El primer avión eléctrico del país levantará vuelo gracias al aporte de profesionales de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El proyecto se realizará en conjunto con la empresa Proyecto Petrel S.A.
La iniciativa que dará comienzo al tiempo de las aeronaves cien por ciento ecológicas en nuestro país empezó a gestarse hace dos años, a partir de un acuerdo entre la UNLP y fábrica privada, por el cual los alumnos de Ingeniería realizan prácticas profesionales supervisadas en la planta de la empresa, y se concretó a principio de mes con la firma de un convenio entre las partes.
Como en otras experiencias vinculadas al litio, el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de la Facultad de Ingeniería tendrá un rol fundamental. En este caso, proporcionará el equipamiento y la tecnología para rediseñar componentes y partes de un avión Petrel 912i, un modelo que por su bajo costo de adquisición y de operación se utiliza para instrucción.
De ese modo, la aeronave pasará de propulsión convencional a eléctrica, alimentada con baterías de litio. En otra palabras: se podrá cargar conectada a la red eléctrica y tendrá las mismas prestaciones que los modelos convencionales con motor a combustión.
El proyecto tiene como antecedentes varios desarrollos exitosos encabezados por los profesionales de la Universidad para validar el uso de este elemento químico como fuente de energía limpia y alternativa a los combustibles fósiles. Desde sus laboratorios, la casa de estudios puso en marcha en 2013 el primer vehículo de Latinoamérica alimentado íntegramente con baterías de litio, un triciclo eléctrico al que luego se agregaron satélites, lanzadores, autos, motos, camionetas y colectivos.
El coordinador de la iniciativa por la casa de estudios, Claudio Rimoldi, manifestó que “siempre estuvo la idea de poder avanzar con un avión eléctrico” y aseguró que los componentes se pueden mejorar “en función de la experiencia. Por eso, la idea es colaborar en la mejora del producto, en el diseño y en la evolución del actual avión”.
Por lo pronto, los profesionales de CTA comenzarán a estudiar las características del avión para conseguir un motor eléctrico equivalente y, más adelante, darán inicio a las pruebas en los bancos de ensayos.
Un aspecto no menor y que las instituciones tienen presente es la falta de normativas nacionales que regulen y permitan la utilización de aeronaves propulsadas con energías renovables alternativas. En ese sentido, no sólo gestionarán su matriculación ante la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), sino que también se comprometieron a realizar las acciones necesarias para avanzar en el dictado de las normas regulatorias.
En conversación con el Suplemento Universidad, el vicepresidente Institucional de la UNLP y director del CTA, Marcos Actis, afirmó que “la seguridad de vuelo es crucial” y subrayó el valor de ser “punta de lanza” en estos temas, en función del “sinnúmero de aviones que van a llegar el día de mañana y va a haber que certificar”.
Asimismo, Actis destacó la importancia de “trabajar con las empresas para llevar los desarrollos a producción” y de “consolidar” la participación del Estado en este tipo de iniciativas.