El gobierno del Líbano ordenó la detención domiciliaria de los directivos de la autoridad portuaria de Beirut, un día después de que dos fuertes explosiones acabaran con la vida de al menos 135 personas e hirieran a más de 5 mil. Para el Ejecutivo, los estallidos fueron causados por un incendio que alcanzó a un depósito de unas 2.700 toneladas de nitrato de amonio almacenado en el puerto desde 2013, aunque aún no queda claro qué pudo haber desatado el fuego. Distintas autoridades del gobierno generaron más confusión al manifestar este miércoles que ya habían advertido sobre los potenciales riesgos de mantener activo un depósito de esas características. En tanto, cuatro exprimeros ministros libaneses, críticos del gobierno del presidente Hassan Diab, exigieron la creación de una comisión de investigación "internacional o árabe" para determinar las causas de las explosiones. Mientras los vuelos humanitarios empezaban a aterrizar en Beirut, el Ejecutivo libanés informaba que unas 300 mil personas se quedaron sin techo a causa de los destrozos. Ante semejante escenario, el gobierno decretó el estado de emergencia por dos semanas en toda la ciudad. 

El humo todavía salía el miércoles de la zona portuaria, donde se formaron montañas de granos debido a la destrucción de varios silos que quedaron completamente arruinados. Las detonaciones del martes abrieron un cráter de 200 metros que se llenó con agua del mar Mediterráneo. Gran parte del centro de la ciudad de más de un millón de habitantes quedó sembrada de escombros , y los servicios de emergencias todavía buscan a unos 100 desaparecidos. El suministro de alimentos también se suma a las preocupaciones, porque el Líbano importa casi todos sus productos esenciales y su principal puerto queda ahora inactivo. Para colmo, el sistema sanitario enfrenta un aumento de casos de coronavirus, y el desborde de los hospitales por los heridos de la tragedia podría multiplicar los contagios. 

Pocas certezas

Las causas de las potentes explosiones aún se desconocen. Por el momento solo se sabe que se produjeron en una zona donde hay almacenes de explosivos. El gobierno sostiene que las 2.750 toneladas de nitrato de amonio acumuladas en uno de esos depósitos estallaron debido a las precarias condiciones de seguridad del lugar. Este compuesto se utiliza como base para muchos fertilizantes nitrogenados altamente solubles en agua. Pero también se usa para fabricar explosivos y ya causó varios accidentes industriales en distintas partes del mundo.

El primer ministro del Líbano, Hassan Diab, anunció la creación de una comisión para investigar el origen del incendio y para encontrar a cualquier eventual responsable. El gobierno ya ordenó el arresto domiciliario de los directivos de la autoridad portuaria de Beirut. El ministro del Interior, Mohamed Fahmy, explicó que dicha medida se reduce por el momento a las personas que desempeñaban altos cargos en el puerto.

El director de Seguridad Nacional, Abbas Ibrahim, explicó que en el puerto se guardan los explosivos incautados por las autoridades portuarias de Beirut desde hace varios años. Al respecto el gobernador de Beirut, Marwan Aboud, reveló al canal local MTV que un informe de 2014 alertaba sobre la posibilidad de que se produjera un accidente de este tipo en el puerto. Más lejos aún fue el jefe de la Administración de Aduanas, Badri Daher, quien aseguró que hizo seis solicitudes a la justicia en los últimos años para que se retirara el material altamente explosivo de la zona portuaria.

"Consideramos que es necesario pedir a Naciones Unidas o a la Liga Árabe la formación de una comisión de investigación internacional o árabe para determinar las circunstancias del suceso", indicaron los exprimeros ministros Saad Hariri, Nayib Mikati, Fuad Siniora y Tammam Salam, críticos del actual gobierno libanés. "Esta catástrofe ha causado una gran caída de la confianza de los libaneses en el gobierno y en el mandato" del presidente, Michel Aoun, advierte el documento citado por el diario libanés L'Orient-Le Jour

Repercusiones internacionales 

El gobierno de Israel volvió a negar cualquier vínculo con lo sucedido, una posibilidad que se había barajado el martes en medio del incremento de las tensiones entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbollah. El primer ministro Benjamin Netanyahu trasladó sus condolencias al pueblo libanés por la "gran catástrofe" y dijo que su gobierno está "preparado para dar asistencia humanitaria a Líbano, como seres humanos a seres humanos". 

Netanyahu agregó que Israel brindó en el pasado ayuda a Siria e Irán. "Es nuestra forma de hacerlo. Distinguimos entre los regímenes y la gente", aseguró el primer ministro, de acuerdo al diario online The Times of Israel. Por su parte Hezbollah expresó su "profundo pesar por esta tragedia nacional" y realizó un llamamiento a todas las fuerzas políticas de Líbano a "unirse para superar las consecuencias de esta dura prueba".

Subido al tren de las especulaciones, el presidente estadounidense Donald Trump aseguró que generales del ejército le dijeron que el desastre parecía haber sido provocado por "algún tipo de bomba". "Parece un terrible atentado", agregó el mandatario en un encuentro con periodistas desde la Casa Blanca.

Por su parte, Francia ya dispuso el envío de trabajadores humanitarios que realizan tareas de rescate en Beirut. Su presidente Emmanuel Macron tiene previsto viajar este jueves al Líbano, una excolonia francesa que mantiene fuertes vínculos políticos y económicos con París. La Fiscalía de la capital francesa abrió una investigación sobre las circunstancias de las explosiones que dejaron un centenar de muertos y miles de heridos, entre ellos 21 franceses. Las pesquisas fueron lanzadas por "lesiones involuntarias" y su apertura, confiada a la gendarmería nacional, es un procedimiento habitual cada vez que hay víctimas francesas en el extranjero.

El gobierno ruso anunció el envío de cinco aviones con médicos, rescatistas y equipos sanitarios, y Grecia ya mandó un avión con rescatistas y un perro rastreador. La Unión Europea (UE) expresó su solidaridad con el pueblo libanés y se declaró preparada para dar asistencia al país. Durante una audiencia general en el Palacio Apostólico del Vaticano, el papa Francisco pidió que la comunidad internacional ayude al Líbano para que "con el esfuerzo de todos sus componentes políticos, sociales y religiosos pueda afrontar este momento tan trágico y doloroso".