A 15 días de la salida de Atrevido, hay estructuras que todavía crujen. El primer larga duración de Trueno funge como el manifiesto inicial de un pibe que cumplió la mayoría de edad y se transformó, en menos de dos años, en uno de los raperos más populares de este tiempo.

"Bueno, soy Trueno niño, y cuando sea grande la voy a re acotar", promete el registro de un Mateo Palacios mucho más joven, al pie del track de apertura, titulado 20.1.9, gracias al período que le dio la oportunidad de renacer. "Fue el año en el que logré todo lo que me propuse desde que soy chiquito", destaca al otro lado de la pantalla. "Hay cosas que quizá son difíciles de ver desde afuera, pero para mí representan una etapa que empezó desde que tuve 3 años, hasta que cumplí 18. Todo lo que logré está dentro de ese disco."

 

Un breve repaso por ese 2019: en marzo se subió a las plataformas digitales su sesión con Bizarrap (la #6), que llegó a ser el video de freestyle más visto en el mundo (ahora, con más de 120 millones de vistas). A mediados de ese año formó junto a Papo y Wos el equipo argentino que logró el subcampeonato en la God Level 3vs3. En octubre ganó la nacional de la Red Bull Batalla de los Gallos de punta a punta. Y cerca del brindis final, le arrebató a Papo la FMS local en la última fecha.

"2-0-1-9, somos pobre' con futuro, como Tévez"

La popularidad de Trueno, al igual que su pareo simbiótico con el rap, no se explica solamente por este corto tiempo en el que su influencia y alcance se multiplicaron. Hijo de un hip hopero vieja escuela como Pedro Peligro, aprendió sobre el mundo entre beats, rimas y acotes, en el barrio de La Boca. Se expresó como MC y también como youtuber. En 2019 se empezaron a ver cosas del rapero adulto, más allá del niño prodigio.

Ahora se entusiasma con la próxima Red Bull nacional, aunque no como participante: "Volvieron caras viejas, hay caras nuevas, es un arsenal de raperos distintos, cada uno con sus poderes. No sé si todavía lo puedo comunicar, pero de alguna forma voy a estar rompiendo todo ahí", adelanta, virtualmente retirado de las batallas para dedicarse a la música.

"Estuve ansioso antes de que saliera el disco, cuando teníamos casi todos los temas hechos, y quedaban los últimos brillos, detalles. Cuando salió, la sensación fue de tranquilidad. No como si me hubiera sacado un peso de encima, pero sí una energía que tenía adentro. Siento que dije todo lo que tenía que decir. Cuando es así, te quedás tranquilo", define.

Venías trabajando y empezó la pandemia. ¿Cuánto cambió el disco en este tiempo?

--Estuvo cambiando todo el tiempo. Antes de la pandemia, y en la pandemia, que me complicó un montón de cosas. Hasta último momento estuvimos haciendo cambios, correcciones, dando últimos brillos. Antes de que saliera, metimos mano con los productores en todo lo que pudimos.

¿Qué significa Atrevido en tu vida artística y personal?

--Puse la intro y el final de cuando era wachín, porque representa una etapa de mi vida: desde que quise hacer algo hasta que lo logré. El rap, las batallas, todo lo que desde chiquito me imaginaba como una meta imposible, lo conseguí entre este año y el pasado. Siento que con este disco pongo una bandera en el camino, y digo: "Acá logré algo". Cierro la primera etapa de mi vida.

Aunque está dentro del contexto del rap, los ritmos varían entre canciones. ¿Lo buscaste o salió así?

-- Eso sí lo busqué. Siempre traté de hacer géneros nuevos. Antes había hecho electrónica, reggaetón, dembow. Trato de divertirme, y si me empecino con algo es al cien por ciento. Ponele que quiero hacer bachata: empiezo a escucharla, a entenderla, a curtirme, y después sale una bachata zarpada. No es que digo "mañana quiero hacer bachata", y me sale. Me tomo mi tiempo. Hago diferentes géneros, pero siempre poniéndole mi color, siempre rapeando.

En la nacional Red Bull del año pasado pusiste en acción mucho de lo que habías estado cambiando. ¿Cuánto tiene que ver Atrevido con esa nueva versión?

--Empecé a hacer el disco antes de salir campeón de todo, así que esa energía y esa evolución están ahí. Arranqué grabando de una manera, terminé de otra, y me conocí, porque nunca había hecho un disco. Había ido al estudio a grabar singles, súper simple, cero correcciones. Siempre lo vi muy chillin', nunca me comí el personaje del músico, ni de súper estrella. Hago música para ser feliz. En este disco logré una conexión conmigo, para saber qué quiero decir. Tiene un concepto general muy fuerte, que no lo buscamos: el lugar de donde salí, lo que represento, lo que viví.

#QuedateEnCasa como Trueno, que banca la cuarentena (cómo no) en Comuna 4 | Foto: Cecilia Salas

El sentido de pertenencia con La Boca recorre el disco. ¿Qué es ser de barrio, y ser de ese barrio, para vos?

