“Nunca prometí un milagro de un día para el otro, ya fue casi un milagro haber evitado una crisis terminal a la que íbamos en pocas semanas o meses si no producíamos este cambio copernicano”, aseguró el presidente Mauricio Macri en una entrevista que dio a los medios que cubrieron su viaje a Holanda, que finalizó ayer. Macri se reunió con el primer ministro holandés Mark Rutte, con quien compartió un almuerzo al que sumaron el resto de la comitiva y los reyes Willem Alexander y Máxima. Como hace en cada viaje, el Presidente mostró a las gestiones kirchneristas como “enfrentadas con la historia” y la contrapuso con la suya a la que consideró con “vocación de diálogo para llegar a acuerdos con todos los sectores”. Esta vez no sufrió manifestaciones de repudio como la que debió soportar el lunes en su primera actividad en Amsterdam.
En la conversación con los enviados, Macri buscó mostrar nuevamente su viaje como un éxito y que la única mala noticia que tuvo fue la suspensión de Lionel Messi en la selección (ver recuadro). “Hay pocos países en el mundo hoy que despierten tanto interés como el nuestro, ustedes lo han podido comprobar. Hay decenas de empresarios y empresas interesadas en invertir”, consideró. Una vez más resultó difícil para el Gobierno mostrar alguna avance concreto como corolario del viaje a Holanda, un país con escaso vínculo con Argentina. Macri, con la colaboración de la reina Máxima, busca revertir esa realidad histórica.
El primer ministro Rutte, un dirigente liberal que dos semanas atrás fue reelecto luego de derrotar al ultraderechista Geert Wilders, coincidió con Macri en resaltar las virtudes del diálogo para la administración de los países. “Quienes conocen la historia holandesa, saben que el diálogo y el compromiso son temas recurrentes en nuestros anales”, señaló el premier en línea con el mensaje del argentino, e incluso hizo una “cita” de Macri “con sus propias palabras: ‘Tenemos que sacar el enfrentamiento del centro de la escena política. En la pelea irracional no gana nadie, en el acuerdo ganamos todos’”. También elogió las “reformas” del macrismo que, imaginó, “están comenzando a dar fruto”. “La economía argentina comenzó a crecer desde finales de 2016 y el FMI prevé un crecimiento del 2,7% para 2017. Usted trabaja por conseguir una economía abierta y por fomentar el comercio internacional. Son señales positivas en tiempos en los que muchos tienden a retirarse detrás de sus fronteras”, lo ensalzó Rutte.
“La experiencia de diálogo de ustedes es importantísima”, insistió Macri y destacó la presencia en Holanda del líder del gremio de la construcción Gerardo Martínez, a quien calificó como uno de los dirigentes que “cree que con el diálogo vamos a llegar lejos”. En el marco del almuerzo, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el viceprimer ministro y ministro de Asuntos Sociales y Trabajo, Lodewijk Asscher, firmaron un memorando de intercambio de conocimiento y diálogo social. “Estoy convencido de que el diálogo social es el único camino. Creo que Argentina tiene que crecer con una estrategia a largo plazo y en ese sentido un diálogo de este tipo es clave”, avaló Gerardo Martínez.
Antes de mantener un encuentro con Rutte en su oficina en La Haya, sede del gobierno, Macri mantuvo encuentros con la presidenta del Senado, Ankie Broekers-Knol, y de Diputados, Khadiya Arib. Monotemático, Macri siguió con lo mismo. “El Poder Legislativo es el espacio que mejor representa el espíritu de diálogo, debate y construcción de consensos”, reiteró Macri durante el encuentro con los senadores y diputados holandeses.
Por la tarde, el Presidente visitó el puerto de Rotterdam, que es la puerta de entrada a Europa, junto con los reyes y empresarios de ambos países, y finalmente, cierre su visita asistió también con sus anfitriones, Willem- Alexander y Máxima, a una función de ballet en el Teatro Dilligentia de La Haya. A las 21 hora local (16 de Argentina), el mandatario y su comitiva partieron de regreso a Buenos Aires desde al aeropuerto de Amsterdam en un vuelo de KLM.