El premio Nobel Joseph Stiglitz mostró preocupación por el nivel de endeudamiento de los países de menores ingresos. Así lo hizo a través de una nota de opinión en el portal Project Syndicate. “Son economías que tienen un total de 130 mil millones de dólares en vencimientos de deuda este año, de lo cual alrededor de la mitad se explica a partir de los compromisos de pago con acreedores privados”, planteó.
El investigador alertó que “con buena parte de la actividad económica suspendida y la recaudación fiscal en caída libre, muchos países no podrán evitar el default”. Latinoamérica no es la excepción entre los países emergentes.
El economista fue uno de los líderes globales que apoyó los criterios de reestructuración propuestos por la Argentina para alcanzar un acuerdo de canje con los principales fondos de inversión del mundo. Stiglitz aseguró que una de las alternativas para los países de ingresos bajos y medios es avanzar en un programa de recompra voluntaria de bonos.
“Estas operaciones son habituales en el sector corporativo y resultaron eficaces en los noventa en América Latina y luego en el caso de Grecia. Tienen además la ventaja de que evitan las duras condiciones típicas de los acuerdos de canje de deuda”, mencionó el investigador. Propuso un mecanismo multilateral de recompra de deuda a cargo del Fondo Monetario Internacional.
“El FMI puede usar recursos ya disponibles, los nuevos acuerdos para la obtención de préstamos, y fondos complementarios de un consorcio mundial de países e instituciones multilaterales”, indicó. Agregó que “una de las posibilidades es que los países que no necesiten toda su asignación de derechos especiales de giro (unidad de cuenta del FMI) puedan donarla o prestarla al nuevo mecanismo”. “Para garantizar la máxima reducción de deuda con un nivel dado de gasto, el FMI puede celebrar una subasta, anunciando que sólo recomprará una cantidad limitada de bonos”, agregó.
El premio Nobel es fuertemente crítico de los inversores internacionales por su falta de voluntad para colaborar en solucionar los problemas de deuda de países de menores recursos. Por ello plantea en su agenda de investigación propuestas para reestructurar la arquitectura financiera global (apuntado a coordinar a las instituciones como el FMI para que jueguen un rol de intermediario y permitan equilibrar el desbalance entre grandes fondos de inversión y países pobres).
La columna en Project Syndicate – uno de los portales de opinión más importantes del mundo- fue escrita en conjunto con su colega Hamid Rashid. El economista hace meses que define a los bonistas privados que negociaron con la Argentina como inversores “cortos de vista, testarudo e insensibles”.
También plantea como un problema que las cláusulas de acción colectiva pensadas a partir de 2014 para facilitar reestructuraciones de deuda (y evitar a los fondos buitres) no sean “tan eficaces como se esperaba”. Stiglitz aseguró que “varios miembros del G-20 y el FMI suspendieron los vencimientos de deuda de este año. Pero buena parte de los beneficios del alivio provisto por los acreedores institucionales irá a manos de acreedores privados que se niegan a hacer algo similar”.