La movilización que promovió Juntos por el Cambio, y que contó con la ayuda de los más grandes medios de comunicación, quedó lejos de lo que esperaban los organizadores. Por lo menos, ese fue el análisis mayoritario en las filas del oficialismo. Entre los diputados del oficialismo, había coincidencia en evaluar la protesta como "bastante débil".
En la Casa Rosada siguieron las marchas sin mostrar demasiada preocupación. Algunos de los habitantes de la sede del gobierno nacional advirtieron, con cierto grado de misterio, que "más temprano que tarde le vamos a dar pelea", seguramente pensando en el día en que la pandemia quede atrás y el peronismo pueda volver a mostrar su fortaleza en las calles.
Otros, mostraban una mirada entre irónica y sociológica: sostenían que los que participaron mostraron ser "una minoría muy intensa. Muy minoría y muy intensa". En los últimos días, importantes figuras del Frente de Todos comenzaron a dejar de lado el discurso conciliador y de a poco reapareció el cuestionamiento a las autoridades del gobierno porteño por no impedir una movilización que podría afectar seriamente el servicio de salud de la Ciudad de Buenos Aires.
En tanto, entre los integrantes del bloque de diputados del Frente de Todos hubo una fuerte coincidencia en caracterizar a la manifestación opositora como claramente "irracional". Es más, advirtieron que dentro de Juntos por el Cambio "no hay dos posturas" con respecto a cómo desarrollar la estrategia política en el medio de la pandemia. "Es una sola y el jefe es Macri", dijeron este lunes mientras miraban las imágenes de la marcha un tanto escuálida. Eso sí, sostenían que "el resto de los integrantes del macrismo, Rodríguez Larreta incluido, son empleados políticos de Macri. Y él, desde afuera impulsa medidas irracionales". Los legisladores coincidieron con la Rosada en calificar la marcha como de una minoría intensa "a pesar del fuerte aparato mediático que los está bancando".