La movilidad de los argentinos no es ni remotamente lo baja que fue en marzo, pero también está muy lejos de la normalidad anterior a la pandemia. Es cierto, como señaló el presidente Alberto Fernández, que es una movilidad que no se corresponde con lo que se conoce tradicionalmente como una cuarentena, no se condice con lo que en inglés llaman stay at home order (orden de quedarse en casa) o shutdown (cierre) y tiene más relación con lo que dice la Real Academia Española: "aislamiento preventivo por razones sanitarias". Los datos concretos llevan a una serie de preguntas y respuestas:
1. ¿Qué pasa exactamente con el transporte público?
La movilidad en el transporte público se alteró poco en los últimos tiempos. Cuando el 1º de julio se dictó una cuarentena más estricta que la previa, bajó de un millón de pasajeros transportados por día a 700 mil. Pero desde que se volvieron a dictar medidas de flexibilización, la cifra regresó a alrededor de un millón: esta semana 1.064.000 de personas se movieron en trenes, colectivos y subtes en cada jornada. La cifra es un cuarto de los que se transportaban antes de la cuarentena, que eran 4.245.000 pasajeros por día. O sea, mucho menos que en tiempos normales, más que cuando regía la cuarentena de marzo, que se llegó a menos de 500 mil por día.
2. ¿Por dónde circula la mayor cantidad de pasajeros?
El mayor tránsito se produce dentro del Gran Buenos Aires, 648 mil pasajeros por día. Esto exhibe que, contra lo que se supone habitualmente, hay más movilidad dentro de cada municipio, porque en general los viajes son cortos. Dentro de CABA, los pasajeros fueron 203 mil por día, en promedio. Hay que tener en cuenta que en GBA viven 12 millones de habitantes y en CABA 3 millones, de manera que las proporciones se expresan también en que hay movilidad en el conurbano. Y los cruces de jurisdicción, del Gran Buenos Aires a la Capital, sumaron 154 mil por día, también en promedio de la última semana. Todos los números son entre un cuarto y un quinto de la cantidad de pasajeros que se movían antes de la cuarentena. La conclusión es que uno de los factores de contagio, el transporte público, está bastante controlado, con el mayor problema en los trenes, que son los que van más cargados.
3. ¿Hay más transporte en autos particulares?
Claramente. La política del Gobierno fue habilitar nuevas actividades, pero sin permitir que se use el transporte público. Esto por supuesto llevó a que haya más vehículos en la calle. No hay datos muy precisos porque al principio de la epidemia las autopistas informaban diariamente y ahora no lo hacen.
4. ¿Entonces falla el control?
No, en el último decreto, con bajo perfil, se modificó la forma de control: se sacó el concepto de "control permanente" y quedó la obligación genérica de "controlar", sin especificar. De manera que hoy las fuerzas de seguridad tienen la orden de verificar de manera aleatoria, al azar, no todos los vehículos como se hizo en el algún momento. El cambio es lógico: no se podían habilitar actividades, impedir el uso de transporte público y someter a los automovilistas a colas de una, dos y hasta cuatro horas. Lo que se mantiene es un presencia de las fuerzas de seguridad para que subsista alguna forma de control, aunque sea menor al anterior.
5. ¿Cómo se reflejaron los cambios en el otorgamiento de permisos?
No hubo un crecimiento espectacular de los certificados únicos de circulación. En el momento de mayor cantidad llegaron a emitirse más de seis millones, hoy son 4.130.000. Menos que antes de la cuarentena más estricta de julio y más que lo que había antes de aquel momento en que la cuarentena se endureció. No es para nada una explosión de certificados ni una circulación al máximo nivel: está bastante acotada.
6. Google sostiene que la Argentina redujo poco su movilidad relacionada con el trabajo: sólo un 19 por ciento. Es menos que otros países. ¿Es cierto?
La cuestión produce debates, porque es un porcentaje que hace pensar que se está trabajando casi normalmente en las sedes de las empresas o lugares de empleo. Google hace un promedio de todo el país, pero cuando se refiere a la Ciudad de Buenos Aires el porcentaje trepa al 38 por ciento y en la Provincia de Buenos Aires la reducción de la movilidad es similar, 36 por ciento. Por de pronto, bastante más lejos de la normalidad. Las cifras corresponden al 9 de agosto. Sin embargo, en la tarde del viernes, Google volvió a emitir una estadística y esta vez ubicó la disminución de la movilidad hacia el trabajo en CABA en un 53 por ciento respecto de antes de la pandemia. Un asombroso cambio.
