La ley provincial de educación 7546, incluye la educación intercultural bilingüe dentro de las ocho modalidades del sistema educativo salteño. Entre esas modalidades, se manifiesta su diferencia con la educación rural. Sin embargo, actualmente el Ministerio de Educación provincial tiene un área de Coordinación de Educación Rural e Intercultural Bilingüe, poniendo a ambas dentro de un mismo espacio. Esta es quizás la crítica más importante que le hacen integrantes de los pueblos originarios que habitan el territorio provincial.
La educación intercultural bilingüe (EIB) reviste una importancia destacada en Salta, donde existen catorce pueblos indígenas. Después de que el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, sostuviera públicamente que hay que profundizar en la enseñanza de esta modalidad, Salta/12 consultó a tres mujeres originarias sobre la EIB y su aplicación.
Las tres señalaron objeciones. Entre otras cuestiones, por confundir interculturalidad con ruralidad; por la práctica verticalista del sistema educativo, alejado de la cosmovisión indígena; por el desprecio a los saberes de estos pueblos, y por el sistema de designación de maestros y profesores que impide a muchos originarios ejercer la docencia en sus comunidades. Quizás la síntesis fue la afirmación de la docente diaguita calchaquí Sonia López: “Nuestra cultura fue colonizada y hoy somos parte de un proceso de colonización que aún sigue”.
Adelina Donata López, de la Comunidad Las Casillas de Santa Victoria Oeste, aseguró que es importante para los pueblos originarios su inclusión porque “es una pata fundamental” para remendar “la educación paternalista que ha ocultado mucho nuestros saberes y conocimientos”. “En Salta hemos luchado mucho para que se dicte la educación intercultural, pero sinceramente hoy por hoy es nefasta”, afirmó.
Adelina es del Pueblo Kolla. La Qullamarka, espacio que reúne a organizaciones y comunidades de esta nación, impulsó “mucho” la EIB. “Con Néstor (Kirchner) desde el 2006 se trató más fuerte su inclusión en la primaria y la secundaria”, contó.
Aseguró que “no hay educación intercultural bilingüe en ningún aula”. Recordó en tal sentido que en los dos últimos mandatos de Juan Manuel Urtubey les "costó un montón porque los últimos cambios de ministros no fueron eficaces”. “Siempre tuvieron trabas y este año para la asunción de (Gustavo) Sáenz hemos presentado una nota del Pueblo Kolla sobre el tema”, indicó.
Para la dirigente, los funcionarios “no entienden la interculturalidad” entonces “es difícil hablar cuando vemos que en los niveles básicos no se enseña”. Por eso, propusieron que pueda adoptarse la enseñanza obligatoria sobre los derechos indígenas en los distintos niveles educativos. “Hablar de derechos indígenas es hablar de cosmovisión”, destacó. Señaló que existiendo 14 pueblos en Salta una de las tareas básicas que se debería hacer “es la inclusión de nuestros derechos" y tras ello, llevarlos al ámbito educativo.
Adelina López recordó que durante el proceso de formación de los terciarios de educación intercultural bilingüe en 2012 pidieron "las carreras para poder hablar sobre nuestra cosmovisión, la interculturalidad y la lengua, pero en los últimos años los fueron sacando”. “Eso es una mutilación que hizo el gobierno de Urtubey y la bajada de línea fue de Nación”, indicó en referencia al gobierno de Mauricio Macri. “¿Cómo podemos seguir profundizando si un presidente, un gobernador, un ministro no lo entienden?”, cuestionó.
“Creo que es falta de voluntad política y que hoy es necesaria”, advirtió. En ese sentido, sostuvo que la EIB “debería ser una opción en la educación argentina” porque “los chicos que viven en las ciudades se animan a hablar más de los pueblos”. “La interculturalidad debería ser para todos”, reflexionó.
Indígena no es lo mismo que rural
Por su parte, la dirigente del Pueblo Diaguita Calchaquí, Sonia López, dijo que el abordaje de la EIB en los Valles Calchaquíes no se profundizó porque “acá se abordó como educación rural” y los docentes y directivos de la zona “trabajan siempre la educación en esa modalidad (rural)”. Esto provocó que actualmente no exista una escuela que aborde la enseñanza intercultural bilingüe, señaló que los intentos por tratarla mediantes talleres o charlas, no garantizaron “el espíritu de la Ley”. “A veces la ley dice mucho y la acción es otra cosa”, subrayó.
Para Sonia López, llevar la EIB a un territorio cuyos habitantes se reconocen como indígenas significa respetar la cosmovisión ancestral de los pueblos para “fortalecer su identidad”, no perder de vista que esa "identidad tiene que ver con la relación de la madre tierra, que son los valores que aunamos de nuestros abuelos”. Dijo que sus familiares más lejanos fueron “corregidos” constantemente porque lo que primaba era la enseñanza occidental y la lengua castellana.
Aseguró que esos procesos continúan en las escuelas donde “la educación occidental baja verticalmente y pone esos saberes como mejores en comparación a nuestra cosmovisión”. “No hay una horizontalidad que permita que nuestros saberes sean respetados”. No obstante, consideró que hay docentes y directivos que quieren trabajar la modalidad, pero los programas que deben cumplir no están direccionados para la enseñanza intercultural.
