El gremio metalúrgico pugna por la situación de los trabajadores de una pyme cuyos dueños cerraron de repente y sin aviso previo, con haberes adeudados y una actitud evasiva que los preocupa sobremanera. Por eso el Ministerio de Trabajo citó a las partes para hoy a una segunda audiencia de emplazamiento. La fábrica es Aluminca SRL, con planta industrial en el barrio Larrea, uno de los escenarios adonde la seccional Rosario de la UOM prepara una movilización de escrache. Otro objetivo para concentrarse es un establecimiento de culto en barrio Echesortu, donde el principal ejecutivo de la empresa cerrada se desempeña como medium y coordinador, se asombró una fuente del sindicato metalúrgico.

La empresa funcionó hasta la semana pasada en instalaciones de Colombia 520 bis, en la zona noroeste. Su actividad es la fundición y matricería de piezas de aluminio, pero las dificultades que experimentaba en el último tiempo se agravaron con la desaceleración de la economía que impuso la pandemia. De un día para el otro, la sociedad que componen Gustavo Cabrera y Clelia Boccardo resolvió cerrar el portón y cesar la actividad. Los siete trabajadores de la planta se vieron sorprendidos por el desempleo. Adentro les quedaron dos salarios y el medio aguinaldo sin haberlos cobrado aún. Mucho menos la indemnización, en caso de que el cierre sea ya irreversible. 

"Es cierto que venían mal hace un par de años, pero los trabajadores y el gremio venían apoyando la fuente de trabajo. El socio gerente la cerró de manera intempestiva", contó Pablo Cerra, abogado de UOM. Por esa razón, los trabajadores decidieron sacar el conflicto a la calle, y para ello resolvieron escrachar a su empleador en el establecimiento de culto donde lo conocen como medium y coordinador, el Centro Gnóstico, en San Luis al 4400.

Cerra reveló que la audiencia que mantuvieron el viernes pasado en el Ministerio de Trabajo fracasó porque la empresa envió a un representante legal sin siquiera una cancelación parcial de los haberes adeudados. "Y eso que los trabajadores, en su desesperación, le armaron un negocio a los dueños para poder cobrarse lo que les debe", contó el abogado del gremio metalúrgico. "Le presentaron al dueño un comprador de unos hornos viejos, unos implementos de rezago. Le dijeron que le traían este comprador para cobrar parte de lo adeudado. El dueño hizo la venta, cobró 350.000 pesos y los trabajadores quedaron esperando. Tenía que presentarse con ese dinero para cancelar parte de la deuda laboral, y no lo hizo", reprochó Cerra.

"La patronal incurrió en un nuevo acto de desidia. La venta se concretó y la patronal no ha traído ninguna suma de dinero, a pesar del carácter alimentario de las remuneraciones adeudadas y la extrema necesidad de los trabajadores", consignó el acta laboral. Hoy habrá una nueva audiencia en la cartera laboral.