Desde Identidad Marrón planteamos una crítica local del racismo estructural que sucede en Argentina. El racismo puede ser estructural en diferentes países del mundo, pero no tiene los mismos efectos en todos lados. En Argentina y la Latinoamérica hispanoparlante este debate ha sido bastante limitado o muchas veces ha sido trabajado sólo desde la perspectiva afrodescendiente. En el caso argentino, hay un gran porcentaje de la población descendiente de comunidades originarias, como en gran parte de Latinoamérica, que conceptualmente ha sido eliminado con el mito del mestizaje.
La eliminación sucede por la instauración del mito blanco fundacional de Argentina. Hablar de “daltonismo” es una de las estrategias más comunes a la hora de cuestionar este status quo. Usualmente cuando se les pregunta por el tema del racismo muchas personas contestan frases como “Yo no veo nosotros colores sino personas”. Pero si nos ponemos a estudiar la conformación étnica de las personas que trabajan en, por ejemplo, los ministerios, vemos mayormente personas blancas. No es una crítica, es la marcación de algo que no suele ser tomado en cuenta, que es la cuestión étnica.
Lo mismo sucede con el tema del gatillo fácil: es una expresión que termina muchas veces socavando los crímenes raciales por parte del Estado contra las que nosotros denominamos personas marrones, personas descendientes de comunidades indígenas, que muchas veces no se autoperciben así. Denunciar el daltonismo social es ponerle nombre a esta problemática. Es hablar de la inacción ante el racismo en Argentina. Ver que esto sucede en Estados Unidos, en un contexto anglosajón, pero no poder verlo en el contexto local es daltonismo.