Las clases en la Universidad Nacional de Salta (UNSa) están siendo reprogramadas tras la suspensión de la enseñanza presencial. El lunes último Humanidades inició el dictado de las clases virtuales para todas las carreras de esta Facultad.
El Consejo Directivo de Humanidades modificó el calendario académico y dispuso que comience en agosto de este año y concluya en marzo de 2021. Sus autoridades buscan que tanto el primer semestre como el segundo tengan una duración de diez semanas cada uno.
La decana de la Facultad, Catalina Buliubasich, contó a Salta/12 que la suspensión de clases durante la primera parte del año imposibilitó que se cumpla el calendario académico aprobado en 2019. Eso llevó a que “antes del receso de julio se realizara una reprogramación donde se dispuso el dictado de clases”.
“Las clases van a ser virtuales hasta tanto la cuestión epidemiológica nos permita organizar una presencialidad que seguramente no será total”, afirmó. Por el aislamiento social, preventivo y obligatorio en la UNSa no se inició el dictado de clases porque normalmente empezaban en la segunda semana de marzo.
Para Buliubasich, el Consejo Directivo pensó “sabiamente” el posible retorno. “Primero se tenía esta idea de que la vuelta a las aulas tenía que ser presencial, pero cuando se vio el proceso de otras universidades y del monitoreo permanente de la pandemia, se optó por lo más creativo y se dispuso una presencialidad flexible”, dijo.
Explicó que la “presenciaidad flexible” consiste en el trabajo virtual con los estudiantes y un dictado de tipo domiciliario, entendiendo además las dificultades de conectividad que pueden afrontar estudiantes y docentes. “Esta flexibilidad nos permite que hoy estemos comenzando las clases”, destacó.
La readecuación del calendario académico de 2020 implica dos cuatrimestres cortos. El primero irá de agosto hasta noviembre y el segundo, de noviembre a marzo de 2021. La modificación va tanto para las materias anuales como cuatrimestrales.
La disposición en el tiempo les permitirá tener una “cierta certeza” y “nos pone plazos que son necesarios”, describió la decana. En ese sentido dijo también “que ayudan a que los estudiantes puedan organizar su cursada y fundamentalmente cumplir con el objetivo que no pierdan el año”.
En las resoluciones que emitió el Rectorado a cargo de Víctor Claros, sólo se habían habilitado la toma de exámenes virtuales o semi presenciales para quienes adeudaban hasta tres materias o debían defender el trabajo de tesina. Esto no impidió que algunas facultades optaran por mantener el contacto con los estudiantes mediante el uso de plataformas como Classroom o Zoom.
En la misma semana que Humanidades inició las clases, concluía la segunda semana de toma de exámenes. Buliubasich destacó que los resultados de los estudiantes fueron satisfactorios. En la semana del 5 al 7 de agosto hubo 44 inscriptos, de los cuales 24 rindieron y cuatro se graduaron. Para esta semana hubo 63 inscriptos.
“Nos llena de satisfacción que los estudiantes se hayan presentado en esta modalidad virtual. Fue difícil pensar los exámenes virtuales, pero son experiencias y desafíos nuevos que vamos incorporando”, sostuvo la decana. El segundo desafío es que, ya con la experiencia, se pueda ampliar el número de estudiantes que rindan materias en las próximas mesas. “Era determinante lo que pasara con este llamado”, subrayó.
Este año Humanidades contó con la preinscripción de 2.017 estudiantes hasta febrero de este año. A ese número la decana sumó los más de 3.500 alumnos que ya se encuentran cursando.
“Esta vuelta a las aulas va a tener una gran esperanza de que pueda concretarse la cursada de los estudiantes”, manifestó. Sin embargo, dijo que no deja de lado la deserción que se produce durante el primer cuatrimestre en los periodos “normales” y es de esperar que haya también con la modalidad virtual. Un dato de relevancia para la decana fue que la conexión que pudieron establecer los ingresantes con sus docentes antes de la reprogramación sólo fue de un 40%.
En esa línea, valoró los procesos de los estudiantes que pudieron conectarse, pero hizo hincapié en la ausencia de desarrollo de estrategias para quienes no lo pudieron hacer. “Eso trae otras cuestiones de índole económico”, agregó en referencia al acceso a la conectividad.
Por esta problemática puntual desde Humanidades se otorgaron 200 becas para conectividad. Este número se suma a las 3.000 becas que ya entregó el Rectorado en abril y que consistían en $600 para el pago de un proveedor de Internet.
Desde la Facultad también se aprobaron 200 becas de fotocopias para los alumnos de primer año de las carreras. La decana explicó que como está cerrada la fotocopiadora del edificio universitario se establecieron dos puntos de entrega: la Biblioteca Provincial Victorino de la Plaza y una fotocopiadora del barrio Ciudad del Milagro. “Los estudiantes piden por WhatsApp las fotocopias y después retiran”, contó.
Efecto sorpresa y preocupación
Buliubasich también reconoció que lo que se vivió con la pandemia fue “el efecto sorpresa”. “La verdad, no estábamos preparados ni vislumbramos” lo que se presentó desde marzo. Una de las cosas a destacar es que dentro de la Facultad algunos docentes ya estaban trabajando con plataformas digitales. Sin embargo, hubo que abrir en el trayecto aulas por las plataformas de Moodle y Classroom teniendo hoy a casi el 90% de las cátedras de las distintas carreras en las plataformas virtuales.
“Los profesores comenzaron a comunicarse con los estudiantes en lo que se podía”, contó la decana. Las herramientas más utilizadas fueron las redes sociales y el mail, de esta manera “se abrió un campo interesante con un abanico de posibilidades de conectividad”.
Sin embargo, Buliubasich afirmó que “el co-gobierno es una preocupación”, en referencia a que al principio de las medidas de aislamiento las resoluciones se tomaban ad referéndum del Consejo Superior de la Universidad. “Preocupaba cómo podríamos reanudar el ejercicio de la democracia universitaria”, especificó.
Contó con este fin se aprobó la normativa para que el Consejo Superior sesionara de manera virtual; ya están realizando las reuniones ordinarias y los consejeros pueden ingresar proyectos sobre tablas. En el caso de la Facultad que dirige, hace tres meses funciona el Consejo Directivo.