Con 39 años, David Leiva llegó a la política desde la música popular. Tras su paso como concejal, intentó desembarcar en la intendencia de la ciudad de Salta con el Frente de Todos, lugar que, dice, le sienta bien por tradición y por ser “el más representativo de la gente”.
Es el menor de tres hermanos, criados por Aidé Leiva, “mi mamá soltera”. Creció en Castañares en la casa de sus abuelos, a quienes considera también su padre y madre, y según él, le inculcaron su amor por la música y la política.
La cuarentena lo encontró retomando proyectos musicales pero aclaró que no se apartará de la política, porque “es un camino de ida”. Siente que esa participación llegó a su vida para quedarse desde el lugar que le toque, y se considera un buen gestor entre el Estado y la gente “para buscar soluciones, sobre todo en este momento en donde muchos sectores la están pasando mal”.
Criticó a la conducción salteña del Frente de Todos por la falta de diálogo y liderazgo a la hora de “abrir el juego para conformar una oposición seria” pasadas las elecciones.
También fustigó a la gestión cultural de la provincia, a cargo de Sabrina Sansone, “hay una mirada muy acotada desde quienes toman decisiones”, dijo.
De la pandemia rescató la voluntad de trabajar en conjunto entre Nación, Provincia y municipio “dejando de lado las banderías políticas”, y subrayó que “Alberto Fernández fue lo mejor que nos pudo pasar para encarar esta situación”.
En entrevista con Salta/12 aseguró que Néstor Kirchner fue “sin dudas”, quien lo convocó a participar en política “como lo hizo con muchísimos jóvenes” y reconoce en Cristina Fernández la capacidad de una líder para saber qué y quién era el necesario para el momento que atravesaba el país “y sacarnos de ese neoliberalismo que nos estaba dejando en ruinas”.
-¿Hoy en qué estás?
-Arranque el 2020 con la idea de dedicarme un poco más a lo musical. Si bien el año pasado estuve recorriendo un camino que me gusta con la candidatura a intendente, este año quería volver un poco a dedicarle más tiempo a la música, pero esta pandemia nos sorprendió a todos, creo que fue un golpe duro que nos puso a todos en una situación impensada.
Tenía proyectado una producción discográfica, así que hoy, acomodándome a la situación, como todos, y tratando de encontrar la manera de seguir teniendo el contacto con la gente, aunque lamentablemente es difícil sostenerse económicamente porque no se ha desarrollado, al menos aquí, una costumbre de pagar por ver, que sí se usa en otros países.
Pero estamos en eso, reacomodarnos y seguir para adelante, el 20 de junio hicimos el Festival Salta, que salió muy lindo, lo hicimos junto a otros 15 artistas, me parece que esa también es la posibilidad que nos da el momento, viabilizar proyectos en conjunto, unirnos más en cada sector para salir adelante todos juntos.
-Pero no te apartaste de la política
-No, para nada, es un camino de ida. Yo la siento en cada cosa que hago, además soy un gestor permanente entre la gente y el Estado y estoy siempre dispuesto a buscar soluciones. Es un compromiso que tengo, sobre todo social, que va más allá de ocupar un cargo, más en esta situación de precariedad que para muchos sectores se ha agudizado, por lo que creo que uno tiene que marcar presencia.
-¿Vas a seguir en el Frente de Todos?
-Pasadas las elecciones no pude tener contacto con quienes lideran el Frente acá en Salta. Si bien siempre tuve muy buena relación con todos y mantuve algunas charlas con algunos de sus integrantes, lamentablemente no hubo un rumbo desde la conducción una vez que pasaron las elecciones.
Creo que luego de una derrota hay que hacer un análisis de lo sucedido y de allí en más comenzar a construir. Es lo que se debía hacer para crecer como espacio. El Frente tiene pendiente su reconstrucción, porque es el espacio que más referenciado con la gente está y eso es una deuda con quienes confiaron en nosotros. ¿Cómo se acercan a la gente en este momento de tanta preocupación y necesidad sin diálogo?
- En 2021 ¿vas a participar de las elecciones?
-Es difícil pensar en el año que viene sin dejar de pensar que este año ha sido muy complicado y la gente no la está pasando bien y la clase política tiene que estar cerca. Por eso lo veo muy distante al año que viene y quiero ver cómo sumamos hoy desde otro lugar, desde lo artístico, como gestor, como referente.
-¿Cómo pensás que se gestionó la pandemia desde el Estado?
-Creo que la pandemia nos ha golpeado y no existe un manual de acción como para saber hacia dónde ir, por lo que para mí, como país, haber acudido a profesionales de la salud y resguardar primero la vida fue lo mejor que se pudo hacer.
