El zoom que días atrás la CGT realizó con los empresarios nucleados en la Asociación Empresarial Argentina (AEA) -entre los que se destacaban Paolo Rocca (Techint), Héctor Magnetto (Clarín) y Marcos Galperín (Mercado Libre)-, sigue generando repercusiones dentro del Frente de Todos e incluso dentro del propio movimiento obrero. Luego de las críticas que deslizó el jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, en su útimo discurso en el recinto, trascendió que en la reunión de la consejo directivo cegetista del martes hubo un clima turbulento y que el co-secretario general Carlos Acuña sostuvo que "este muchacho no laburó en su vida y nos viene a decir cómo tenemos que manejar la CGT". Estos cruces dejaron expuestas las diferencias cada vez mayores que se perciben entre los jefes de la central obrera y el Gobierno.
Ese encuentro virtual del 21 de julio pasado cayó como una patada en Olivos. Principalmente porque incluyó un comunicado conjunto que mostraba a las claras las ganas de influenciar en el paquete de medidas oficiales de la pospandemia planteando la necesidad de cuestiones como rebajas impositivas y de acelerar las negociaciones por la deuda. Según comentaron allegados, el presidente Alberto Fernández quedó malquistado con la conducción cegetista que participó del zoom con la agrupación empresarial que suele expresar posiciones opositoras.
Además de Héctor Daer y Carlos Acuña, allí estuvieron Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, Antonio Caló y José Luis Lingeri. Curiosamente, Daer -de relación personal con el Presidente- había estado sentado en primera fila en el meneado acto del 9 de Julio junto con los empresarios del G6. Unos días después, sin embargo, encabezó este otro encuentro por fuera del marco gubernamental que generó de inmediato rechazos en sindicalistas críticos como el bancario Sergio Palazzo, el camionero Pablo Moyano y de las dos CTA. "Refleja la posición de esos poderosos grupos de empresarios que quieren anclar a la Argentina en el esquema del gobierno de los ricos para los ricos”, sostuvo, por ejemplo, Hugo Yasky.
Con ese trasfondo, al hablar en la sesión del viernes pasado, Máximo Kirchner no se privó de mencionar la reunión de manera irónica al hacer notar que habían hecho el zoom desde las casas "mientras les piden a los trabajadores y trabajadoras que vayan a producir a riesgo de enfermarse". Agregó que "me parece bien y responsable que se cuiden por la edad que tienen".
Pero subrayó en especial el párrafo del documento AEA y CGT que habló de las "muchas décadas de mal desempeño económico en el país". "Si vamos por ahí vamos a estar en un error, yo le preguntaría, por ejemplo, a Héctor Daer que me diga cuántos afiliados tenía el 25 de mayo de 2003, cuántos afiliados tenía el 10 de diciembre de 2015 y cuantos tenía el 10 de diciembre de 2019. O le preguntaría también a los otros gremios cuantos afiliados tenían y ahí vemos realmente si es tantas décadas", replicó Máximo en defensa de las gestiones que encabezaron sus padres.
La CGT se reunió el martes en la sede de la UOCRA, donde los jefes de la central rumiaron bronca por estas declaraciones y por el distanciamiento que dicen sentir con el kirchnerismo. Recordaron, por ejemplo, que Máximo Kirchner ya había criticado los acuerdos de rebajas salariales que algunos gremios cegetistas acordaron con las patronales como fue el caso del gremio de la Alimentación que encabeza Rodolfo Daer, el hermano de Héctor. Allí fue cuando Acuña sostuvo eso que Máximo "no laburó en su vida", replicando un tip del discurso del antikirchnerismo.
Obviamente, la expresión cayó mal aún entre algunos referentes de la propia central. "Lo que sirve es el debate de ideas y no las descalificaciones personales. Máximo, en su calidad del jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, es un trabajador y con su actividad diaria desde hace años desmiente esas afirmaciones", sostuvo el secretario general del Suterh, Víctor Santa María, integrante del consejo directivo de la central obrera.
Desde el entorno de Máximo Kirchner buscaron no seguir la discusión, al menos en público. Aunque obviamente ratificaban todas las afirmaciones que expresó en el recinto, no tenía pensando en una nueva respuesta a la conducción de la central. Para eso argumentaban que las declaraciones de Daer y Acuña habían circulado como "trascendido" a través de algunos medios. No obstante, fueron confirmadas por otros sindicalistas que participaron de la reunión.