Hace cinco años, LP tenía un trabajo fijo como compositora de canciones… para otros. Había hecho temas para los Backstreet Boys, Rihanna y Cher, entre tantos, y estaba lista para dejar las cosas tal como se habían acomodado hasta ese momento. Su carrera en ese aspecto se había vuelto robusta y rendidora y, en definitiva, estaba viviendo de la música. ¿Cuántos podían decir lo mismo? Y entonces, en 2016, llegó Lost on You, un disco propio (el cuarto) que contenía temas que habían sido previamente desestimados por directivos de Warner Records -para inmediatamente después despedirla- que finalmente grabó con el sello independiente Vagrant y que tuvo una inusitada repercusión global. El éxito le explotó en la cara a esta cantautora neoyorquina a los 35 años, tras más de una década de fatigar pasillos de compañías discográficas, con contratos que se caían, discos que quedaban en el olvido y propuestas que se rechazaban.
Pero eso es historia pasada, porque hoy LP (nacida Laura Pergolizzi) se repantiga en el sillón de su casa en Los Ángeles y recibe virtualmente a Página/12 para conversar sobre algunos aspectos de ese recorrido que la depositó en este 2020 atravesado por la pandemia. El parate mundial no pudo con esta inquieta artista de aspecto andrógino con cositas de Marc Bolan y Bob Dylan. Suspendida su gira de cinco meses, que incluía una parada en la Argentina como parte del Lollapalooza, y a la espera del sucesor de Heart to Mouth (2018), que llegará en 2021, LP puso en marcha su propia maquinaria y, en lo que va del año, lanzó Live in Moscow, con 17 canciones grabadas en el Crocus City Hall de Moscú en 2019; el single “The One that You Love” y su one-woman-western-videoclip, realizado bajo las estrictas normas de cuidado que impone el covid19, y el 1° de agosto brindó un show con banda en vivo que hizo llegar su inconfundible vozarrón, vía streaming, desde L.A. a todo el mundo.
“Si lo pensás, hacer canciones es de alguna manera repetir cómo funcionan ciertas actividades estructurales de las personas, mecanismos que tienen su propio desarrollo”, explica la música, que cuando habla de su trabajo como compositora, suele hacer mucho hincapié en la importancia de mantener la constancia, la disciplina: la composición como una tarea de todos los días, como un oficio artesanal. Una mirada interesante sobre una práctica que en general viene rodeada de ese halo místico -romántico del genio creador repentinamente iluminado por la inspiración: “El hecho de escribir de manera constante fue un entrenamiento brutal. Pero al mismo tiempo hay veces que se me aparece sorpresivamente una idea. Yo lo llamo ‘que Dios entró a la habitación’. Cuanto más escribo, más me inspiro. Creo que es peligroso llegar a ese lugar en el que te engañás y pensás que no vas a poder escribir: tenés que atravesar esos momentos de bloqueo. Cuando lo lográs, te liberás de estar encadenada a la necesidad de que la inspiración llegue”.
-¿Se puede entrenar la inspiración?
-Sí, claro. Quizá no escribas siempre la mejor canción, pero hay que estar preparada, porque nunca sabés hasta dónde pueden llegar.
-Como lo que pasó con "Recovery", que estuvo cajoneada desde 2012 porque nadie la quería usar, hasta que finalmente la grabaste vos en, en 2018, y hoy es uno de los temas más exitosos del disco.
-¡Totalmente! Estaba ahí y de repente me dije "¡tengo que grabar esta canción para mí!" Es loquísimo el recorrido que hacen algunas canciones.
-El sonido de Heart to Mouth es bien diferente al de Lost on You. En varias entrevistas, aclaraste que era tu intención: alejarte para no sentir que quedabas encapsulada en ese momento musica. ¿Qué dirección pensás tomar en el próximo álbum?
-Creo que el que estamos viviendo es un momento muy emocional y que el futuro va a estar condicionado por todas estas cosas que nos están pasando hoy. En el próximo disco espero seguir siendo la que soy y seguir hablando de amor como si estuviera hablando del amor de cualquier otra persona, porque es tan simple como eso: amor. Yo hago arte para calmarme a mí y para intentar calmar a otra gente a través de él. No soy una artista políticamente provocativa, pero creo que el amor es tan provocativo… ¡Se han empezado guerras por querer decirle a la gente cómo ser, cómo amarse, cómo amar a Dios! Resignificamos todo el tiempo qué es el amor o dónde está, y eso nos obliga a lidiar cotidianamente con cuestiones relacionadas con los derechos humanos, los derechos de los gays, los derechos de las personas trans, porque todavía queda gente que piensa que puede decirle al otro cómo amar.
-Te movés dentro del ámbito de la industria musical desde hace muchos años. ¿Cómo ves el lugar que ocupa la comunidad LGBTIQ+ actualmente?
-¿Qué querés saber sobre ellxs? ¡Sobre nosotrxs! Creo que, tanto en mi vida como en mi carrera, trato de no quedar encasillada como "artista gay" o "cantante lesbiana". No es que no me reconozca como gay o lesbiana o lo que sea. A lo que me niego es a que eso sea mi tarjeta de presentación. No creo que un artista varón heterosexual se presente a partir de sus elecciones. ¡Nadie le pregunta a un tipo si le gusta que le hagan una paja antes de cenar! (Se ríe)
-La pregunta apuntaba a saber cómo veías la evolución de ese colectivo dentro de la industria, teniendo en cuenta que te manejás en el medio hace ya bastantes tiempo y que es algo que en definitiva te afecta.
-En general, creo que todo se va volviendo más fácil y mejor para nosotrxs, porque todo está evolucionando. La información sobre nuestras vidas privadas va siendo cada vez menos requerida y, cuando está a la vista, en general la respuesta es “Ok, cool”. Las generaciones más jóvenes son las que hacen que las cosas sean más fluidas. Todavía queda mucho trabajo por hacer, porque en algunos casos se siguen encasillando a muchxs artistas como “artistas gay”. Y lo interesante es prestarles atención a los artistas por lo que producen artísticamente. Lo que hacen fuera de eso debería ser irrelevante.
-En tu último show, ayudaste a recaudar fondos para la Coalición Nacional de Justicia Negra (NBJC). ¿Considerás que los artistas tienen la responsabilidad de visibilizar causas políticas o sociales que los interpelan?
-Absolutamente, porque eso fuerza a que la gente escuche, se entere y entienda dónde se necesita ayuda. Si tenés la oportunidad, usás tus plataformas para difundir las cosas que te importan y te preocupan, tratás de ayudar a que exista algo más de igualdad en esta vida. Hay que dejar de pensar que compartir con los demás nos deja con menos a nosotros. Tenemos que aprender que que a alguien le vaya bien no significa necesariamente que esté ocupando un lugar que podría ser nuestro. Hay suficiente para todos. Sobre todo, en cuestiones que tienen que ver con el respeto, el amor, la decencia... Estas cosas no cuestan nada, son muy fáciles de repartir, de multiplicar, como para que alcance para todos. Siento que podemos y debemos hacerlo.