En cuanto a la pretensión de dar enseñanza intercultural bilingue desde la mirada de la ruralidad, consideró que deja de lado la cosmovisión de los pueblos. A modo de ejemplo, dijo que se trabaja el tema de la medicina local y su producción, "porque son conceptos que se manejaban antes, pero ahí no se aborda lo que hace a nuestra historia y nuestra identidad".
"Siempre se habla de que 'había' o 'dejaron', todos verbos en pasado, pero nosotros estamos aquí, somos la cultura viva justamente", subrayó y agregó que esto se debe a procesos largos de invisibilización y negación de los pueblos originarios, pero, a pesar de ello "somos descendientes y acá estamos, más allá de lo mancillada que está nuestra historia".
La provincia de Salta reconoce oficialmente a nuevo pueblos indígenas: Kolla, Diaguita, Wichí, Chorote, Chané, Chulupí, Guaraní, Toba y Tapiete. Y reclaman su reconocimiento formal los pueblos Lules, Atacama, Tastil, Iogys y Wennayeck.
Sin lugar en las comunidades
La profesora de enseñanza primaria de Intercultural Bilingüe Yolanda Mabel Ferreyra, también del Pueblo Kolla, aclaró primero su concepción de interculturalidad. “No es solamente la educación de los pueblos originarios”, manifestó a Salta/12. “La interculturalidad habla de la inclusión de varias culturas y eso significa que en todos los ámbitos se produce un choque de culturas porque se entremezclan con todo lo que nosotros practicamos”, afirmó.
Para Ferreyra, la vinculación entre la ruralidad e interculturalidad bilingüe, es errónea debido a que se da por sentado que los habitantes de los pueblos indígenas solo permanecen en la zona rural aún cuando existen movilizaciones hacia las ciudades. Además, esta concepción lleva que los docentes que se forman en esta modalidad no puedan enseñar en sus propias comunidades.
“Caemos en el sistema”, aseveró la docente, quien explicó que desde que se crearon en 2012 los profesorados en EIB, los propios egresados indígenas pierden la posibilidad de ingresar en las escuelas de sus comunidades. “Con los profesorados se hicieron partícipes a los pueblos originarios porque los docentes que llegaban de la ciudad a la zona a veces no podían entender la lengua y les costaba insertarse en la comunidad, pero cuando un docente de la zona se recibe el sistema (la Junta Calificadora de Méritos y Disciplina) les dice que no”.
Ferreyra explicó que esto se debe a que muchos maestros de la ciudad obtienen los cargos porque tomaron cursos, talleres o formación que les incrementan sus puntajes. Dado el actual sistema que maneja el Ministerio de Educación, a mayor puntaje, es mayor el orden de mérito en la tabla que posibilita la designación de cargos.
La docente se puso como ejemplo: “Soy profesora intercultural bilingüe, pero no puedo trabajar en mi zona y en mi espacio porque hay docentes que me han superado en puntaje, con la formación que yo recibí para insertarme en mi comunidad, caigo en el sistema”.
En ese sentido, criticó que el sistema de designación local no diferencie entre los profesorados bilingües, entendiendo que lo óptimo sería que a los docentes que se forman en las distintas localidades después se les permita seguir la enseñanza en las escuelas de esos mismos lugares. “Ellos están preparados para la ruralidad y de acuerdo a la cosmovisión de ese lugar en particular”, resaltó.
Por eso, para Ferreyra es necesario que el sistema educativo lo entienda. En su caso, ocupa el cargo de auxiliar de Práctica Docente del Profesorado Loutaif Extensión Aúlica 6023-1 de la localidad de Isla de Cañas, donde la especialidad de formación se centra en la lengua quechua o guaraní porque allí está presente el Pueblo Kolla. “Aprender eso e ir a enseñar a Capital es complicado”, cuestionó.
Insistió en que esto sea considerado para poner en práctica la función propia de la educación bilingüe que ella entiende como “recuperar aquello que ya está perdido y reforzar las prácticas que aún siguen estando”. La docente enseñó hasta el año pasado en la escuela 4150 Santiago de Compostela, en el departamento de Iruya.
“Si yo tengo que enseñar, el norte o el sur yo tengo que hablar del naciente del sol, pero además enseño desde una cosmovisión. Es decir que también enseño que estamos hablando del Inti (sol) que es mi Tata, mi dios”. En esa línea, sostuvo que esta modalidad educativa “tiene un sentido de cosmovisión de la enseñanza" y "que todas las cosas que puedo aportar desde lo que aprendí, va conjuntamente con los contenidos curriculares que conocemos todos”.
Contar con docentes propios de las comunidades para Ferreyra, evitaría la presencia del docente que repetía: “así no se dice”. “Manejamos un léxico en la comunidad donde yo sé que si un chico me dice algo lo voy a comprender, pero cuando lo escucha otro docente de afuera, le dice 'así no se dice' o 'así no se habla'”, cuestionó. "Los docentes interculturales tenemos que estar en las escuelas de los pueblos originarios porque tenemos que ayudar en la formación de la identidad de los niños”, insistió.