La crisis económica causada por la pandemia corrió el eje de la plataforma electoral de Alberto Fernández. A casi cuatro meses de decretada la primera medida para combatir la covid-19, el aislamiento social obligatorio, tanto el gobierno como los distintos actores sociales están pensando y comenzando a implementar las primeras medidas económicas de la agenda post pandemia. En este contexto, la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) organizó un diálogo entre especialistas en producción y desarrollo para pensar en la "política productiva: Desafíos durante la pandemia y perspectivas para el futuro".
Fernando Porta, investigador de la Universidad de Quilmes y pensador del desarrollo nacional; Carolina Castro, empresaria industrial del sector automotriz, participante de la UIA y Daniel Schteingart, director del Centro de Estudios para la Producción XXI del Ministerio de Desarrollo Productivo, aportaron su punto de vista sobre este eje crucial para el desarrollo económico desde el sector industrial, la academia y el gobierno, respectivamente.
Fernando Porta distinguió el escenario urgente del importante: en el urgente, que es por el que se encuentra pasando el país en este momento, el foco está y tiene que estar puesto en la reactivación productiva. El importante tiene que ver con aplicar políticas para transformar la estructura productiva del país. "A lo largo de la historia argentina, hemos acumulado una serie de problemas que resultaron en que lo urgente siempre terminó desplazando a lo importante", lamenta el investigador y agrega que, debido a esta particularidad, las políticas productivas hoy "son una acumulación de capas geológicas creadas para cierta emergencia que resultaron en un entramado de políticas que generan incentivos redundantes, descoordinados e ineficaces". Porta hizo foco en la participación del Estado no únicamente atendiendo al accionar tradicional a la hora de establecer política productiva, que tiene que ver con fomentar cambios en la matriz productiva, incentivar la modernización y aumentar la productividad de las industrias, sino también con políticas "que premien las opciones no especulativas de la inversión, que faciliten la internalización de los excedentes y no su fuga que, en definitiva, nos permitan generar un salto de productividad".
Carolina Castro acompañó esta posición y reforzó la idea del Estado con un rol activo para el desarrollo productivo. "Hay que cortar con el mito de que las grandes empresas surgen de la genialidad de un garaje. Es verdad que hay mucho de genio en el mundo emprendedor, pero la realidad es que el contexto es importantisimo, y tiene que ver con el Estado, que pone a riesgo plata en investigaciones en ciertos sectores, que genera una estabilidad macroeconómica y una política industrial que colabora", explicó. Para finalizar, resumió algunas políticas específicas que, como representante del sector industrial, le sugiere al Estado: control de la cuenta capital para proteger los dólares, fomentar las exportaciones, tasas de interés para financiamiento de largo y permitir saltos de productividad, controlar la macroeconomía y generar una red público privada en el mundo científico tecnológico para permitir la llegada a las pymes en el país. También mencionó dos temas “tabu”: más igualdad en el sistema tributario y una revisión de la legislación laboral.
Por último, Daniel Schteingart realizó una síntesis de la historia del desarrollo económico argentino, comparación con modelos de desarrollo de otros países y enfatizó en la necesidad de generar consensos productivos junto a una propuesta del Ministerio de Desarrollo Productivo basada en diez puntos, entre los cuales se destacan la necesidad de aumentar las exportaciones; incorporar una dimensión ambiental y de género a la política productiva, terminar con la falsa antinomia del mercado externo versus el mercado interno, que es una gran plataforma para ganar escala y aprendizaje para internacionalizarse. Ningún sector productivo sobra, todos son importantes. "La industria argentina no es inviable, ni ineficiente, ni berreta. Lo cierto es que si hoy puede producir la vacuna de la covid, es porque este es el resultado de un proceso de industrialización que dejó capacidades productivas. Por otra parte, el sector primario es fudamental, los servicios también", determinó Schteingart.