Es poco lo que se sabe sobre las dos hijas del presidente de Rusia, Vladimir Putin, conocido en el país por ser muy reservado respecto a la vida privada de su familia. Este martes, sin embargo, fue el mismo mandatario el que hizo referencia a una de las jóvenes, al confirmar que participó de los ensayos clínicos de la “Sputnik V
”, como bautizaron en el país a la vacuna contra el coronavirus.
María y Katerina Putin nacieron en la década del 80, fruto del matrimonio del presidente con Liudmila Pútina, una azafata de vuelo de quien se separó en 2014. María, de 35 años, nació en la actual San Petersburgo en 1985, mientras que Katerina, de 33, llegó al mundo un año después en Alemania, donde su familia residía entonces.
En 1996 los Putin volvieron a Rusia y se asentaron en Moscú, donde las niñas asistieron a un colegio alemán. Fruto de estas enseñanzas, ambas hablan con fluidez tres lenguas europeas. Una de ellas (su padre nunca ha especificado cuál) maneja además, uno o dos idiomas orientales.
Con la llegada de Putin al poder, en 1999, las niñas dejaron la escuela y pasaron a ser educadas en su casa por profesores particulares.
Con el tiempo, Maria decidió estudiar Biología en la Universidad Estatal de San Petersburgo, mientras que Katia se inclinó por el baile y los Estudios Orientales. Para ello, ambas decidieron adoptar identidades falsas que las ayudaron a mantenerse alejadas del escrutinio público: María Vorontsova y Katia Tikhonova (apellido de su abuela).
"Hace poco se publicó que mis hijas estudian y viven constantemente en el extranjero, ahora ya no lo escriben, ahora dicen que viven en Rusia, y es verdad, nunca han residido en el extranjero, han estudiado solo en Rusia, en universidades rusas", declaró Putin en 2015, durante la rueda de prensa anual.
Ese año, sin embargo, los caminos que habían elegido sus hijas comenzaron a hacerse conocidos a partir de Andrei Akimov, vicepresidente del banco ruso Gazprombank, quien admitió que había tenido contacto con Katerina cuando era niña y que la había visto recientemente. Fue entonces que aseguró que Katia Tikhonova, la joven que competía en bailes de rock acrobático, era la hija de Putin. La joven llegó a participar en el mundial de baile en Suiza en 2013, donde obtuvo el quinto puesto.
Además de ser bailarina, según la información que se ha publicado desde entonces, Katia es una genia de las matemáticas y la física: en febrero de este año fue elegida para liderar un nuevo instituto de investigación sobre inteligencia artificial en la Universidad de Moscú, con un presupuesto de mil millones de rublos, unos 13,7 millones de euros.
Su mayor aparición pública la tuvo en 2018, cuando dio una entrevista en televisión como directora de un instituto científico, el Innopraktika. Respetando la tradición familiar, la joven no hizo ninguna referencia a su parentesco con Putin.
De María, su hermana mayor, se sabe bastante menos. La joven de 35 años, aseguran los medios internacionales, estudió biología en la Universidad Estatal de San Petersburgo y se graduó en medicina en la Universidad Estatal de Moscú. Actualmente, es candidata a doctorado en el Centro de Investigación de Endocrinología de Moscú y se le atribuye ser la asesora de Putin en ingeniería genética.
María vive en Moscú con su marido holandés, Jorrit Faasen, con el que tuvo un hijo, aunque no hay mucha más información al respecto. La única confirmación ha llegado de parte del propio presidente, que en 2017 admitió que ya era abuelo.
Lejos de la vida pública
El presidente ruso siempre ha insistido en mantener a su familia lejos del foco mediático. "Nunca he hablado ni voy a hablar de dónde trabajan concretamente y qué hacen, por muchos motivos, ante todo por razones de seguridad", explicó Putin hace tiempo.
"En general, creo que todas las personas tienen derecho a su propio destino. (Mis hijas) nunca han sido estrellas y nunca les ha gustado estar en el candelero. Viven sus vidas y lo hacen correctamente", expresó al respecto. Según confesó en otra oportunidad, con algo de pesar, el mandatario solo coincide para verlas "una o dos veces al mes. Nos reunimos en casa".
“Sputnik V”
Según confesó Putin este martes, la vacuna desarrollada por Rusia ya ha sido probada por una de sus hijas, aunque no aclaró de cuál se trataba.
"Sé que esta vacuna, como habéis dicho, se elaboró con vectores de adenovirus humano (...) y actúa con más precisión, genera un anticuerpo estable e inmunidad celular. Lo sé muy bien, porque una de mis hijas se inoculó la vacuna", precisó a la prensa.
El mandatario indicó que después de la primera inyección la temperatura corporal de su hija subió hasta los 38 grados y al día siguiente disminuyó hasta 37 con alguna décimas. "Eso fue todo. Después de la segunda inyección, la segunda vacuna, también le subió un poco la temperatura, pero luego se normalizó. Se siente bien y el nivel de anticuerpos es elevado", aclaró.