El Centro Cultural Kirchner lanzó su programación de 2020 bajo la premisa de la infancia como protagonista, y con la irrupción del aislamiento social no abandonó esa política. En ese marco, recordar a María Elena Walsh, a 90 años de su nacimiento, fue la acción elegida para la reapertura del espacio el 1 de febrero, y es ese homenaje el que hoy continúa y se multiplica a la distancia con El cielo en la vereda, una muestra virtual que busca profundizar en la obra de la creadora de Manuelita.
“Las infancias son un eje del centro cultural, y entendemos que son una política pública que hay que construir desde la educación y la cultura. Y en este campo Walsh es nuestra máxima referente. Como poeta, escritora, cantautora e investigadora de la música popular, marcó nuestra infancia, y también va a marcar las infancias del futuro. Por eso, con un equipo interdisciplinario empezamos a trabajar en esta muestra”, cuenta Verónica Fiorito, quien desde diciembre asumió la dirección del CCK junto con Martín Bonavetti. “Estamos saliendo del shock de no poder abrir al público y de habitar un espacio vacío sin su esencia. Pero no nos frenamos antes eso y avanzamos con las propuestas de lo que queremos hacer”, asegura.
Realizada con el apoyo de la Fundación María Elena Walsh, la exposición, disponible en la sección infantil de la web del centro y en sus distintas plataformas, traza cinco ejes para abordar el singular mundo de la multifacética artista argentina, comenzando por sus creativos y lúdicos usos del lenguaje hasta llegar a su dimensión más política. “María Elena tiene un mundo poético, uno político y otro personal, y queríamos que el público conociera todos esos universos. Por eso abordamos, entre otras cuestiones, el lenguaje. En esa instancia, ella construye el absurdo como nadie, y queremos que los chicos transiten eso. Otro de los ejes es la dignidad de las personas, y eso se observa, por ejemplo, en su canción Sábana y mantel, donde habla del derecho a la igualdad”, comenta la funcionaria que pasó también por la dirección del Canal Encuentro y Pakapaka, señal donde dejó huella con su creación del ya célebre “Zamba”.
“Queremos hacer crecer la muestra”, afirma la directora, que anticipa que Walsh seguirá siendo una figura central en 2021. Mientras tanto, para marcar un camino de trabajo, el área de las Infancias del CCK lanzó su propio manifiesto que percibe a la niñez como “una forma de habitar este mundo” (www.cck.gob.ar/eventos/manifiesto-del-area-de-las-infancias-del-centro-cultural-kirchner_4042). “Ha sido un logro llegar a este manifiesto. Y que el Centro Cultural Kirchner esté abierto a las infancias y sea un lugar donde haya juego, imaginación y experimentación, donde los chicos puedan poner el cuerpo cuando el espacio esté abierto, y recibir material mientras sigamos en pandemia, es algo que nos corresponde hacer como Estado”.
- ¿Y cómo se enlaza el espíritu de este manifiesto con la obra de Walsh?
- Los trece puntos del manifiesto aparecen, de alguna manera, en la muestra. El vínculo principal es la mirada que tenemos sobre las infancias, y cómo trabajamos para ellas. Y María Elena es una visionaria mundial en torno a esto, porque nunca subestimó a los niños ni a sus percepciones. Una vez contó que le habían ofrecido imprimir uno de sus libros en blanco y negro, y ella reclamó que se hiciera a color, porque no aceptaba que se pensara la literatura para chicos como un rubro menor. Y nosotros pensamos lo mismo. No queremos que la infancia sea una programación de un sábado a las cinco de la tarde porque los chicos no van a clase. Queremos hacer programación para ellos todo el año, e invertir lo mismo que se invierte en la cultura general.
- ¿Por qué considera que existe esa subestimación hacia la cultura destinada al público infantil?
- Somos una sociedad que construyó un paradigma alrededor del mercado, y las infancias son pensadas desde ahí, y no desde la construcción de políticas públicas. Yo vengo del universo de la televisión, y cuando se lanzó Pakapaka nadie quería hacer un canal público infantil, pero después nos ganamos todos los premios mundiales. No hemos podido desarrollar el arte en la infancia, entonces terminás haciendo lo que podés, en tu tiempo libre, no siempre te dan plata para eso, y nunca hay premios para los proyectos infantiles. Porque se sostiene que no es una prioridad. Por eso el manifiesto tiene importancia, y más ahora en una época de pandemia donde hay que pensar cómo van a salir los chicos de esta situación.