La Muestra Internacional Jujuy Cortos nació en 2002 de la mano del colectivo audiovisual jujeño Wayruro Comunicación Popular. Lo hizo en medio de la crisis económica que derivó en la renuncia de Fernando de La Rúa y con la seguidilla de presidentes hasta que Néstor Kirchner asumió en 2003.
En ese contexto, los realizadores audiovisuales independientes de Jujuy impulsaron el festival que por primera vez, probablemente a mediados de octubre, se transmitirá vía online. Para ello, la organización del evento abrió la convocatoria para presentar los cortometrajes hasta el 15 de agosto.
Uno de los fundadores, Ariel Ogando, dialogó con Salta/12 y contó que en medio de la convulsión económica que vive el país, la muestra surge para mostrar las dificultades que debían afrontar los realizadores audiovisuales. Una de las principales problemáticas era la ausencia de pantalla para ver los cortos de la provincia y la región del NOA.
“Las pantallas televisivas de aquí no tenían una apertura para el sector audiovisual y los festivales se centraban en las grandes urbes”, dijo Ogando. Esto traía como consecuencia “no solamente la dificultad de mostrar los trabajos, sino la de ver otras producciones de realizadores independientes”.
La centralización en la producción y difusión de material audiovisual llevó a organizar el espacio de la muestra y que este sea gratuito e independiente. “Comenzamos con una muestra chiquita de trabajos solamente de Jujuy y la región para ver las producciones pero también como un espacio de encuentro para los realizadores”, recordó Ogando.
Durante los primeros 10 años la muestra fue mutando. Se evidenciaba la necesidad de espacios de fomentos por la gran cantidad de trabajos que iban llegando año tras año. En esos procesos de encuentro e intercambio también se originó un espacio de capacitación. Ogando contó que empezaron "a incorporar en Jujuy Cortos distintos talleres para discutir las políticas públicas que tenían que ver con las carencias y las necesidades que veníamos manifestando”.
En esa primera década también surgieron hechos trascendentales en favor del sector audiovisual. En 2006 se fundó el canal Encuentro, en 2009 se sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y se profundizaron las políticas de fomento para una producción más federal. Desde Wayruro apoyaron y militaron estas iniciativas porque “eran espacios en donde los realizadores teníamos una participación más federal con respecto a lo que se iba construyendo”, afirmó Ogando.
“A partir de ahí, Jujuy Cortos abrió el juego y empezó a articular con otros festivales mostrando las dificultades que también sufrían las otras regiones”, indicó el realizador. Eso permitió que se pueda crear una red de festivales nacionales que intentaban crear un circuito de distribución de materiales independientes. Para Ogando, esto fue importante no sólo por difundir la producción local, sino por posibilitar “que esa producción transite por otras provincias”.
A esos primeros años también se sumó la revolución de las redes sociales y las múltiples plataformas que fueron surgiendo. “Se pudo acceder a los audiovisuales por otras pantallas y tuvimos que adaptarnos a ello también”, manifestó Ogando.
Cada acción que se presentaba indiscutiblemente se convertía en “una cuestión militante. Es una lucha colectiva que tenemos distintos realizadores audiovisuales del país para visibilizar las problemáticas que afrontamos”, explicó.
Este año y con los festivales cerrados “surgió la posibilidad de hacer Jujuy Cortos desde Octubre TV. Creemos que es una pantalla interesante donde ya vienen transitando distintas muestras”, dijo el realizador. Para ello, desde la organización del festival abrieron la convocatoria de presentación de cortos que podrán ser enviados hasta el 15 de agosto a [email protected] o vía las plataformas Festhome y Movibeta. Los interesados podrán enviar cortos de hasta 25 minutos con temática libre, sea documental, ficción, animación, experimental, musical, entre otras. La idea es que la muestra de este año se haga a mediados de octubre
Ogando afirmó que más allá de la pandemia, vienen "golpeados de 4 años de macrismo”. “Lo sufrimos y padecimos de una manera tremenda y esos años se convirtieron en resistencia”, afirmó. El desguace del sector audiovisual con Mauricio Macri como presidente no impidió que se realizara la muestra: “se hizo con muy poco apoyo, casi nulo, pero con muchísimo esfuerzo”.
En 2019 recibieron más de mil trabajos de Argentina y de otros países. “Hacemos una selección bastante particular porque intentamos dar un espacio a las presentaciones nacionales e internacionales, pero también dar lugar a los jóvenes realizadores de Jujuy y la región”, contó Ogando. Es por eso que los jueves son dedicados exclusivamente para los nuevos talentos juveniles donde se destaca “la potencia y el ímpetu de los jóvenes”, describió.
Una característica comunitaria
El realizador audiovisual Moisés Rioja, también integrante de Wayruro, dijo que Jujuy Cortos se convirtió en la muestra “más antigua del norte”. Señaló que “producir cine es muy difícil para el interior” y por esta razón la gran mayoría de los realizadores se deciden por la producción de cortometrajes.
Jujuy Cortos busca “poner en valor que es una muestra pensada para los realizadores independientes”, sostuvo el director. Así como Ogando afirmó que se busca generar pantallas, Rioja dijo que también se trabaja para el público. “La gente de acá se acerca y en algunos casos es la primera vez que lo hace”, indicó destacando el carácter gratuito del festival.
“Aunque parezca loco, el cine sigue siendo excluyente y la muestra busca romper con la idea de la cultura de las bellas artes”, aseguró el realizador. Ante ello, trabajan fuertemente con talleres que nacen desde Wayruro y son dirigidos a organizaciones sociales y escuelas.
Esto dio origen a una característica comunitaria que se sostiene con el correr del tiempo y en cuyo transcurso, se pudo entablar un trato directo y estrecho con los jóvenes que iban al festival y luego querían producir.
En consecuencia hubo un crecimiento de producciones locales y un acercamiento del público jujeño a las pantallas. Los días de la muestra los mismos realizadores del lugar llegan con sus familias y las organizaciones que participaron en los cortos. “Es algo lindo que deja la muestra porque descubren la necesidad de querer producir”, dijo Rioja. También "pasó que algunos van a ver los cortos y después quieren hacer uno”, relató.