Los cuatro anexos de armamento bélico que figuran en la carta de Martín Lousteau son una extensa colección de elementos solicitados por las tres Fuerzas Armadas. Incluyen helicópteros que serían del mismo tipo que los que usó la Argentina en la guerra de Malvinas (Chinook), otros más modernos de Estados Unidos que formaron parte de las guerras de Vietnam o el Líbano (Cobra AH1 y Black Hawk UH60). También aparecen en la lista 182 tanquetas de guerra tipo StryKer, usadas por los ejercitos de Estados Unidos e Israel. Además, figuran 80 lanzamisiles Javelin antitanques, que también sirven para derribar aviones. Hay también mencionados 12 aviones de caza supersónicos F-16 FightingFalcon, que fue utilizado en la guerra de Irak. Para la Armada argentina, se ubica entre las necesidades de la fuerza 2 aviones Orion (usados comunmente para el patrullaje naval), 24 vehículos blindados Anfibios modelo AAVR7A1, usados por los marines en Estados Unidos. El costo total de la lista superaría los dos mil millones de pesos, si el Estado argentino se decidiera a comprarlos.
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