Pese a que el gobierno inglés instó a los trabajadores a volver a las oficinas y al uso del transporte público, las calles desiertas de Londres demuestran que aún falta mucho para que ese deseo se haga realidad. Según un estudio publicado esta semana por el banco americano Morgan Stanley, apenas un 34% de los ejecutivos de Reino Unido, 31% en Londres, han vuelto al trabajo.
El miedo que se instaló por la pandemia en el país, que es el que mayor cantidad de muertes por coronavirus tiene en Europa, y la comodidad de evitar los largos viajes a los lugares de trabajo son las razones principales para esta resistencia. Es por eso que, pese al mensaje del gobierno, la mayoría de las empresas ya han tomado su decisión.
"Muchos de nuestros clientes, sobre todo en las finanzas y seguros, no volverán hasta el año próximo", explicó Pablo Shah del centro de investigación económica CEBR, al referirse a Londres como "una ciudad fantasma". Esa situación contrasta con lo que ocurre en el resto del continente, donde en la mayoría de los países los ejecutivos ya han vuelto a las oficinas.
Apenas visitada por algunos turistas que deambulan por la catedral Saint Paul, la city, centro histórico de las finanzas británicas, se encuentra casi desierta. La misma impresión de abandono genera Canary Wharf, un barrio al este de Londres, conocido por sus rascacielos que albergan en sus sedes grandes bancos y empresas de auditoría.
Con el guiño de las empresas
La vuelta a la normalidad en los centros de negocios de Londres se estima que tendrá que esperar hasta 2021.
Grandes empresas como el banco Natwest recomendaron a la mayoría de sus trabajadores seguir trabajando a distancia hasta el próximo año.
En la misma sintonía, Google, que retomó la construcción de una sede monumental al lado de la estación King's Cross, promueve el teletrabajo hasta julio del año próximo.
James Staley, jefe del banco Barclays, expresó, en cambio, su deseo de que la gente regrese a las oficinas, al mostrarse afectado porque "60.000 personas trabajen en la mesa de su cocina".
En tanto, el presidente del consejo de administración del gigante de auditoría de PwC, Kevin Ellis, espera que la mitad de su personal vuelva el próximo mes. Sin embargo, para Ellis, "el presentismo se ha terminado para siempre".
La postura de Borís Johnson
"Es necesario que las personas se sientan confiadas para volver al trabajo", consideró el jueves el primer ministro Boris Johnson, para quien la vuelta a las oficinas es, sobre todo, una ayuda para reactivar la maquinaria económica.
Según el economista Pablo Shah, es el mismo atractivo de Londres, conocida por seducir los jóvenes talentos de todo el mundo, lo que está en juego. "Si las empresas tienen miedo, si los trabajadores no regresan, si la gente no ve a Londres como un lugar para vivir y que atrae nuevas empresas, el efecto económico podría multiplicarse", advierte.
El centro de investigación económica CEBR estimó el déficit en 178 millones de libras (unos 232 millones de dólares) mensuales para la capital y señaló que el daño para los comercios ya es enorme. La cadena de comida rápida Pret A Manger, por ejemplo, ya anunció el cierre de muchos locales y 1.000 de sus puestos de trabajo se ven amenazados.