Desde Berlín
En medio de la pandemia, más que nunca todos están atentos a lo que pasa en los países que la manejaron mejor. Tal el caso de Alemania y su canciller, la doctora en física, Angela Merkel. Firme pero más humana de lo que suele ser, desde el inició pidió por cadena nacional el compromiso de la población. Tratándose de alemanes, el distanciamiento no fue algo difícil de cumplir. Pero llegaron el verano (sólo los que hayan vivdo en Alemania saben lo que eso significa para ellos) y las vacaciones. El distanciamiento se relajó y ahora esperan temerosos que la curva de contagios no suba drásticamente como ya está ocurriendo en España e Italia.
Ansiado verano
Para los alemanes, cada rayo de sol es sagrado y los días con muchas horas de luz los disfrutan llenando parque y plazas, bares y patios cerveceros. Aunque respondan al pedido de la canciller, la situación es complicada: el virus no es fácil de controlar ni siquiera en un país donde es posible testear a casi toda la población y también es posible el aislamiento cuando es necesario.
El comité de expertos alemán aconsejó no vacacionar fuera de Alemania (es usual que muchos elijan playas del Mediterráneo en España, Italia, Turquía y Croacia), y lo que sucedió es que se colapsaron las playas del Mar del Norte y del Báltico. Pidieron entonces que tampoco viajaran a estos destinos. No fue una solución: los lagos de muchas de las ciudades más importantes, como Berlín, también se superpoblaron.
Mascarillas en la mira
El protocolo marca el uso de la máscara o barbijo en los espacios cerrados. Y eso se cumple sobre todo en el transporte público y en los locales --desde shoppings a restaurantes y bares-- pero en las calles la vida es como antes de la pandemia. Cada vez más seguido hay manifestaciones en la calle de militantes antivacunas, de los que creen que la crisis sanitaria ya fue superada y de los que adhieren a las teorías de conspiración, como la del pasado 1 de agosto en Berlín, pero Merkel rechaza tajantemente la posibilidad de suspender la obligación de utilizar tapabocas. La posición de la canciller cuenta con un vasto apoyo entre los partidos políticos y los estados federados. “Donde no se puede garantizar la distancia física mínima en la vida pública, las mascarillas son un medio importante y, desde la perspectiva actual, todavía indispensable”, dijo el portavoz de gobierno Steffen Seibert. Agregó que el uso de mascarillas es necesario para mantener bajo el número de infecciones y proteger a los conciudadanos y protegerse uno mismo. “Así que: ya sea en el autobús, en el metro o en las tiendas, debe seguir siendo obligatorio llevar mascarillas”, concluyó.
Todas estas variables hacen que gran parte de la población, y sobre todo el gobierno, esté atento a una posible segunda ola. Sobre todo porque en estos días en muchas ciudades se reinician las clases y regresan los que no quisieron resignar sus vacaciones en los destinos antes citados.
Desde hace unos días, los principales canales de televisión muestran las extensas filas en las rutas o aeropuertos de las personas que deben testearse para ingresar al país. Cualquiera sea el resultado del análisis, los que hayan estado en zona de riesgo deben hacer la cuarentena. Cabe aclarar que el test es gratuito y obligatorio para todos los viajeros que regresan de países con alta tasa de infección. El gobierno ofrece el test gratuito en un lapso de tres días después de la entrada, tal como estableció en un decreto Jens Spahn, el ministro federal de Salud, desde que comenzaron a regresar masivamente los veraneantes.
Alemania es el decimonoveno país del mundo más afectado por el coronavirus: según Instituto Robert Koch, se registró un total de 224.562 casos acumulados y 9.290 decesos desde que comenzara la pandemia.
En conferencia de prensa desde Dusseldorf, la canciller instó nuevamente a que todos cumplieran con las medidas básicas de distanciamiento, uso de barbijos y someterse a testeos, ya que aún se encuentran en la mitad de la pandemia. “El virus está aún aquí, aunque no sea visible. Todos pueden hacer su contribución”, remató.