Canuto Box

Si hay algo que dejó claro esta pandemia es que tanto los restaurantes más exclusivos y caros como los bodegones de barrio sufren la misma inestabilidad económica y no pueden sobrevivir por tanto tiempo sin trabajar. “Estuvimos dos meses cerrados hasta que nos dimos cuenta de que esto venía para largo”, cuenta Germán Martitegui, dueño de Tegui, uno de los restaurante que mejor supo reinventarse en un formato (y precio) muy distinto. “Siendo fieles a nuestra filosofía, a lo que más nos define, nos dimos cuenta de que es momento para estar cerca pero de otra forma; eso nos permitió inventar una caja como Canuto”. Esta caja se suma así la propuesta estable de Tegui con la forma de un combo caprichoso, para darse un gusto: incluye dos panchos, dos obleas, dos cremosos de chocolate y un gin tonic embotellado, todo en la mejor versión que se podía hacer. “Probamos muchas recetas para la salchicha y el pan, sumamos cheezitos caseros que suena fácil pero son difíciles de hacer cuando no son industriales, preparamos los aderezos, hicimos una oblea que es de crema de limón y pistachos y un gin tonic que viene listo para beber. La idea era hacer algo que nos divirtiera y que nunca hubiéramos hecho y el resultado fue el Canuto”. Pensada para dos personas ($1800), es un juego delicioso y accesible, algo así como la opción prêt a porter de una maison de alta costura.

Además del Canuto, la carta de Tegui en Casa (como llaman al delivery del restaurante) tendrá muy pronto nuevos platos, manteniendo la lógica de ser envasados al vacío, listos para calentar y disfrutar. Entre ellos, Germán adelanta los ñoquis de ricota con hongos, alcauciles y pecorino, basados en una receta de su abuela. “Estamos dejando un mensaje con lo que hacemos, creo que lo que más demostró Tegui en este tiempo es que puede adaptarse a cualquier situación y eso abre muchísimas posibilidades para el futuro”, reflexiona el chef que cuando arrancó el año soñaba con un año sabático para disfrutar de sus hijos y estar en casa, como recuerda entre risas.

Tegui queda en Costa Rica 5852. Pedidos por WhatsApp: 11-5848-7663. Tienen delivery propio, Glovo y Rappi. Carta disponible en Instagram: @germanmartitegui

Al estilo neoyorkino

Con muchos años de experiencia realizando distintos tipos de catering para la comunidad judía, Alejandro Starosta y Mauro Carabajal decidieron encarar la pandemia cocinando lo que más les gusta, su ya famoso pastrami. Así arrancó Cast, que supo tener una versión física con local en Once pero hoy se reconvirtió en un delivery para disfrutar en casa. Todas las semanas se encara la producción que luego será distribuida entre Capital y Zona Norte, sin cargo.

Con la carne de cerdo prohibida por la ley del kashrut, el pastrami se ganó el favor de la comunidad judía en el mundo: una carne vacuna que se somete a un proceso de curado durante siete días, intensamente especiada y muchas veces también ahumada, que se cocina lentamente en el horno durante dos o tres horas. El resultado final es un fiambre o carne curada de color rojiza, ideal para contrastar sabores y realzarlos con ingredientes como los pepinos encurtidos o una mostaza. La forma más tradicional de consumo es cortar la pieza en fetas finas para preparar unos sándwiches con pletzalej, un pan suave que viene con una cubierta de cebolla y semillas de amapola. La caja de Cast en casa incluye una pieza de pastrami de aproximadamente 1 kilo, 30 mini pletzalej y pepinos agridulces ($1800). La carne viene envasada al vacío con todos sus jugos y se recomienda calentarla en una olla de agua hirviendo durante unos diez minutos para lograr su mejor expresión. Luego solo hace falta retirar la pieza de la bolsa, cortarla y servirla. “Más allá de su origen exacto, queda claro que el pastrami deriva de las técnicas de salado de la carne para su conservación”, explican.

Además de la caja Cast pastrami, Starosta y Carabajal realizan a pedidos comidas para celebrar cualquier tipo de festejos donde se incluyen bohíos, knishes, lajmayin, babaganoush y hummus, entre otros clásicos medioorientales. Una excusa para, más allá del encierro, celebrar y compartir con la gente amada, aunque más no sea a través de la pantalla.

Pedidos por WhatsApp: 11-3008-9794. Instagram: @cast_pastrami . Envíos sin cargo a CABA y Zona Norte.

La dulce tentación

Es Ruiz Pastelería es una suerte de Disneylandia para los amantes de los sabores dulces. El lugar ideal para conseguir el antídoto que contrarreste la angustia del encierro. Famoso entre los vecinos de Caballito, Eduardo Ruiz es un multipremiado maestro pastelero, de los más prestigiosos del país. Uno de los productos más buscados de la casa durante la cuarentena es su “caja de piedras volcánicas”, que incluye una selección de bolitas de masa crocante y aireada con sabor a avellanas tostadas y café, bañadas en chocolate con leche de Perú y Ecuador 35%; una versión más intensa bañada en chocolate semiamargo belga 54%; y otra de sabor naranja y nuez, también bañada en chocolate (desde $370). Otra de las favoritas es la “caja de lingotes” que presentaron hace poco más de un mes, con base de brownie o de sable bretón y distintas coberturas (desde $590 las seis unidades). Para paladares más clásicos, Ruiz también tiene armada la degustación de pastelería clásica europea: la selección incluye un Kouig Amann de masa hojaldrada y esponjosa con azúcar caramelizada y rellena de frambuesa; una ensaimada perfumada con aceite de oliva y ralladura de limón y rellena con pastelera y caramelo; una tradicional sfogliatella italiana rellena de pastelera y cáscara de naranja y una coca dulce de masa hojaldrada, caramelizada y perfumada con anís y almendras tostadas. En un par de semanas, se vendrá además una nueva selección de éclairs que ya tiene a varios fanáticos esperándola.

Dentro de la cocina, la pastelería es la categoría que exige más precisión en cantidad de ingredientes, técnicas y cocciones; y eso se nota claramente en los macarons. Los de Eduardo Ruiz son perfectos: sabores que van del chocolate a las avellanas, pasando por opciones más juguetonas como el de mojito y uno de canela. Y como esta cuarentena conviritió a la gastronomía en uno de los regalos más elegidos, para el día del niño armaron una caja con variedad chocolates y dulces que suman una taza decorada con un personaje de Disney ($1100). Lo mejor: no hace falta declarar edad para comprarla.

Es Ruiz queda en Centenera 534. Pedidos por WhatsApp: 11-2886-9477. Instagram: @esruizlapasteleria . Tienda on line: www.esruiz.com