El empresario textil Teddy Karagozian y el ex vicepresidente del Banco Central Lucas Llach protagonizaron un fuerte cruce en Twitter. Karagozian criticó a marcas e importadores que reclaman “entregas inmediatas” de telas, en un contexto donde las fábricas intentan recomponer la producción tras años de fuertes caídas. Llach le contestó y lo acusó de beneficiarse de un “proteccionismo obsceno” con “sobreprecios”. El empresario culminó el entredicho refiriéndose a la gestión pública de Llach al frente del Banco Central y el Nación: “Después de haber fracasado estrepitosamente como profesional, lo mejor es que te guardes para que la gente se olvide. Sos lo que la gente llama un fracaso”.
La discusión comenzó con un hilo de tuits del dueño de TN Platex, con una crítica a los sectores que reclaman faltante de telas. “Muchos que importaban y destruyeron la capacidad de producción local son los mismos que reclaman porque no podemos abastecer inmediatamente sus requerimientos. Hemos quedado débiles, con fábricas cerradas, faltos de repuestos y capital. Llevará un tiempo recuperar edificios faltos de mantenimiento, máquinas canibalizadas para sobrevivir y formación de personal”, escribió el empresario en su Twitter.
“Pronto subirá la producción, pero destruir fue rápido”, concluyó. En diálogo con PáginaI12, Karagozian aseguró que detrás de las quejas de faltantes está el “lobby” de importadores. “La necesidad de tela es una excusa para importar productos terminados”, agregó. Pero, además, dijo que en los últimos dos años debió bajar su capacidad de producción “a la mitad”. De los 1900 empleados que llegaron a tener en 2017, en los últimos dos años despidieron a 900 y cerraron una fábrica en La Rioja. Sin embargo, anticipó que aumentaron un 30 por ciento la producción de hilado y pasarán de 400 a 2000 toneladas por mes en la fabricación de tela. Además, sumaron 150 personas y contratarán otras 250 en el próximo año.
Llach, investigado por los préstamos del Banco Nación a Vicentin, contestó al mensaje de Karagozian y aseguró que el actual secretario de Industria, Ariel Schale, quien fue ex director de la Fundación Pro-Tejer “puso un muro a las importaciones”. Y agregó que empresarios textiles como Karagozian se aprovechan de esta situación para poner un “sobreprecio a la ropa”. Sobre este punto, incluyó una parte del último informe del Indec, que muestra que el rubro textil fue el que más aumentó en el Índice de Precios al Consumidor.
Yael Kim, presidente de la Fundación ProTejer, dijo a PáginaI12 que una de las razones de la suba tiene que ver por la recomposición de márgenes. “En los últimos años cerraron 30 mil empresas y se perdieron 100 mil puestos de trabajo. Las que quedaron trabajaron a pérdida para aguantar. Puede ser que hayan trasladado subas de costos”, afirmó. Fuentes de la Cámara Indumentaria agregaron que hubo subas de costos por los cierres de las fábricas debido a la pandemia y la formalización que se dio en ciertos sectores que vendían en canales informales. Además de que se cortó el financiamiento en los proveedores.
Por su parte, el empresario textil Marco Meloni, argumentó: “En los últimos 4 años no hubo proteccionismo y la ropa subió igual que todo. Si desagregas el costo de una remera, el costo de hacerla con materia prima es del 8 por ciento”. Sobre la apertura que comenzó en 2016, Kim aseguró que llegó a ocupar un 60 por ciento del insumo textil, al mismo tiempo que cayó fuerte la demanda, lo cual causó desocupación y caída en la producción, pero, además, pérdida de divisas. “Cuando asumió Alberto Fernández comenzó a controlar el comercio exterior, y resultó de un empuje para la industria nacional. Somos un sector que puede reactivar muy rápidamente y generar trabajo”.
De todos modos, las importaciones en el primer semestre no registraron una fuerte caída: se redujeron 19,7 por ciento en cantidades. “No hubo una pérdida de participación de las importaciones, en un contexto de caída del 40 por ciento de la demanda, incluso la producción nacional cayó más”, aseguró Gustavo Ludmer, investigador de la industria textil. En parte, consideró que esto se dio porque se trata de importaciones que fueron aprobadas por el gobierno anterior y que duraban 180 días. “Ahora hay un mayor nivel de protección por la escasez de divisas”, agregó.
Por su parte, la economista Agustina Gallardo, explicó que en la industria textil debe hacerse una distinción clave. “Cuando importas textiles no importas sólo mercaderías, sino prácticas productivas, que Argentina no avala. Una liberalización convalida métodos que en Argentina están prohibidos”. Además, agregó que para comparar costos debe haber igualdad de condiciones.