El expresidente de Bolivia, Evo Morales , (foto) le pidió a sus seguidores que acepten el 18 de octubre como fecha para las elecciones generales, en un intento de frenar las protestas y bloqueos contra el retraso de los comicios, pospuestos ya en dos ocasiones. Morales, que permanece en Buenos Aires luego del golpe de Estado que lo separó del cargo, llamó a las distintas partes a sentarse a conversar. En la misma línea, la Conferencia Episcopal Boliviana, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) pidieron suspender las medidas de fuerza. Dirigentes del Pacto de Unidad y de la Central Obrera Boliviana (COB) consideran sin embargo que se rompió el diálogo con el Tribunal Supremo Electoral (TSE) e insisten en convocar a elecciones el próximo 11 de octubre. El gobierno de facto, lejos de buscar una solución al conflicto, amenaza con una mayor represión.
"Hay compañeros que dicen que por lo menos sea el 4 o el 11 de octubre, pero no el 18. Yo me pregunto, ¿para qué estar peleando por una semana? Creo que no tiene sentido esta clase de planteamiento. Por dos semanas o tres no vamos a hacer problemas", indicó el exmandatario en un encuentro con seguidores del Ministerio de Jóvenes, una organización católica boliviana.
Respecto a las nutridas movilizaciones que por décimo día consecutivo se replican en todo el país, Morales aseguró que le pidió a las organizaciones nacionales del Pacto de Unidad y de la COB que analicen en los distintos departamentos el "acta de entendimiento" que publicó el martes. En ese mismo sentido la Iglesia boliviana, la Unión Europea y la ONU emitieron un comunicado conjunto en el que pidieron a las distintas partes "respuestas efectivas a favor de la vida y la defensa de los Derechos Humanos".
En su encuentro virtual con los jóvenes religiosos, el exmandatario aseguró además que se está imponiendo la agenda de la derecha conservadora cruceña, y que la única salida es la democracia. "El gobierno no quiere que se resuelvan los bloqueos para seguir culpándonos de la crisis", subrayó diciendo que lo que busca el régimen de Jeanine Áñez es, en definitiva, culpar de todos los males al MAS, al propio Evo Morales y al candidato presidencial que pica en punta en todas las encuestas, Luis Arce.
La COB, mientras tanto, dio por terminado el diálogo con el TSE y descartó cualquier contacto con el gobierno después de que el presidente del órgano electoral, Salvador Romero, dijera el domingo y tras horas de reunión, que el 18 de octubre es la fecha "definitiva" de elecciones. Pero tanto la central obrera como el Pacto de Unidad informaron este miércoles que levantarán las medidas de fuerza solo si se garantiza que las elecciones generales se realizarán el 11 de octubre, dándole 24 horas de plazo al TSE y a la Asamblea Legislativa para que den lugar al reclamo.
Los bloqueos de caminos y rutas se mantienen en los nueve departamentos del país, con mayor énfasis en ciudades como La Paz y su vecina El Alto, Cochabamba y Santa Cruz. El lunes, el gobierno de facto mandó al ejército a las calles, lo que derivó en una feroz represión con gases lacrimógenos y balas de goma.
Además, desde el pasado fin de semana se registra la presencia de grupos paramilitares como la Resistencia Juvenil Cochala y el Comité Cívico Cruceño bajo las órdenes de Luis Fernando Camacho, quien tuvo un rol fundamental en el violento escenario que derivó en el golpe de Estado de noviembre del año pasado. Lejos de bajar la guardia, el ministro del Interior, Arturo Murillo, aseguró en una entrevista con la CNN que "lo políticamente correcto sería meter bala" para poner fin a las protestas, un comentario que no hizo más que elevar la tensión en el país del altiplano.