Los goles de Lionel Messi contra los de Robert Lewandowski, la estrategia de Diego Simeone vs. el ignoto Leipzig, y los petrodólares de Manchester City y París Saint Germain ante los más austeros Olympique Lyon y Atalanta, respectivamente. Con sus favoritos y sus cenicientas ya determinados, los cuartos de final de la Champions League se largarán este miércoles en un formato excepcional, propio de tiempos excepcionales, con eliminaciones a partido único y en una misma sede (Lisboa, Portugal). Los protagonistas son conocidos y sus camisetas visten pasiones alrededor del mundo pero, qué hay detrás de cada uno de estos "clubes", sí así se les puede llamar.
El duelo que abrirá la fase será el del PSG de Neymar, Mbappé y cía. ante el Atalanta de Papu Gómez y Duvan Zapata, que se verán las caras desde las 16 en el estadio de Benfica (TV: Fox Sports). El dato que mejor representa la disparidad entre ambos elencos es el salarial: según una reciente publicación del diario francés L'Equipe, Neymar cobra 36 millones de euros por año, mientras que el plantel entero del Atalanta se queda en (unos nada despreciables) 35 millones.
Desde que el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, compró en 2011 al club parisino con ayuda del por entonces presidente francés Nicolas Sarkozy, la Champions fue su esquiva obsesión. Temporada tras temporada fue a pérdida en el mercado de pases y nunca llegó siquiera a semifinales del certamen europeo, conformándose con las conquistas locales (ganó siete de nueve ligas).
De la otra vereda, las fortunas son menores y la simpatías que despierta, mayores, pero no es que Atalanta sea un mero club de barrio. La familia Percassi, relacionada al mundo de la moda, se hizo con el club -también en 2011- cuando éste militaba en la Segunda División. De allí en más, apostó a comprar barato, vender caro y potenciar la infraestructura: Atalanta es uno de los pocos clubes italianos con estadio propio, por caso. En cuanto a lo futbolístico, este miércoles se enfrentarán Leandro Paredes y Mauro Icardi (Angel Di María está suspendido) de un lado, y Papu Gómez (capitán), José Luis Palomino y el ex Estudiantes Zapata, goleador del equipo, por el otro.
El jueves será el turno de Atlético de Madrid y Leipzig, un duelo que también se trata de fútbol de propiedad privada. Los acciones del club español se reparten entre grupos empresarios locales y otro israelí y, como es habitual en estas esferas, sobran las denuncias por fraude. Leipzig, mientras tanto, es un invento de este siglo, nacido en 2009 cuando la empresa de origen austríaco Red Bull compró un equipo amateur alemán y lo refundó. Como las leyes germanas no permiten equipos con mayoría accionaria privada , los vericuetos están a la orden del día en Leipzig. Desde el nombre del equipo (como no lo pueden llamar Red Bull, le pusieron las siglas de la marca, RB, Rasen Ballsport Leipzig) hasta los colores de la camiseta (iguales a los de la bebida energizante).
Con un buen número de franquicias Red Bull alrededor del mundo -incluso en Brasil-, Leipzig aprovecha para incorporar jugadores de aquellos equipos: el más repetido, Red Bull Salzburgo de Austria, desde donde compraron una docena de jugadores desde 2015. Una de ellas es su gran figura actual, el defensor francés Dayot Upamecano.
El tercer cruce corresponderá al esperado Barcelona vs. Bayern Munich, el viernes. Los catalanes llegan con sus individualidades a enfrentarse con una aceitada máquina alemana, que ganó todos su partidos en el torneo (ocho sobre ocho) y cuenta con el goleador del certamen Lewandowski, con 13 tantos en siete partidos. Detrás de bambalinas, estos dos clubes sí cuentan con representación societaria, podría decirse, casi como si pertenecieran a la panacea del fútbol argentino.
En el club culé, se celebran elecciones cada seis años para elegir a sus autoridades; mientras que el caso de Bayern es más peculiar. Una sociedad anónima que representa los intereses del club es dueño del 75 por ciento de las acciones, que no cotizan en el mercado, mientras que el resto se las reparten entre las empresas Adidas, Audi y Allianz en partes iguales. Sin elecciones, una junta elige a los directivos del club que resultan, en su mayoría, ex futbolistas del club.
Finalmente, el sábado, Manchester City y Lyon cerrarán los cuartos de final. Josep Guardiola enamoró al mundo con el estilo que le imprimió a sus equipos, pero desde que aterrizó en Inglaterra la billetera del magnate emiratí Sheikh Mansur bin Zayed detrás (maneja el club desde 2008) es la protagonista: en las últimas cuatro temporadas con el estratega catalán, compró jugadores por 777 millones de euros (vendió por 250 millones), según el sitio especializado Transfermarkt. Del otro lado, Lyon no es la excepción. Repartido en muchas manos privadas y alejado de sus tiempos de reinado francés, el Olympique se dedica ahora a potenciar jugadores y venderlos a buen precio. Ante tal fin, no le vendrá nada mal la oportunidad de medirse con el City a todo o nada en partido único, el gran atractivo de esta nueva Champions, una que se jugará tanto en Lisboa, como en los mercados.