Rescato además la voluntad nacional, provincial y municipal de trabajar en un solo plano y una sola línea más allá de cuestiones políticas. Eso fue lo más coherente. Después habrá que ver cómo se sale desde lo económico, creo que la Nación dio los primeros pasos esta semana y demostró que va en un sentido de reactivación.
La provincia tendrá que hacerlo en algún momento, seguir esa línea de Nación y priorizar la necesidad que tiene la gente hoy. Además, aprovechar la mirada del Presidente, que ha demostrado ser muy federal y dialoguista. Es lo que amerita la situación y tenemos la suerte que esta pandemia nos encontró con el mejor presidente que podíamos tener.
-¿Y cómo evaluás la gestión cultural provincial?
-Tengo mis críticas, creo que en algún punto muchos sectores no tienen respuestas de quienes hoy llevan adelante la responsabilidad de la gestión cultural. Y tiene que ver con entender cuáles son las prioridades que hoy tiene el sector desde una mirada amplia de la diversidad de nuestro sector.
Yo siempre dije que hay una mirada muy acotada desde quienes toman decisiones tanto de la provincia como del municipio y quedan muchos sectores relegados, que en una situación de crisis quedan muy alejados de alguna respuesta por parte del Ejecutivo.
Necesitamos un Estado presente que ponga a disposición todo lo que tiene. Hoy existen muchos espacios que no se están utilizando para todos, y algunos quieren cobrar para su uso. Por eso estos días manifesté mi descontento, no se le puede cobrar a un artista que está en una situación de crisis, sino al revés, habilitar las instalaciones para que el artista pueda generar contenido.
-Volviendo a la política y tu forma de concebirla ¿quién es tu faro? ¿Quién verdaderamente te deslumbró y te conmovió para querer ser partícipe?
-Como gobernador, don Roberto Romero, marcó una forma distinta y creo que en la provincia ha sido único e irrepetible. Lo conocí de niño.
A nivel país, Néstor, sin dudas, porque irrumpió de una manera distinta, muy cercano a la gente y ha despertado en mí esas ganas de ser parte y lo hizo con muchísimos jóvenes. Él era muy genuino y marcó un momento en la historia.
Cristina también lo ha hecho, porque ella en su impronta marcó también una diferencia y fue siempre con toda su convicción a fondo, eso también le admiro.
Y con Alberto creo que Cristina tuvo la capacidad de entender que siendo ella candidata no llegaba, que el kirchnerismo de por sí era mayoría pero no alcanzaba y buscó en Alberto justamente todo lo que se necesitaba, una figura del diálogo, del consenso que sumó a mucha gente que por ahí no podía fijar sus ojos en este sector.
Yo me empecé a involucrar cuando comencé a ver por fuera de la faceta del artista y tener una mirada más real de lo que me rodeaba, todos esos barrios donde llegaba y veía que no había luz, agua, que había necesidades, y ahí me entré a dar cuenta que todo eso me interpelaba.
Por eso siempre digo que la música me abrió las puertas, me habilitó para llegar a ver distintas realidades y querer transformarlas.
-¿Cómo fue tu vida y cómo es que decidiste hacerte músico?
-Soy el menor de tres hermanos, Sebastián, de 42 y Guillermo, de 46. Hijo de una mamá soltera, mi mamá Aidé Leiva me crió junto a mi papá abuelo y mi mamá abuela, Angel Bataglia y María de La Parra, en la República de Castañares.
Y mi acercamiento a la música tuvo que ver con la afición de mi abuela, que era amante del tango y cantaba todo el tiempo en casa. Yo me fui aprendiendo de a poco todo lo que a ella le gustaba, mi primer tango fue El sueño del pibe, a los cuatro años, ahí me descubrieron.
Después desarrollé la aptitud en la casa de Claudio Sotelo (músico y ex compañero), que fueron su mamá y su papá los que me enseñaron y después, bueno, Los Juveniles Panda, a los 11 años; a los 16, el primer disco y todo el éxito que se generó.
Considero que tuve una infancia feliz y considero que a eso también se debe mi crecimiento, de una familia muy laburadora que me inculcó la cultura del trabajo. Mi papá abuelo fue ferroviario, maquinista, y una vez jubilado se puso de carnicero en un supermercado. Mi mamá abuela, ama de casa, y mi mamá empleada doméstica y ordenanza de escuelas públicas, por suerte se pudo jubilar hace tres años.
Ellos también me acercaron a la política, siempre fueron peronistas, vinculados a ese sentimiento cercano a la necesidad de la gente y sentirse vinculados a lo que le pasa a los demás, como dice Cristina “La patria es el otro”.
Creo que la política la empecé a mamar desde la cuna, con el ejemplo de mi papá abuelo, gente siempre comprometida y laburadora.