Una de las vacunas que desarrollan el laboratorio Pfizer y BioNTech ha demostrado tener una “robusta respuesta inmunológica”. La revista científica Nature publicó los resultados de un ensayo clínico preliminar de la vacuna BNT162b1 realizado con 45 adultos sanos de 18 a 55 años.
La BNT162b1 es una de las cuatro vacunas que desarrollan la farmacéutica estadounidense Pfizer y la empresa alemana BioNTech. Todas las vacunas están basadas en el ácido ribonucleico (ARN) mensajero para provocar en el cuerpo una respuesta inmunológica.
Fernando Polack, investigador a cargo del estudio que Pfizer y BioNTech llevan adelante en el Hospital Militar, aclaró que en Argentina se está probando en fase 3 otra de las vacunas de la empresa farmacéutica. "La que salió en el estudio publicado hoy en Nature mira la respuesta a una pequeña región de la proteína espiga (o spike, que es la que utiliza el virus para 'pegarse' a las células humanas), mientras que la que se está probando aquí mira la respuesta a la espiga entera", detalló.
"Todo indica que la respuesta a la espiga entera genera muchas menos molestias (fiebre, dolor muscular, cefale) que la respuesta del organismo a la región de la proteína que se publica en este estudio que salió hoy en Nature", opinó Polack.
Respuesta inmunológica y efectos secundarios
Según los datos provisionales del estudio clínico en fase 1/2, realizado para evaluar la seguridad, tolerabilidad e inmunogenicidad de la vacuna, la BNT162b1 fue testeada en un grupo de 45 adultos sanos (23 varones y 22 mujeres no embarazadas) de 18 a 55 años de edad. Los candidatos, asignados al azar, recibieron dosis -aplicadas por vía intramuscular- de 10 microgramos (μg), 30 μg o 100 μg o un placebo. Además, los participantes que recibieron las dosis fueron inoculados una segunda vez a los 21 días.
Los autores del estudio constataron que la BNT162b1 era bien tolerada, aunque algunos participantes experimentaron efectos secundarios leves a moderados en los siete días siguientes a la inyección: dolor local en el lugar del pinchazo, fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, fiebre y trastornos del sueño. Estas reacciones adversas aumentaron con el nivel de la dosis.
No obstante, la vacuna provocó una respuesta inmunológica robusta en los participantes, que aumentó con el nivel de la dosis y con una segunda dosis. Los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 permanecían 21 días después de la primera vacunación en todos los niveles de dosis y, además, se registró un aumento sustancial de los anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 siete días después de que se administrara la segunda dosis de 10-μg o 30-μg.
El estudio explica que no hubo diferencias notables en la respuesta inmunológica entre los grupos de 30-μg y 100-μg tras la primera dosis. Sin embargo, como los participantes que recibieron la dosis de 100-μg fueron los que experimentaron mayores efectos secundarios, no recibieron una segunda dosis.