En el Gobierno sostienen que el dato de Google, basado en la localización instalada en celulares, es impreciso, empezando por el hecho de que se requieren celulares inteligentes y en los sectores de menores recursos hay muchos menos smartphones y además existe un fuerte rechazo a la geolocalización. En la Jefatura de Gabinete cuentan que en la aplicación Cuidar sólo el 10 por ciento aceptó la geolocalización. "Es posible pensar que la estadística de Google refleja más a trabajadores formales que a informales", comentó el legislador provincial Martín Barrionuevo, que se ha especializado en estadísticas durante esta pandemia. Dado que gran parte de la informalidad está en la construcción, el servicio doméstico y la gastronomía, los sectores más golpeados por la pandemia y la cuarentena, a priori, se puede pensar que el porcentaje de reducción de la movilidad en la Argentina es mayor a la señalada por Google.
7. ¿Qué dicen sobre la movilidad hacia el trabajo en el Ministerio de Trabajo?
Repiten una frase del ministro Claudio Moroni: "Perdimos menos empleo nosotros con la pandemia que Macri con su política económica durante el año pasado". Pero en cuanto a la movilidad, evalúan que el porcentaje de reducción respecto del período anterior a la cuarentena, es mayor de lo que calcula Google. Uno de los sectores que mueve más gente es la educación y se está haciendo todo a distancia. A esto se suman reducciones casi a cero de la movilidad de los empleados de shoppings, gastronomía, construcción, casi todo el Poder Judicial trabaja en forma remota, lo mismo que el Estado nacional, la mitad de los bancarios y de las compañías de seguros. "En el Área Metropolitana Buenos Aires indudablemente se mueve el 50 por ciento de quienes se movían antes de la cuarentena", señaló un vocero del ministerio. Está claro que las cifras son muy distintas en el interior del país y, por supuesto, también en el interior de la Provincia de Buenos Aires.
8. ¿Qué pasó con los autos secuestrados porque sus dueños transitaban sin certificado?
La mayoría ya fueron devueltos a sus dueños. El período en el que estuvieron retenidos fue de aproximadamente dos semanas, pero el criterio de los jueces federales fue que vuelvan a sus propietarios porque resultaba una responsabilidad el cuidado y existía el peligro del deterioro. Hay juzgados federales que tomaron la decisión de devolverlos pero imponiendo una restricción a la venta hasta que se termine la causa judicial por violación de la cuarentena.
9. ¿Pero qué pasa con los infractores?
Se toman como ejemplo los datos del juzgado federal de Campana, a cargo de Adrián González Charvay, en el que hay 12 mil infractores. Debe tenerse en cuenta que la jurisdicción es muy amplia y abarca Pilar, Escobar y hasta Zárate. Los 12 mil infractores tienen causa judicial iniciada en su contra, pero no se avanzó en ningún caso, porque se supone que eso se hará después de la cuarentena: hoy por hoy, no es posible llamar a declarar a esos infractores ni conviene hacerlos concurrir al juzgado, en el que tampoco está el personal para atenderlos. La lógica indica que los fiscales fijarán un criterio de conjunto: por ejemplo, que todos hagan una donación al Instituto Malbrán o a alguna entidad de bien público. La otra alternativa sería una probation, pero parece de difícil organización.
10. ¿Cuál es entonces el diagnóstico respecto de la movilidad de los argentinos?
Está claro desde hace tiempo que no hay una cuarentena en el sentido que se le suele dar al término. La medida de aislamiento ha ido cambiando, con flexibilizaciones y teniendo en cuenta lo que los epidemiólogos consideran factores de relevancia, no menores: el cansancio social y la necesidad económica. Desde el punto de vista de los números, hay algo así como el triple de la movilidad que al principio de la cuarentena de marzo y, aún así, es mucho menos que la movilidad de las épocas normales. Pero está claro que, más allá de ese debate, lo concreto es que la Argentina tiene menos fallecidos por 100 mil habitantes que la mayoría de los países del mundo y que la cuarentena permitió fortalecer el sistema sanitario para impedir, al menos hasta ahora, la llegada del momento en que dos personas necesitan un mismo respirador. El dato que siempre impacta es que el 17 de marzo Brasil tenía un fallecido y la Argentina tenía un fallecido. Hoy Brasil tiene 105 mil y la Argentina algo más de 5 mil. Y eso explica la utilidad de la cuarentena y el aislamiento más que las palabras y las polémicas.