El fiscal Federal Carlos Stornelli solicitó el procesamiento por falso testimonio contra el exempleado de la Anses Gabriel Corrizo y el chofer de la Secretaría General de la Presidencia Carlos Scozzino, quienes se habían presentado ante la Justicia denunciando una supuesta reunión entre el juez federal Sebastián Casanello y la expresidenta Cristina Kirchner en la quinta de Olivos en 2015. Las versiones nunca pudieron ser verificadas, CFK las había desmentido y Casanello había denunciado a ambos y exigido también que se investigue quién los indujo al falso testimonio.
Los testimonios de Corrizo y Scozzino habían sido utilizados por la defensa del empresario Lázaro Báez para intentar apartar de la causa a Casanello, quien ordenó su detención hace un año en el marco de la investigación por lavado de dinero.
Corizzo había afirmado que vio al magistrado entre agosto y octubre de 2015 en la quinta presidencial, cuando se dirigió hacia allí para encontrarse con el entonces secretario general de la Presidencia, Eduardo "Wado" de Pedro, quien desmintió haberlo visto.
Sin embargo, en su declaración ante el juez, Corrizo había abierto el camino a su procesamiento ya que no pudo precisar en qué día entre agosto y octubre vio a Casanello en Olivos, argumentó que no llevó su celular para impedir que se coteje su presencia en la quinta en esos meses, y aseguró que ingresó sin registrarse. Otro elemento para completar la calificación de nulidad de su declaración fue que no recordó para qué tema iba a reunirse con el exsecretario general de la Presidencia. Algo similar ocurrió con el testimonio de Scozzino, nada de su declaración pudo ser verificado.
De esta manera, el pedido del fiscal Stornelli al juez Luis Rodríguez respalda los dichos de Casanello, que nunca entró a la quinta presidencial y nunca conoció, ni habló ni siquiera por teléfono con la ex mandataria. Por su parte, la ex Presidenta también había asegurado que no se entrevistó con el juez a lo largo de su mandato.