Las canastas que definen el mínimo consumo necesario para no estar en condición de pobreza e indigencia avanzaron en julio un 1,6 por ciento en relación al mes previo, informó el Indec. En el caso de la canasta alimentaria que establece la línea de indigencia, se ubicó en 5929 pesos para un adulto, lo cual supone un crecimiento del 43,4 por ciento en la comparación interanual, ya que en julio de 2019 ese valor se ubicaba en 4134 pesos. En tanto, la canasta básica total, utilizada para medir la línea de pobreza, subió a 14.408 pesos para un adulto el mes pasado, cuando hace un año era de 10.335 pesos (un avance anual del 39,4 por ciento).

El último dato oficial de pobreza e indigencia corresponde al segundo semestre del año pasado, es decir, antes de la pandemia del coronavirus. En ese momento, el Indec calculó que el 35,5 por ciento de las personas que habitan la Argentina estaban en situación de pobreza, mientras que la indigencia afectaba al 8 por ciento de las personas.

La pandemia empeoró los números de pobreza e indigencia. El retroceso no tuvo tanto que ver con la alta inflación en alimentos, que fue el motivo preponderante en los últimos años, sino con el parate de la actividad económica, que afectó especialmente a los trabajadores no registrados con la paralización de las changas.

Un dato que puede presagiar la evolución de pobreza e indigencia es el que publicó hace dos semanas Unicef. Esa entidad calculó que la pobreza infantil se ubicaría para fines de año en el 62,9 por ciento, es decir, diez puntos porcentuales por encima del dato de fines de 2019. Si el mismo aumento relativo se aplicara sobre la pobreza total, el número superaría el 40 por ciento de la población.

Por lo pronto, el Indec midió una suba mensual de las canastas de pobreza e indigencia del orden del 1,6 por ciento, lo cual está por debajo de la inflación global de julio, que fue del 1,9 por ciento. La menor suba de las canastas en relación al promedio de la economía se explica por el impacto de los controles de precios en alimentos y otros bienes básicos y por el congelamiento de los servicios públicos.

En la comparación interanual, la canasta de pobreza acumula una suba del 39,4 por ciento y la de indigencia, del 43,4 por ciento. El valor de inflación total en la economía se ubica en el medio de ambas canastas: es del 42,4 por ciento.

En un hogar de cuatro integrantes (dos mayores y dos menores), la canasta de pobreza se ubica en 44.521 pesos y hace un año estaba en 31.934 pesos. En el caso de la canasta de indigencia para el mismo hogar, actualmente es de 18.322 pesos, mientras que en julio de 2019 era de 12.773 pesos.