Un grupo de militares arrestó este martes al presidente de Mali, Bubakar Keita, y al primer ministro, Boubou Cissé, en el marco de un golpe de Estado en ese país de África.
Al parecer, ambos fueron detenidos mientras estaban en la residencia de Keita en Sebenikoro, horas después de que se registrara un motín en un cuartel del Ejército en la localidad de Kati, a 15 kilómetros de la capital Bamako.
Según informaciones del diario Jeune Afrique, que recogió la agencia de noticias Europa Press, fueron trasladados por los soldados al cuartel, donde se había registrado previamente un tiroteo entre militares amotinados y otro grupo de efectivos presentes en la base.
Poco antes de su detención, el primer ministro apeló a la "razón" y al "sentido patriótico" y pidió "silenciar las armas" ante lo que podría considerarse un escenario similar al del golpe de Estado de 2012.
En un comunicado, Cissé destacó que si bien los sucesos son la "traducción de cierta frustración que puede tener causas legítimas", es necesario hacer un ejercicio de "contención", por lo que instó a "entablar el diálogo".
"No hay razones por encima de nuestro querido Mali que valgan actos cuyo resultado incierto pueda llevar a acciones perjudiciales para toda la nación", señala el texto, que añade que "no hay problemas que no puedan solucionarse mediante el diálogo".
Informaciones preliminares señalaban que el nuevo ministro de Economía, Abdoulaye Daffé, se encontraba retenido en su oficina en Bamako a manos de hombres armados, una suerte que también habría corrido el presidente de la Asamblea Nacional, Moussa Tiembiné, y el de Defensa, Ibrahima Dahirou Dembélé.
En un momento de máxima tensión para el país, cientos de manifestantes opositores al gobierno se congregaron en la Plaza de la Independencia para mostrar su apoyo al ejército y corear consignas a favor de los militares sublevados.
Mientras, llegaban las muestras de repudio de la Unión Europea, Naciones Unidas y la Unión Africana, que han pedido respetar las "instituciones democráticas".
Para este miércoles está convocada una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, con el fin de analizar lo que ocurre en la ex colonia francesa, el octavo país más grande de Africa. La reunión se llevará a cabo a puerta cerrada por la tarde siguiendo la solicitud de Francia y Níger, que actualmente preside la Comunidad Económica de Estados de África Occidental.
Por su parte, el enviado especial de los Estados Unidos para el Sahel (la zona ecoclimática y biogeográfica de transición entre el desierto del Sáhara al norte y la sabana sudanesa al sur), Peter Pham, manifestó que Washington sigue "con inquietud la evolución de la situación".
Agregó que su país "se opone a cualquier cambio de gobierno al margen de la Constitución, ya sea por quienes están en las calles o por las fuerzas de seguridad y defensa".
La Embajada de Francia en Malí publicó un escueto mensaje en Twitter dirigido a los franceses residentes en ese país de Africa: "teniendo en cuenta las tensiones de las que se ha informado la mañana de este 18 de agosto en Kati y Bamako, se recomienda encarecidamente no salir de casa".
También la embajada de España recomendó a sus ciudadanos "evitar desplazamientos a la localidad de Kati y sus alrededores", además de sugerir "la máxima prudencia y evitar cualquier desplazamiento que no sea de extrema necesidad".