--Más allá de ser de barrio, es ser de ese barrio. En otro lado nunca me siento como en La Boca. Cuando vuelvo de un viaje a otro país –que ahora no me pasa, por supuesto–, aterrizo en Ezeiza, me tomo un taxi y recién me tranquilizo cuando empiezo a ver las paredes pintadas de azul y oro. Soy más de La Boca que de Boca, porque no soy tan fanático del fútbol, ni de nada. Pero al barrio mi viejo ya lo venía representando con su banda, yo me crié con mucho de eso, entendí muchas cosas ahí. Es increíble poder ser la cara del barrio ahora.

Hablás de la influencia de tu papá y de una tradición en lo que hacés. 

--En lo personal, digo que represento al barrio de La Boca gracias a mi padre. Sigo un legado, pero no pienso que tengo que hablar de esto o aquello porque mi viejo me lo dijo. Cuando me pongo a escribir, lo que tengo en la cabeza es lo que viví. Y lo que viví es en el barrio de La Boca.

¿Y cuál creés que es el aporte de tu generación?

--Esta generación no puede ser nada sin la anterior, la que viene tampoco sin la de ahora. Estamos siempre en evolución. Por eso hablaba de mi viejo: si no me hubiera criado rapeando con Comuna 4, no podría estar plasmando esos ideales, porque no los hubiera tenido en la cabeza nunca. En cuanto a la música, la juventud y todo eso, siento que somos una generación más despierta, más consciente, y también más independiente en lo musical.

 

Hay mucho imaginario de éxito depositado afuera –o en la salida–, pero el rapero eligió una bajada callejera de anclaje local. Desde su lugar en el mundo, con producción general de Taiu y Tatool, más la mano de otros productores como Evlay, Oniria y Bizarrap, su disco escaló rápido en las listas. Mamichula, el feat con Nicki Nicole, subió hasta el ránking de lo más escuchado mundialmente en Spotify, codo a codo con Taylor Swift, Drake o Rosalía.

"A la Nicki la conocía musicalmente, personalmente no la había cruzado nunca. Veía algo diferente en ella, no canta ni rapea igual que nadie, y yo reconozco cuando alguien tiene ángel. O nacés para ser lo que sos, o no", reflexiona Trueno. "Siento que nos pasaron cosas parecidas al mismo tiempo, como el boom de las sesiones del Biza. Íbamos a la par, yo quería que estuviera en mi disco. Lo llamé al Biza, me hizo la conexión y en cuatro o cinco horas hicimos el tema."

"Convertimos la esquina en una galería de arte"

El vértigo fue un compañero en su carrera, histórica y estéticamente. Todo pasa muy rápido, y Atrevido pone el acento en la irreverencia propia de una juventud que hormonalmente puja hasta poner sobre la mesa un hasta ahora susurrante choque generacional. Puntualmente en Sangría, el track que comparte con Wos, donde dice: "Te guste o no te guste, somos el nuevo rock and roll".

 

El MC detalla: "Siento que con el Wos tenemos una conexión, respecto de lo que nos pasó. La edad, pasar del freestyle a la música, los ideales que tenemos… Es distinto, es él, tiene su forma de hacer las cosas, y eso me representa un montón. Siempre pensé que su estilo podía combinar muy bien con el mío, que podíamos bajar mucha data. Se lo dije personalmente: 'Tenemos que hacer un tema, y la tenemos que pudrir'. Entramos al estudio, hicimos la base en 15 minutos, tiramos unos freestyles y salió Sangría, papá".

La frase del rock and roll levantó mucho polvo. ¿Qué hay detrás?

--Vi que se pudrió todo. Y entiendo que es una frase fuerte, pero si no, el disco no se llamaría Atrevido. No me refería a lo musical, yo no soy rock and roll musicalmente, yo soy rapero, papá. Puedo rapear en una base que tiene algo de rock, como hicimos con el Wos. Me refiero a que somos la nueva ola, la nueva cara. Siento que ahora los pibes tienen más ganas de hacer y contar cosas, y lo que viene para Argentina, como escena musical, no se va a bajar nunca. Desde ahora, es escala para arriba. Tenemos ganas de quedarnos, vinimos para eso. Se van a tener que manejar, porque lo que viene es lo nuevo, la juventud somos nosotros.

Abrís redes sociales, y para halagarte o descalificarte, un día te comparan con Eminem, otro con Spinetta, no irónicamente. ¿Qué te pasa con esas cosas?

--Estoy en un punto de mi vida en el que me chupa un huevo lo que diga la gente. Debe ser también porque desde que tengo 14 fue lo de El Quinto Escalón y todo eso. Pasé por un montón de cosas mentales durante cuatro años, que no es poco tiempo. No hago lo que hago para la aceptación ni la crítica de nadie, excepto para la gente que realmente me importa, los que están conmigo, los que trabajan en la industria. La forma en que me ven, es parte de un proceso personal que después sale, y me hace feliz. Que la gente se lo tome como se lo tenga que tomar.

* Trueno toca este domingo 9/8 a las 21.45 en el Cosquín Rock Online. Más data acá.

Foto: Lola González Marín | Gentileza Neuen