Los cuatro policías de la División Seguridad Urbana que en febrero atacaron a tiros de bala de goma a un joven que volvía de su trabajo y le provocaron la pérdida de un ojo están en realidad implicados en dos causas judiciales de violencia policial. A pesar de ello, siguen en funciones. Aunque sí están imputados y tienen un pedido fiscal de elevación a juicio por la violencia de la que fue víctima Luciano Cruz.
Se trata del sargento ayudante Rómulo Segovia, el sargento Pablo Exequiel Toledo, el cabo Ignacio Esteban Zurita y cabo Alfonso Néstor Sánchez. Esta semana, la fiscala penal de Derechos Humanos, Verónica Simesen de Bielke, descubrió otra denuncia contra los mismos policías sobre la que el anterior titular de esta Fiscalía, Gustavo Vilar Rey, no había realizado actuaciones. La funcionaria anunció que el próximo 18 de agosto se realizará una nueva audiencia de imputación contra estos efectivos, por la denuncia de otro hombre realizada en enero. Serán acusados del delito de vejaciones calificadas y allanamiento ilegal.
Al no haber detención, separar a los policías de sus cargos depende de la oficina de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad. Los funcionarios de la cartera ministerial explicaron antes que allí tienen un procedimiento propio cuando inician un sumario que consiste en el desarrollo de una investigación paralela a la de la Justicia y luego deciden si corresponden o no sanciones, éstas pueden llegar a la exoneracion. Según lo que vienen manifestando familiares de Luciano Cruz y su representante legal, la abogada Andrea Medina, los efectivos denunciados siguen en funciones. La Policía derivó a la Fiscalía la consulta de Salta/12. El Ministerio de Seguridad no dio ninguna respuesta.
Simesen de Bielke dio a conocer los fundamentos del decreto de imputación, detalló que el 9 de enero pasado, cerca de las 9, mientras circulaban en un móvil policial, los policías incurrieron en exceso de sus funciones al disparar contra un hombre en el barrio Norte Grande. El denunciante manifestó que le causaron lesiones en distintas partes del cuerpo por el impacto de proyectil de posta de goma.
La fiscala explicó que al momento de la detención, los acusados ingresaron al domicilio del hombre diciendo que podían hacerlo sin una orden judicial. En la denuncia el hombre relató que su nuera lo despertó para advertirle sobre la presencia de policías fuera de la casa.
Cuando salió, encontró a tres efectivos junto a dos mujeres, quienes manifestaron que la bicicleta que estaba en la puerta de la casa era de ellas y que se la habían robado hace instantes. El denunciante les dijo que se la llevaran y que no sabía qué hacía la bicicleta allí. En ese momento los policías entraron a la vivienda, la revisaron y encontraron a un hombre escondido en el techo, quien escapó y lo persiguieron.
El denunciante salió tras los policías para ver si agarraban al sospechoso, caminó hasta la vuelta de su casa, donde se les acercaron nuevamente los uniformados "enojados porque se les había escapado el hombre que estaba en el techo".
Uno le dijo “a vos te vamos a llevar por encubrimiento” y luego lo subieron a la caja del móvil y lo esposaron. El denunciante relató que un policía que iba atrás con él le dio disparos de bala de goma en ambas piernas. Tras esto, el denunciante se tiró en la caja de la camioneta y uno de ellos le pisó la cabeza.
El informe médico concluyó que la víctima presentaba varias lesiones en distintas partes del cuerpo. La fiscala sostuvo que los hechos fueron corroborados con la denuncia del damnificado, testimoniales de testigos presenciales y certificados médicos, la nómina de efectivos que se encontraban en el móvil y la copia del libro de guardia, entre otros elementos reunidos.