Dos niños del Pueblo Wichí, miembros de la comunidad Kilómetro 2, son los encargados de realizar el control vehicular e higienizar los vehículos en la entrada a Pluma del Pato. Este pequeño poblado de habitantes criollos e indígenas se encuentra a 27 kilómetros de Coronel Juan Solá donde este miércoles se dio el primer contagio de la Covid-19.
La situación fue denunciada de forma pública por vecinos y vecinas de la zona que hicieron llegar las fotografías a comunicadores locales. El secretario del Gobierno municipal y miembro del COE local, Armando Villalba, explicó que se enteró por redes sociales y que se comunicó con el delegado municipal Osvaldo Ponce, quien le confirmó la información, sin embargo, hasta ahora no han tomado medidas.
"Queríamos que la gente se entere de lo que está pasando. La delegación municipal puso a los chicos en el ingreso. Ya es costumbre que 'contraten' a menores de edad. Uno de los niños no tiene más de 12 años, el otro niño debe ser de la misma de edad. Están casi desde el inicio de la pandemia. Primero había otros chicos que eran más grandes. Tenían lavandina para fumigar los vehículos que llegaban", contó una vecina del pueblo quien prefirió reservar su nombre.
Afirmó que antes había un "control más estricto" en el acceso, con personal policial y enfermeros pero luego esto se habría relajado y "últimamente están solo los chicos". "Los niños son de Kilómetro 2, no tienen barbijo, se cubrían con un pañuelo, están con gorra, no tienen guantes ni nada", precisó.
El estudiante de comunicación Juan Cuellar difundió la foto con el planteo de vecinos y vecinas, sostuvo que por lo general hay mucho miedo de la gente de la zona a la hora de denunciar este tipo de situaciones pero esta vez también están preocupados ante el primer contagio de Covid-19 que surgió en un detenido wichí que estaba alojado en la Comisaría de Coronel Juan Solá, lugar más conocido como Morillo, por la estación de trenes. La gente señaló el mal desempeño de las autoridades y el riesgo al que están expuestos los niños wichi, tampoco comprende cómo es posible que los hayan puesto allí.
Pluma del Pato registró 220 habitantes en el último censo y depende del municipio de Morillo, conducido por el intendente Miguel Atta Gerala. A casi 400 kilómetros de la ciudad de Salta, en el departamento Rivadavia, el poblado tiene un puesto sanitario con enfermeros, sin médicos. "En el pueblo hay en su mayoría criollos y una pequeña misión wichí que se llama La Bomba cerca del control. Después están la comunidad Kilómetro 2 y Siwok", detalló la vecina.
El docente bilingue y miembro de la comunidad Kilómetro 2 Avelino Vidal confirmó a Salta/12 que los niños que se encuentran en el control de ingreso son de su comunidad y también estudiantes de la escuela. "No sé quién les paga pero ellos son quienes fumigan. Tienen entre 12 y 13 años, son alumnos de la escuela, debe ser una changuita que les dieron de la muni. A veces los chicos están solos, los policías no aparecen. La situación económica está complicada y debe ser que por eso hacen eso. Es explotación infantil", sostuvo el maestro. Vidal expresó que allí están padeciendo ante la cuarentena y que el COE no está actuando como debería.
El delegado municipal de Pluma del Pato, Ponce, no atendió las llamadas. El secretario de Gobierno de Coronel Juan Solá, Villalba, dijo a Salta/12 que aquel funcionario le confirmó la situación. "Me enteré por las redes sociales de estos hechos. Hablé con el delegado Osvaldo Ponce, es un error de él. Nosotros desconocíamos esa situación. Sé que es algo que no se puede hacer. No nos reunimos aún con el intendente para hablar de esto porque estuvimos ocupados con el primer caso de Covid-19", explicó.
"No hay policías, no hay enfermeros. Lo vamos a hablar con el intendente", sostuvo Villalba ante la consulta planteada por lo ocurrido en Pluma del Pato.
El comisario Sánchez Rosado, quien está a cargo de la Comisaría 44 y de quien depende el puesto policial de Pluma del Pato, dijo a Salta/12 que allí está como encargado el oficial auxiliar Cristian Cuellar.
Sánchez
Rosado explicó que al tomar conocimiento, también por redes sociales, del trabajo de los
niños en el control vehicular llamó al jefe comunal para
consultarle.
"El intendente
me dijo que mandó a adultos, no a menores", aseguró.
El comisario también precisó que el puesto policial tiene escaso personal y que el control en el ingreso se ha tenido que levantar varias veces por cuestiones operativas cuando deben cumplir con procedimientos o con consignas fijas que suelen ordenarse ante casos de violencia de género, violencia intrafamiliar y abusos sexuales.
Por su parte, Vidal señaló que hay un mal desempeño del COE y ejemplicó con una situación padecida por él. "Estuve con mi esposa internada en Orán, cuando volvimos nos aislaron y encerraron en la casa con tres hijas menores de edad que se habían quedado en el pueblo. Los enfermeros aparecieron recién tres días antes del alta para preguntar si teníamos síntomas, no nos hicieron hisopados. El trabajo del COE es pésimo, el intendente no aparece, no están cumpliendo con la función que deben. En los días de aislamiento estuvimos alimentándonos con mate cocido y tortillas, no podíamos salir y no nos llevaban nada. No había asistencia de Acción Social", manifestó el maestro.