestionó que se compren armas con el fin de una “lucha contra el terrorismo”. “Nuestro país no tiene ni puede tener una hipótesis de conflicto similar a las que se desarrollan en otras regiones del planeta. –indicó– Para ser más precisos aún: nuestro país es el único país, junto a Estados Unidos, que en el continente americano sufrió la acción del Terrorismo. AMIA y la Embajada de Israel son los dos atentados, junto al de las Torres Gemelas, que tuvieron lugar en territorio americano”. La ex presidenta advirtió que “la operación de compra de armamento para guerra convencional, sumada a la declaración pública de que es para la ‘lucha contra el Terrorismo’, nos introduce de lleno en el plano geopolítico en una hipótesis de conflicto que no sólo nos es ajena, sino que pone en peligro la seguridad nacional”. Consideró irresponsable “introducir a la Argentina en conflictos que no le son propios”, algo que “puede ocasionarnos problemas y dolores que tenemos la obligación de tratar de evitar que sucedan”.